La corredera que separa el salón de la cocina ya estaba, pero se aprovechó la reforma para cambiarla por esta blanca y acristalada, así la luz fluye mejor. Aunque el gran cambio fue abrir la cocina al comedor: "Así no solo ganaba más luz, sino que para el día a día resultaba mucho más cómoda. De hecho, se prolongó la encimera de la península por los tres lados para ganar una zona de taburetes donde poder comer los cuatro en familia".
En el comedor, alacena de herencia, y mesa y sillas Thonet, en Casamitjana Barcelona.