Ropa de cama

Principalmente en los tejidos porque son los que estarán en contacto con nuestro cuerpo. Opta por materiales naturales. Pero también en muebles. Esa calidad, aún con pocos y elegidos muebles, hará que tu dormitorio te haga sentir bien. Maderas macizas o chapas de madera, lacados de buena calidad, lino, algodón, lana…

Primero a la vista y, por supuesto, a nuestro cuerpo. Y esto se consigue con los textiles de la cama: cojines y almohadones. "que sea blandito. Un dormitorio para que te haga feliz debe serlo -señalan desde Banana Home Agency- Cuando vemos una cama bien armada, con edredón gordito, almohadones, mantas, plaids… nos invade una sensación de gusto indescriptible. No te cortes en tu habitación, esto no es exclusivo de las revistas. Y en este punto, presta mucha atención también al tacto. Rodéate de textiles suaves y agradables que te mimen".

Un estampado o motivo que viene con fuerza como tendencia de decoración esta primavera 2021 es el geométrico. Se impone pero con dibujos simples, sin estridencias. Y una manera de conseguir esa sensación de calma en un dibujo tan marcado también es a través de uso de pocos colores.

Fresco, resistente, en multitud de colores, natural… y con una arruga bella. El lino siempre es un básico, y en verano más, para vestir cualquier estancia. Desde el salón con fundas, visillos y cojines; a la terraza o el comedor con manteles de caídas livianas. Y, por supuesto, en el dormitorio. Enlaza con la idea de artesanal, por su naturalidad y el acabado lavado nos fascina.

La cama es la estrella del dormitorio y es básico vestirla bien para quitarle su rigidez y hacerla mullida y muy apetecible. Una manera de lograrlo, como nos explica la estilista de El Mueble Sol van Dorssen, es mediante la superposición de diferentes textiles, colocados de manera desenfadada y combinando texturas y materiales diferentes, para darle más volumen y evitar que quede una superficie demasiado plana y dura. 

Dormirás como un bebé si vistes la cama con tejidos naturales, como linos y algodón. El algodón es perfecto tanto en verano como en invierno. Permite que circule el aire, son frescas, suaves, absorben la humedad y evitan las reacciones alérgicas en la piel. En cuanto al lino, es más indicado para el verano. Es muy popular por sus propiedades hipoalergénicas y su capacidad para regular de manera natural la temperatura de la cama. Sin embargo, pueden resultar algo pesadas y tienden a arrugarse. 

No es ningún secreto que en El Mueble nos gustan las camas mullidas y gustosas. Y la ropa de cama es un gran aliado. Pero no debemos olvidarnos del poder de los plaids y las mantas para suavizar la "dureza" de la cama. Colócalos de manera "descuidada" a pie de cama, como si diera la sensación de cama deshecha, y suavizarás las líneas rectas del pie de cama y haciéndola más apetecible. 

Porque les baja las revoluciones y son tonos dulces que combinan bien con todo tipo de estilos, no solo con los más clásicos. ¿Un ejemplo? El que ves en imagen: el rosa, que, combinado con gris, rebaja ese halo romántico y femenino que siempre se le asocia. 

"No soy partidaria de engamarlo todo en un dormitorio. No es necesario que absolutamente todo (textiles, tapicerías, alfombra, color de las paredes…) sea igual o del mismo color. ¡Atrévete a mezclar!", recomienda Sol. 

"La cama es una estructura dura que conviene ablandar y la ropa de cama y los cojines decorativos ayudan a ello. Pero no debemos olvidarnos del pie de cama. Para suavizarlo y, de pasada, vestir aún más la cama, son muy útiles los plaids o las mantas, colocadas de manera casual a pie de cama", recomienda Sol. Incluso si a pie de cama tienes una banqueta, como aquí, puedes colocar un plaid con este efecto como desarreglado o bien colocar un par o más doblados.

"Es otro error común: atiborrarlo de muebles. No es necesario, a no ser que el dormitorio sea muy amplio. Mi recomendación es apostar por las piezas básicas", apunta la estilista de El Mueble Sol van Dorssen. De hecho, si quieres que tu dormitorio gane visualmente en m², es mejor dejar libres de muebles 2/3 partes de las paredes. 

Las cortinas, no solo ayudan a regular la entrada de luz y brindan intimidad, sino que además decoran y visten un espacio. Un dormitorio sin cortinas o estores no se verá tan acabado como uno con cortinas, sobre todo si estas descansan holgadamente en el suelo, como nos gusta en El Mueble. 

"Es un error habitual, colocar los cuadros demasiado altos. Me gusta dejar poca altura entre el cuadro y el mueble", explica Sol. Se recomienda dejar unos 30 cm entre el cabecero y el cuadro, aunque todo depende del tamaño del cuadro, de la habitación... Lo ideal sería que el centro del cuadro te quede a la altura de los ojos, para poder apreciarlo bien.

