Terrazas

En las ventanas pequeñas, convienen los toldos de capota. En balcones, los modelos telón, que tienen brazos abatibles fijados a una barandilla, para que puedas ponerlo en posición vertical. Si tu terraza es grande, los toldos de brazos articulados son un acierto, por su estabilidad y precisión.

 Si lo tienes, ¡sácale partido! Es recomendable bajarlos en las horas de mayor irradiación, así evitas que el calor entre en casa. Los toldos de colores claros reflejarán más el calor que los de tonos oscuros, que tenderán a retenerlo. En zonas donde les dé mucho el sol, resultan muy prácticos los toldos con faldón, ya que bloquean más el sol.

 Si tienes una terraza o un balcón con plantas, riégalas por la noche. No solo las plantas aprovecharán más y mejor el agua que les suministres, sino que la humedad de la tierra contribuirá a refrescar el aire que entre en casa. Dentro de casa, las plantas de hojas verdes y grandes, como la monstera, te ayudarán a refrescar el ambiente.

Y es que desde la pequeña terraza de la que disfruta esta casa parece que se puede hundir, directamente, los pies en la arena de la playa contigua. En verano, esta terracita se convierte en uno de los espacios más deseados de toda la casa. 

Esta casita de apenas 45 m² y con una terraza a pie de playa es una atalaya que domina la costa y goza de unas vistas espectaculares. Con la reforma, realizada por el arquitecto Javier Suárez de Puga, se le dio el aspecto de cabañita que tiene ahora al revestirse por completo, interior y fachada, con lamas de madera blancas. 

Si tienes un jardín, cubrir la estructura de la pérgola con una enredadera o trepadora resulta una opción muy decorativa y fresca. El único "pero" es que deberás esperar un tiempo (para que crezca) para disfrutar de la sombra de esta cubierta vegetal.

Estas estructuras son perfectas para grandes jardines, y son muy resistentes frente a los agentes externos como el sol y la lluvia. Opta por una a cuatro aguas si vives en una zona propensa a la lluvia y canaliza el agua para regar las plantas del jardín.

Las pérgolas de lona son una opción muy cómoda y duradera para tu terraza. La tela protege del sol y la lluvia y puedes instalarla con columnas de madera, estructuras de aluminio o metálicas. 

El policarbonato es un material plástico duro, resistente, ligero, moldeable y se puede teñir en infinidad de colores. Es muy práctico como cubierta de pérgolas para terrazas o jardines porque protege de la lluvia y de los rayos solares UV, pero no da sombra.

Las pérgolas de cañizo —como la de imagen— protegen del sol pero sin hacer de pantalla bloqueadora, es decir, filtra la claridad. Se recomienda en zonas poco lluviosas, ya que el cañizo no guarece de la lluvia. Es una opción económica, pero con el tiempo deberás reemplazarlo, ya que se deteriora.

Para que las ventanas parezcan más altas de lo que son en realidad basta con colocar la barra de la cortina lo más cerca posible del techo y no justo donde acaban las perfilerías de las ventanas. No solo darás más altura a la estancia, ¡sino que, además, parecerá más amplia! 

En bosques pueden alcanzar los 30 m, pero en maceta, se adaptarán a tu terraza. Son muy resistentes y soportan bien el viento, la sequía y las bajas temperaturas. No necesitan mucho riego, excepto cuando los trasplantas y están adaptándose al nuevo suelo. Ponlos a pleno sol. 

Procúrale una maceta 3 veces más grande en diámetro y profundidad a la que te darán. Y que permita drenar bien el agua. Que le dé mucho sol y riégalo a menudo porque, en maceta, sus raíces se secan antes. El mejor momento para plantarlo es la primavera. 

O un naranjo o un mandarino. Los cítricos se adaptan muy bien a espacios reducidos, así que crecen perfectos en macetas. La maceta debe drenar bien y la tierra debe ser especial para cítricos. Riégalo regularmente, abónalo una vez al mes y ten en cuenta que no aguanta fríos por debajo de los 7 °C.

La decoradora Asun Antó se encargó de este proyecto de una casa ático con terraza. Los metros de la terraza permitieron crear dos zonas diferenciadas: una para comer y otra para relajarse. Se ha jugado con la naturalidad de la madera usada en el suelo y en el banco a medida y las plantas.

Esta terraza está preparada para pasar tiempo fuera en cuento el tiempo lo permite. Para que la mesa resultara más cómoda, se hizo a medida para la terraza. La paisajista Montse Carbó se encargó de recrear un pequeño jardín, ¡con árboles y todo!, que hace aún más agradable comer aquí.

