Cómo pintar

"Agita enérgicamente el spray durante 1 minuto después de que suenen las bolas mezcladoras del tarro y aplica la pintura en capas finas y cruzadas a una distancia de 25 a 30 cm. Así, da dos capas finas y luego una tercera más gruesa. Lo protegerás mejor y le darás un acabado brillante y homogéneo", nos recomiendan desde Titán.

Aunque esté perfecto, se aconseja lijarlo de forma suave para abrir el poro y mejorar la adherencia del esmalte. Desde Titán nos proponen su Preparación Multiuso al Agua o su Esmalte Ecológico al Agua.

Ya podrás mover el electrodoméstico a su sitio. Y dejando que pasen 24 más, podrás limpiar la superficie de forma suave con agua jabonosa. Aunque si utilizas un esmalte ecológico al agua como el de Titanlux, también podrás utilizar cualquier producto de limpieza de electrodomésticos gracias a su resistencia.

En este espacio decorado por Cristina Mateus, el office se encuentra en el punto más alejado de la ventana pero no es para nada oscuro. El color de pintura elegido le da alegría y claridad. 

Un revestimiento de madera que se aplica a paredes y puertas y que consigue no solo aportar estilo sino darle un toque especial y muy elegante a estancias que, a priori, podían parecer sosas. Lámpara, en Cado. Espejo, en Sacum.

Si te parecen estructuras con demasiado peso visual puedes rebajarlas. Tienes varias opciones: pintándolas de colores claros o, en piezas como esta, eliminando la trasera y pintándola clara. Mesa, de Coton et Bois. Sillas, de Sacum. Lámpara de techo, de Antic Line. 

El naranja y el rojo son colores cálidos, pero no son para las paredes precisamente. ¿Y entonces? Conseguirás el efecto con grises medios y oscuros, verdes –sí a los tonos botella u oliva– o azul petróleo.

Al darle conlor con pintura, el techo se acerca visualmente, se reduce la altura y la estancia parece llenarse. Da sensación de abrigo. Una pequeña locura que sube la temperatura. Mobiliario realizado a medida por Indecoba y encimera de Neolith.

Mejor en un tono neutro más subido, intenso. Combínalos en las paredes. El resultado es sosegado y acogedor. Mesa de centro y auxiliar de Coton et Bois, lámpara de sobremesa, cestos y alfombra en Sacum.

Instala listones en tu pared lisa y consigue este efecto. Aquí, la calidez del dormitorio se refuerza con un cabecero tapizado hasta el techo y un intenso color fresa. Cabecero a medida de Tapicería Marcasal, taburete de madera en La Maison, mesita de noche de Miv Interiores, lámparas de techo en DomesticoShop y alfombra en Matèria.

Una solución de estilo clásico que enmarca y da protagonismo a la combinación de cortinas. Pintada de un color distinto a la pared, da un toque muy especial.

Ahora es importante dedicar un rato a tapar bien lo que no quieres pintar para, después, no perder el tiempo eliminando manchas de pintura. Tapa con cinta de carrocero los límites que no quieras traspasar y con papel, el fregadero, la encimera y el suelo.

"Normalmente se aplicaría una imprimación en base agua, pero al ser muebles de cocina que normalmente tienen grasas, una imprimación al disolvente nos dará más adherencia", comenta Sergio. Luego, habrá que esperar 48 horas y ya se podrá aplicar el esmalte de acabado. 

Naturales. Busca pinturas con componentes de origen vegetal y mineral, sustancias biodegradables y respetuosas con la salud. Colorea, Keim, BioRox o Livos son marcas especializadas.

Es una combinación segura, que resulta cómoda y agradable a la vista ya que permite utilizar, incluso, colores muy intensos o atrevidos y conseguir resultados armónicos y mesurados. 

Recuerdan al café, a la madera, al relax y se asocian al aire libre, a lo natural y sencillo. En decoración, es un color cálido acogedor y transmite sensación de hospitalidad, creando un ambiente estable, protector y seguro. Combinado con blanco gana la luz y el brillo que le faltan.