Los papeles pintados más adecuados para decorar habitaciones pequeñas son los de fondo claro y liso con motivos de tamaño mini o medio. No es que no puedas usar maxi estampados pero es más difícil acertar con ellos. Funcionan muy bien los papeles que aportan textura porque imitan, por ejemplo, el efecto de los tejidos. Enriquecen sin saturar y son muy confortables.

Es preferible que optes por tonos lisos en las piezas más grandes e introduzcas algún estampado en cojines. Vestir la cama con cuadrantes de 50 x 50 o 60 x 60 cm también es para dormitorios pequeños. Si la cama está bien vestida, prácticamente no necesitarás más decoración o la mínima sobre los muebles, y se verá ordenado y despejado el espacio.

Una mesita de jardín de madera blanca y estructura plegable ha sido la elegida como mesilla en este dormitorio súper green. ¡Y qué mejor que rodearlo con muebles, objetos decorativos y ropa de cama que evoquen el exterior!

Estos dos cuadros funcionan bien por separado, como se han colgado aquí, pero también juntos, ya que son dos partes de un todo. En este dormitorio, además, al prescindir de cabecero, enmarcan visualmente el espacio de la cama y le dan protagonismo. 

En este dormitorio la elección de los cuadros, dominados por el azul, no es casual. El pavimento, un precioso mosaico Nolla con motivos en azul, tiene mucho peso visual en este dormitorio convirtiéndose en activo de la decoración. Por lo que no es de extrañar que sus colores –blanco, azul, gris y negro– hayan influido en la elección de la ropa de cama, el cabecero y, por descontado, los cuadros, dos piezas de la misma serie que se han colgado abarcando toda la pared del cabecero. 

Esta fotografía en blanco y negro viste la pared a pie del dormitorio pero sin estridencias. ¿La clave? La elección del blanco y negro, a juego con los colores dominantes del espacio: el blanco que tiñe paredes, suelos, techos y carpintería, y el negro de los detalles textiles que crea contraste. Además, la temática, tan urbana –es el mítico puente de Manhattan de Nueva York–, acentúa el contraste con un casa de montaña como esta. 

La elección de estos soportes para colgar las láminas da un look desenfadado y relajado a la composición, muy en sintonía con el estilo sereno y boho de este dormitorio. 

El amarillo Illuminating es uno de los dos colores Pantone 2021. Su elección responde a la necesidad de rodearnos de positivismo y energía. No obstante, decorar con este tono nunca resulta sencillo, si nos pasamos, podemos acabar con ''exceso de vitaminas''. ¿Lo más sensato? Elegirlo en pequeños complementos y combinarlo con un fondo neutro como el blanco. Los textiles nunca fallan, así que anota: cojines, mantas, plaids, cortinas...

Abres el canapé de la cama, y ahí están, una horda de mantas viejas que llevas años usando ''porque total, las pongo debajo del edredón y no se ven''. Haznos caso, lo mejor que puedes hacer es meterlas en bolsas y donarlas a un refugio de animales. Después, cómprate una o dos mantas de lana de excelente calidad que se queden contigo el resto de tu vida. De este modo, además de poner tu granito de arena para que los perros y los gatos duerman calientes este invierno, ¡ganarás un espacio exquisito!

Los estampados de cuadros son muy de invierno. Adóptalos en tu dormitorio en tonalidades cálidas, como estos cojines y ropa de cama de la imagen muy bien combinados en marrón chocolate y granate. Si a ello le sumas un revestimiento con textura, una mesilla de noche en madera y una lámpara de fibra subirá la temperatura de la estancia al instante.

Para evitar que tu salud se resienta, especialmente si eres alérgica al polvo y a los ácaros, es imprescindible que limpies el colchón. Aprovecha el cambio de sábanas semanal para ventilarlo, sacudirlo y pasarle la aspiradora. Acuérdate también de esperar unos minutos para hacer la cama cada mañana, después de haber ventilado la habitación.

También en el dormitorio juvenil. Porque los cestos en una estantería abierta son idóneos para decorar y mantener en orden las cosas más pequeñas. Así que no dudes en colocar cestos. Si los ubicas en estantes superiores, mejor con tapa para preservar el contenido del polvo. Intenta que el tamaño de cada uno sea adecuado al del estante.

¡Error! Y no cuesta nada hacerlo cada vez que hacemos la cama. Este pequeño detalle es fundamental si queremos dormir mejor y cuidar nuestra salud. Si no lavamos las sábanas y tampoco las sacudimos podemos tener problemas en la piel o en la calidad del sueño. 

Al menos durante 30 minutos hay que ventilar todas las mañanas el dormitorio. Igual pasa cuando se limpian las habitaciones. Si limpiamos y no abrimos las ventanas nos costará más respirar adecuadamente. Al mismo tiempo, con este pequeño gesto conseguiremos que los ácaros salgan de casa. 

