La durabilidad de la madera tiene que ver con la cantidad de resinas, taninos y aceites que la componen, resultando la caoba, la teca o el roble de los más adecuados para el exterior. Los rayos UV del sol son sus grandes enemigos, ya que hacen que pierda su color debido a que degrada la lignina, uno de sus componentes, mientras que la humedad favorece la proliferación de hongos. Por ello, los muebles de madera que se encuentran en exteriores, hay que protegerlos de insectos y hongos con algún producto específico y barnizarlos a menudo. Mesa de centro, en Maisons du Monde.Tumbona, de Affari. Cojines, en La Maison.