Esta es la otra terraza del ático que sus propietarios convirtieron en zona de comedor al aire libre. Para este espacio escogieron muebles en metal con un estilo vintage marcado. Comedor en el exterior con el buen tiempo es todo un lujo. Y más, hacerlo rodeado de verde. En este caso, las plantas también conceden privacidad.

Comer dentro de casa es hacerlo aquí casi como si se estuviera en la terraza, gracias al gran ventanal de pared a pared que funde interior y exterior en un gran espacio común. La terraza se incorpora al salón con esa decoración de ambiente para estar con sofás, sillones y butacas. El cerramiento en acordeón entre terraza e interior borra los límites.

El piso de la arquitecta Eli G., de Lost in Vogue, no solo es una joya del modernismo con más de 125 años de historia, sino que cuenta con un maravilloso y tranquilo patio que es un remanso de paz a pesar de estar en el centro de la ciudad. Para hacerlo más vivido, se destinó un espacio a plantas, que da mucha alegría y parece recoger el estar.

Seguro que es el asiento que todo el mundo se pide cuando pone un pie en esta terraza. Sujeto a una sólida estructura metálica con un pie a modo de base, garantiza un confortable y seguro vaivén. De fibras naturales, es una propuesta de Jardiland. 

Para poder disfrutar la terraza en verano, sobre todo si esta es muy soleada, es básico contar con un rincón de sombra. Aquí, por ejemplo, se ha habilitado una pérgola con un techo de cañizo de mimbre, que favorece la ventilación. Y aunque da sombra, no hace de pantalla total, cosa que se agradece durante la primavera y el otoño, cuando del sol aún no nos escondemos, sino al contrario, ¡lo buscamos!

En esta terraza parece que tengamos, literalmente, los pies en el agua. Y la clave está en la barandilla de cristal, que protege sin restar ni un ápice de visión, algo ideal si cuentas con unas vistas tan espectaculares como estas. Es más, parece desaparecer por completo prolongando la terraza sobre el mar.

Si estás pensando en renovar los muebles de la terraza, los de fibras son un must, sobre todo si tu terraza está cubierta, como esta. Son muy confortables, visualmente cálidos y atemporales. Los de bambú tienen la gran ventaja de ser muy ligeros, por lo que al terminarse la temporada los puedes entrar fácilmente dentro para protegerlos. Y los sintéticos que imitan las fibras son un todoterreno y estéticamente están muy logrados. 

Esta terraza demuestra el poder de las soluciones a medida. A pesar de ser pequeñita se ha optimizado al máximo gracias a un banco a medida en "L" que ofrece muchas plazas de asiento y, a la vez, sirve de chill out para tumbarse y echarse una buena siesta. Además, cuenta con espacio para guardar en el interior, muy práctico para recoger en un plis plas colchonetas y cojines. 

Si te apasionan las plantas, dedícales su espacio en la terraza. Además de refrescar y dar color, si las colocas en el perímetro de la terraza ganarás intimidad. Si no quieres perder metros, a veces es mejor poner un árbol, como un limonero, un naranjo, un olivo o un granado, en una gran maceta, que llenarlo todo de plantas pequeñas.

Sea en la terraza o el jardín, apuesta por plantas autóctonas (al estar adaptadas al clima necesitan menos agua) y agrúpalas según sus necesidades de agua. No las riegues durante las horas de sol y, si puedes, aprovecha el agua de la lluvia para regar las plantas.

Con cuarterones de madera en una de las paredes y el techo forrado de madera, esta terraza disfruta de unas bonitas vistas al mar.

Que una terraza sea pequeñita no significa que no pueda estar cargada de buenas ideas, al nivel de competir con los mejores porches. En esta reforma, llevada a cabo por la arquitecta Mar Marcos, las lamas de madera también se han colocado en la pared, creando un ambiente más natural que se ve potenciado por la presencia de muchas plantas. 

Si tienes la suerte de contar con una terraza grande o vives en un ático, no dudes en crear dos ambientes: uno de estar y otro como zona de comedor. ¿Quién dice que no es posible?

En la terraza, después de la comido nada como contar con un rincón para descansar y relajarte. Para decorarlo emplea textiles vistosos, de colores vibrantes, que te recuerden en qué época del año estás. 

Puede que esta terraza sea mini, pero su encanto es maxi. Porque cuando el espacio escasea, lo mejor es destinarlo a un solo uso. Ahora, lo mejor es que te hagas con muebles plegables, que puedas almacenar cómodamente cuando no les estés dando uso. 

No hay nada más bucólico que dormir un rato en el jardín y en una cama con dosel como esta. ¿Qué te parece copiar la idea en tu terraza?