Mesas de centro

Si no sabes de qué color pintar el salón, te echamos una mano. Para obtener un plus de luminosidad, el blanco será tu primera opción. Pero ¿y si quieres dos tonos? ¿Cómo pintar un salón en dos colores? La interiorista Begoña Susaeta te da la respuesta: combina blanco puro en el techo y blanco roto en las paredes para que la luz no deslumbre.

No hay nada menos elegante que una mesa de centro vacía. ¿No te parece que le falta algo? Si no quieres que la tuya tenga ese aspecto desangelado, procura decorarla con cabeza: una bandeja con velas, unos libros, una mini planta... le darán personalidad. Y este mismo truco, aplícalo también en las auxiliares y en la de comedor. Estudio Boira decoró esta mesa de madera con unos portavelas dorados, unos libros de arquitectura y diseño y un jarrón con flores. ¡Perfecta!

El estilo clásico bebe de los colores neutros con elegancia para crear estancias atemporales, donde todos los elementos se dan la mano con armonía. Grises en todos sus matices, beiges, ocres, arenas y, sobre todo, el blanco, son los colores que triunfan en este tipo de decoración, que se aleja de los grandes contrastes y da como resultado ambientes relajados, elegantes y sobrios. Lo vemos en este salón clásico decorado por la interiorista Pia Capdevila que, aunque ha añadido ciertos elementos más modernos, como la mesa de centro en negro, los colores neutros, la majesuosidad de los techos y la acertada mezcla de tejidos lo ubica en las decoraciones más clásicas. 

Los cojines siempre son el broche de oro al estilismo de cualquier salón. Nuestro consejo es que elijáis una gama cromática y combinéis distintos matices y tonalidades generando armonía. Lisos, estampados, con texturas... pero siempre en la misma gama para que el resultado quede equilibrado.

Son elementos decorativos atemporales que quedan bien en todos los salones. En este sentido tenéis bastante libertad creativa y podéis adaptarlos a vuestros gustos: flores silvestres, candelabros rústicos de madera decapada o de metal dorado para un look más glam... Añadirlos en zonas como la mesa de centro, las mesas auxiliares o la repisa de la chimenea, ¡pero sin pasarse!

¿Quién podría negar la calidez que otorgan las alfombras a los salones? Aunque podéis escoger entre un montón de estilos, a los 50 años priman los diseños clásicos. Una alfombra persa, un kilim, una buena alfombra de lana de pelo corto o largo en colores neutros... Con cualquiera de estas opciones acertaréis.

Al elegir las cortinas, mejor que sean de lino en colores neutros y luminosos como el beige, vestirán las ventanas con toda la elegancia que necesitáis y se convertirán en el mejor telón de fondo para el resto de la decoración. Podéis combinarlas con unos visillos blancos y vaporosos para que las ventanas se vean más completas.

A esta edad, es importante que los cuadros que seleccionéis para decorar las paredes procedan de artistas, evitando los típicos cuadros en serie y las ilustraciones que conciben 'looks baratos'. La artista gallega Pepa Acevedo es una de las favoritas de El Mueble. Sus cuadros abstractos en tonos suaves y neutros nos parecen de lo más indicado para este tipo de salones.

Los sofás con faldón y brazos redondeados son los más elegantes, por eso nos parecen idóneos para salones de parejas de 50 años. Si queréis restarle un poco de seriedad, podéis escoger la tapicería de lino, un tejido fresco y atemporal.

Ni a los 50, ni a los 40, ni a los 30, ¡las plantas siempre deberían formar parte de la decoración de cualquier salón! Eso sí, tampoco se trata de que convirtáis el espacio en una jungla, sino de elegir las plantas con mesura y situarlas en puntos estratégicos para añadir pequeñas dosis de naturalidad y frescor.

El beige debería convertirse en vuestro color fetiche a la hora de decorar el salón. El blanco también es válido, pero el beige tiene ese puntito de calidez que siempre suma. Nuestra recomendación es que lo elijáis para los muebles más grandes, como sofás y butacas. Esta base neutra os permitirá jugar con otros elementos como los textiles, y cambiarlos en función de la estación.

A los 50 años, cada elemento de la decoración debe tener un sentido y, por supuesto, ser de la máxima calidad. En salones de corte señorial, una lámpara de araña en el techo reforzará el carácter clásico de la estancia, convirtiéndose en una joya que se podrá apreciar desde todos los rincones.

A ambos lados de la chimenea se enfrentaron dos sofás blancos para crear una acogedora sala de estar frente al fuego. Combinando cojines de tonos mostaza, una gran mesa de centro de madera y detalles dorados envejecidos, el salón respira mucha calma. ¡Es justo el look blanco que buscaban los propietarios!

