El propietario de esta casa lleva Jávea casi casi en el ADN. Y es que con unos pocos meses ya veraneaba en esta localidad alicantina. Y verano tras verano su historia de amor con este enclave no hizo más que crecer. Hasta que hace poco pudo materializar su sueño: comprarse una casa con vistas a la pequeña isla del Portichol. “Su ubicación, a lo alto de una colina, era privilegiada y las vistas únicas, entre el azul del cielo y el del mar”, resume el interiorista Pablo González, de Proyectos Palez, responsable de la reforma.
La toalla azul con ribete negro es de Catalina House. Las cortinas de lino blanco son de Zara Home y la alfombra redonda de fibras, de Carolina Blue.