Muchas veces, cuando nos cambiamos de ropa tras llegar a casa, la dejamos tirada encima de la cama o en la butaca del dormitorio, pero toda persona ordenada sabe que es pecado irse a dormir sin haberla devuelto a su sitio original, es decir: el armario. ¡Habemus orden!

Saca partido a tu dormitorio por pequeño que sea con esta idea que aprovecha el espacio que queda alrededor de la cama. ¿Cómo? Con un decorativo frente de armarios que te ayudará a organizar tu ropa o la de casa. Opta por dos columnas a cada lado de la cama o por una composición tipo puente -como esta- unida en la parte superior.

Hay diseños de mesitas de noche que quedan suspendidos de la pared o que cuentan con patas altas y que se tercian a aprovechar el espacio que dejan debajo, ese que no se ve a primera vista, con cajas o cestas, incluso, una balda. Puedes colocar libros, las zapatillas de estar en casa, una manta, las gafas de lectura, la crema de manos…

Esta es otra idea sencilla de realizar para aprovechar el espacio "invisible" del dormitorio, ese que estamos descubriendo. Un armario ligero y económico que puedes realizar de obra, integrando en el mismo color de la pared los estantes. Como puertas, visillos. Con 40 cm de fondo tendrás mucha capacidad para guardar ropa doblada. Mira las paredes, la distancia hasta la cama y mide.

Es ver una manta de lana y subir de inmediato la temperatura de la habitación. Y es que la lana lleva implícito el mensaje "acogedor". De tacto cálido y confortable, las mantas de lana son ideales para protegernos del frío. Las mejores son las que están hechas de lana pura, sin mezclar otras fibras. 

Las velas son grandes creadoras de ambiente. Y aunque no conocen de estación, es durante los meses más fríos del año cuando ver el tintineo de su llama multicolor reconforta especialmente. Además, crean atmósferas más íntimas, por lo que son ideales en el dormitorio. Elígelas con aromas que te recuerden al otoño –eucalipto, canela, frutos rojos, higos, madera...– y la transformación será completa. 

Es el momento de guardar las frescas fundas y sábanas de verano y empezar a sacar las de entretiempo, de algodón o incluso de textura de jersey, que son suaves y más cálidas que el lino sin llegar a las texturas abrigadas de la franela. 

La ropa de cama tiene un poder transformador enorme del look de un dormitorio. Así que nada más fácil para darle un aire otoñal y más acogedor a la habitación que apostando por una ropa de cama de tonos marrones, anaranjados, rojizos, mostaza o incluso destellos dorados. Aprovecha, también, para cambiar las fundas de los cojines y cuadrantes.  

Sí, el blanco no es un color prohibido en otoño. Vinculado sobre todo al frescor del verano o a un entorno de montaña por su vínculo con la nieve, no temas introducir el blanco en la ropa de cama este otoño. Es un color que transmite limpieza y paz, ¡que es lo que le pedimos a una cama! Un consejo: apuesta por los blancos rotos, que son más cálidos. 

El boom que han experimentado en los últimos años el suelo hidráulico ha hecho que proliferen propuestas de diferentes firmas a precios asequibles. Puedes optar por comprar los auténticos, más caros, o los cerámicos, más económicos. Incluso, como ya hemos mencionado las versiones vinílicas.

El color marrón es un buen transmisor de calma, por eso, es perfecto para decorar salones y dormitorios. La interiorista Asun Antó lo ha elegido en el dormitorio de esta casa. Para ello ha utilizado un cabecero de madera XL en un beis clarito que contrasta con la ropa de cama en color café, gris y ligeros destellos dorados. Así, el dormitorio respira un look muy natural que es lo que se buscaba.

La gama de los verdes también está presente entre las propuestas para este otoño. Y razones no le faltan: "Inspirados en las plantas y los bosques, en un estilo de vida orgánico, en la sencillez y el confort… El verde aumenta el bienestar, el equilibrio y la armonía y proporciona la sensación de frescura y vivacidad. Se trata del color más relajante para el ojo humano, por lo que resulta ideal para dormitorios y salones. Pero también puede usarse en espacios más funcionales como la cocina o el recibidor", sostienen desde Valentine. 

Dobladas y bien estiradas. Tanto si ya están planchadas las sábanas como si es una tarea pendiente (porque te resultará más sencillo eliminar las arrugas). Es importante que dobles en cuadrados o rectángulos más o menos del mismo tamaño la sábana bajera y la encimera.

Hay que mantener el orden para que hacer la cama sea más fácil. Y lo suyo es que la cama se haga con juegos completos. Por eso no debes guardar la ropa de cama en el armario desparejada (sino por juegos completos) ni tampoco hacerlo de manera apretujada, que no haya prácticamente hueco en el estante para sacar una sábana sin tirar de otra. Así no respira el tejido y coger una se convierte en misión imposible. También se arrugarán más.