Es el color vino viejo. Muy expresivo, crea atmósferas que sugieren intimidad y mucha personalidad. Si lo eliges para tus paredes, contempla pintar solo una de ellas y decora el espacio con piezas ligeras; que no haya nada que compita con su intensidad. Este es de Jotun.

El amarillo es así. Se relaciona con el sol, con el oro, con la energía más intensa. Transmite calor, así que será ideal para habitaciones frías. Es un tono desenfadado y estimulante, por lo que es ideal para habitaciones infantiles. Dale a las paredes un toque, no las pintes todas amarillas. Aportarás luz sin abigarrar.

Los esmaltes de Bruguer, por ejemplo, alcanzan su dureza definitiva pasadas tres semanas desde su aplicación y, según nos cuentan, resisten muy bien el desgaste y mantienen el brillo. Por eso no es necesario repintar a menos que quieras volver a cambiar el color de nuevo.

Para obtener un perfecto acabado es recomendable extender una capa de esmalte con una brocha e, inmediatamente después, repasar con un rodillo de espuma compacta (poro cero): Es resistente al disolvente y con bordes redondeados alisa los pequeños relieves.

Y esta foto demuestra esta teoría. Si te gusta el arte, el color beige también es un buen marco para hacer lucir los cuadros.

Si buscas destacar una pared con otro color, el beige también puede ser una buena compañía, especialmente para los tonos naturales. 

Si te encantan los sofás blancos, las cortinas blancas, los muebles blancos... elige el beige. Los resaltará sin quitarles ni un ápice de protagonismo.

Cuando el color beige es muy claro prácticamente pasaría desapercibido si no le pusiéramos un poco de blanco al lado. Crean una composición sutil y de suma elegancia. 

De forma sutil, claro. Como el resto de carpinterías en blanco, puertas, escaleras... 

El cambio de color los destacará y los convertirá en protagonistas, así como las carpinterías clásicas en marcos, puertas y ventanas. En las paredes, puedes conseguir que cojan más volumen y presencia en beige, que si las pintas en blanco.

O como color para contrastar el mobiliario blanco de tu cocina. También puede ser una buena excusa para introducir aires más campestres, como la campana.

Si finalmente te decides por sus servicios, debes contar, como nos dice Natalia, "aproximadamente un 20% más de lo que saldría a priori hacerlo por ti mismo, pero dado el control de gastos y plazos, la previsión y la reducción de imprevistos técnicos y económicos, supone un ahorro en el total".

¿Qué tiene que ver con la felicidad? ¡Mucho! Así tendrás una casa sana y eso te hará sentir (y respirar) mejor.

"Hay que hacerlo sin prisas –continúa Julián–. Hay que quitar herrajes y bisagras para no mancharlos. Luego, si tiene manchas, hay que limpiarla con disolvente, lijarla con una lija media, dar una capa de selladora, enmasillar desperfectos, lijar las asperezas que queden tras la selladora, y pintar".

Craquelados, patinados, pintura a la tiza... hay mucha variedad y el precio variará dependiendo de la técnica y del aplicador, pero desde Pinturas Etxebarri nos explican que puede rondar los 220 € por puerta siempre que sean puertas de paso sencillas. 

Cuanto más claro, cuanto más blanco contenga un color, más luz reflejará. Y aunque no sea tan luminoso como el blanco, los tonos con amarillos, pueden ser mucho más cálidos. Este tono crema, por ejemplo, lo envuelve todo, paredes, techo, cortinas...

Los clásicos arrimados en blanco son un seguro para la luminosidad de un espacio, pero también nos los podemos imaginar al revés. Si ponemos color en la parte baja y el blanco se junta con en techo, la sensación de luz es mayor. Pintar siempre los techos de blanco es una costumbre muy acertada.

Cualquier tipo de madera, incluso la pintada, aportará calidez. Iremos incrementado la temperatura a medida que vamos viendo la veta o recuperando su color natural. De menos a más: madera pintada, madera pintada con textura o grietas, madera envejecida, madera decapada, madera natural... En este caso, se ha recuperado la madera pero dejando el velo blanquecino.