No hay duda de que este es un salón rústico, de casa de montaña. Pero eso no quita que, también, sea muy moderno, con toques de vanguardia, incluso, como el del original papel pintado con su diseño de rayas y la realista cabeza de reno. Un papel que las decoradoras de Marina & Co diseñaron ex profeso para esta casa. Todo sin renunciar a su esencia de casa de montaña, con elementos 100% rústicos, como las vigas, una mesa de centro robusta y la leña a la vista.

Sin materiales específicos, sino con algo mucho más al alcance de cualquiera: los libros. Una pared con estanterías y cubierta de libros es una solución que protegerá tu casa frente a los ruidos del vecino, al tiempo que creará un confort acústico en esa estancia. Se evitan las vibraciones con la pared contigua. Para insonorizar la pared combina libros de distintos tamaños y deja diferentes espacios entre unos y otros.

Si las fundas para sofás en colores lisos te resultan un poco sosas, elígelas estampadas con lino damasco o con algún elemento decorativo. Por ejemplo, con faldones inferiores que tanto nos gustan o ribetes de color. En esta de la imagen, Solange Van Dorssen se ha decantado por una funda de lino en un gris suave con un bonito remate en negro.

Si en la etiqueta de tu funda de lino para sofás lees "funda de lino rugosa", se trata de un tipo de lino más resistente al desgaste y absorbente que se fabrica con telas más gruesas. Entre otras propiedades del lino, te conviene saber que este material es antimicótico y antibacteriano ¡perfecto para los alérgicos! En este salón, Gloria Borrás ha optado por enfundar los dos sofás con lino beis.

Si en lugar de un estilo tan clásico prefieres una funda para sofá de lino más desenfadada, elígela sin faldones. Eso sí, procura que sea lo suficientemente larga para ocultar las patas, un detalle que agradecerás si no son especialmente bonitas. Y si es en un tono neutro, acertarás de pleno.

"Un sofá con las patas vistas siempre resulta más ligero que uno con faldones, que se ve más vestido y con un punto clásico. En cualquier caso, conviene que las patas formen parte de la estructura, las atornilladas son más inestables", resume el experto de Atemporal. 

El sofá elegido, grande y esquinero, es perfecto para sumar asientos para las reuniones familiares. Lo han completado con un puf que también puede servir para sentarse. Al fondo, la barandilla de la escalera pintada de azul pone la nota de color, recuerda al mar y da calma al salón. 

Un módulo central con chimenea de gas separa el salón de la cocina y el office. Así, se recibe el calor de la chimenea por ambos lados. No es lo único que tiene doble cara. "Los propietarios quería ver la televisión desde el salón y el comedor, por eso pusimos en el mismo hueco dos pantallas, una enfocada a cada estancia" explican desde Deulonder. 

En esta casa, el contacto con la naturaleza está asegurado. Ya sea porque todas las estancias disfrutan de conexión con el jardín, ya sea porque Rocío, propietaria e interiorista The New Home Concept, ha salpicado cada rincón de plantas, que parecen diluir la separación de interior/exterior. En el salón, se ha optado por tres puntos de verde, un truco que nunca falla: en la mesa de centro, en el suelo y en un lateral del sofá. ¿Te has fijado en el olivo junto la ventana? ¡Nos encanta! Y es que decorar con árboles es tendencia. 

Es un truco de estilista que nunca falla: hacer composiciones de tres elementos. Y en su salón, la decoradora tomó prestada la idea para crear una composiciones de tres plantitas creando un triángulo, dos de gemelas, como son estos jacintos en flor, y una de verde que rompe la composición y le da dinamismo. Un helecho decora y "llena" con sus hojas grandes y pinadas el rincón junto a la chimenea. 

A ver, tirar, lo que es tirar, no; pero sí que la escondería. Me gusta que la televisión quede oculta y que nunca sea la protagonista del salón. Existen varias maneras para esconder un televisor en el salón: tras puertas con rieles, dentro de un armario, integrada en una galería de cuadros, hermanada con la chimenea... Elige la que más te guste, pero evita que esta cree más ruido visual del que hay. 

Me refiero a todo lo que engloba figuritas, portavelas, bandejas, plantas grandes... Los excesos siempre son malos, y en cuestión de decoración de sobremesa, ¡también!

Si fuera a tu casa a hacer un restyling, por ejemplo, guardaría tus sofás blancos. Me parecen frescos, ocupan muy poco visualmente y dan mucho juego con los textiles en los cambios de temporada. En salones modernos, ¡son geniales!

¡Qué gran verdad! ¿Y cómo se consigue no ensuciar? Manteniendo el orden. Si terminas cada día recolocando en su lugar cada cosa, te levantarás con la casa ordenada, y un hogar organizado parece mucho más limpio. ¿O no?