"El blanco es, sin duda, un color ideal para ganar luminosidad en cualquier espacio, incluido el baño. Sin embargo, un "total white" puede resultar monótono y, en ocasiones, demasiado clínico. Yo prefiero colores neutros que transmitan esa misma sensación de limpieza y amplitud que el blanco, pero que también aportan calidez. El beige, el gris claro, el crema o el tono arena, son excelentes alternativas".