Centra tu atención en una pared y aplica sobre ella un color más intenso o una superficie con textura. Cuanto más luminosa y grande sea la estancia, mayor será el cambio.

El cliente, el mueble, la tendencia y la ubicación donde se sitúa el mueble nos dirá cuál es el acabado más adecuado. Si eres principiante, solo pinta y encera. Si es un mueble de mucho uso quizá un simple pintado con una pintura adecuada será suficiente para transformarlo. Si te gusta ese aire que deja el paso del tiempo puedes lijar un poquito los cantos. 

 

 La verdad es que con un simple "pintado y encerado" un mueble puede gozar de un cambio espectacular. Dependiendo del estado de la pieza, no hará falta más. Lo más importante es escoger la pintura y color adecuado en cada caso.

Eso sí, gracias a unos cestos de fibras, que son capaces y decoran. Para darle más practicidad a la pieza, se ha instalado un cogedor en el frontal. 

 Si la habitación es pequeña, lo mejor será elegir colores no demasiado intensos. Y mejor fríos que cálidos. ¿La pared ideal para pintar de color? La que tenga las ventanas para dejar que la luz incida en las blancas. Butaca, de Crearte. Espacio decorado por Jeanette Trensig.

Si está orientada al norte, recibirá poca luz natural, así que lo ideal es pintar esa pared con colores cálidos y pálidos. Pero si está orientada al sur, podrás optar por más fríos. Butacas, de Baladia & Valklein, en Mercader de Venecia. Salón proyectado por Pepe Llaudet.

 Es clave para elegir el color. Si tienes sol durante muchas horas al día, podrás elegir colores más oscuros pero si entra solo claridad, es mejor que optes por tonos más tenues. Cómoda, de Homes in Heaven. Lámpara de sobremesa, de Daissie Artisan. Dormitorio proyectado por Pia Capdevila. 

 Hablamos siempre de luz natural pero la artificial es clave, sobre todo en invierno. Ten presente que los LED fríos reducen la viveza de los colores; los LED cálidos acentúan esa calidez y los halógenos aportan una luz blanca que realza los colores. Espacio de Pepe Llaudet. 

Si tu estilo es nórdico o contemporáneo, te irán más los tonos fríos y neutros (azules o grises, por ejemplo). Si eres más clásico, los neutros tirando a cálidos (los arena son una opción). Si eres vintage, intensos (verdes menta, rosas, ocres...). Mobiliario, de Ikea. Sillas, en Mercantic.

Un ejemplo: no es lo mismo pintar un estudio que un dormitorio. Para el primer caso, lo mejor es elegir tonos estimulantes (verde intenso o mostaza, por ejemplo) y para el segundo, más relajantes (azul, gris o verde suave). 

 La plástica al agua es de las más usadas. Si la prefieres pintura ecológica, el acabado tiene a menudo un toque chalk paint. Para ir rápido, elige una pintura monocapa. Y para estancias con humedad (baño, cocinas...), antifungicidas. Mesa de centro y butaca de Sacum y banco de La Maison. 

Es importante el acabado. Si la pared que quieres pintar está perfectamente lisa, podrás elegir una pintura brillante. En caso contrario, mejor mate, así disimularás los defectos. Mesas de centro, de Meritxell Ribé - The Room Studio. Alfombra, de Nani Marquina. 

Tenlos en cuenta a la hora de elegir el color de esa pared porque todo tiene que estar en armonía. Cabecero, colcha, cojines y cubrecanapé, en Azalea Decoración. Mesita de noche, de Wunderkammer. Lámparas apliques, de Saltoki. Dormitorio decorado por Belén Campos. 

Y por supuesto, antes de quedarte con un color concreto, haz varias muestras y míralas a diferentes horas del día y con luz artificial. Te acabarás de decidir. Sofá, de Frajumar. Mesas de centro, diseño de Luderna Design. Alfombra, de Benuta. Salón decorado por Juanma Alfonso, de Luderna.