Azulejos

Aunque existen numerosos limpiadores industriales para eliminar la grasa y cal acumuladas en los azulejos, existen remedios más naturales y económicos. Uno de ellos es el de reutilizar el agua en el que previamente hayamos cocido patatas: pasar por las baldosas un paño empapado en este agua aún caliente, es una alternativa natural para desengrasarlas, limpiarlas y sacarles brillo.

El esmalte, con una excelente adherencia y un resultado final más resistente y elástico que otras pinturas. Lo tienes en distintos acabados: mate, brillo y satinado. Y con base de aceite (esmalte sintético) o al agua (esmalte acrílico).

Los esmaltes de Bruguer, por ejemplo, alcanzan su dureza definitiva pasadas tres semanas desde su aplicación y, según nos cuentan, resisten muy bien el desgaste y mantienen el brillo. Por eso no es necesario repintar a menos que quieras volver a cambiar el color de nuevo.

No pasa nada porque el esmalte tiene un buen agarre. Eso sí, de nuevo, deben estar bien limpios. Un truco que nos dan desde Titan: pasar un trapo con lejía doméstica diluida con agua (9:1) para eliminar los restos de silicona que puedan dejar los productos convencionales.

 Da un acabado brillante, resiste la humedad y, a parte de ser ideal para azulejos, también se utiliza para puertas y marcos de madera. Un handicap: el blanco, con el tiempo, puede amarillear. Seca muy rápido y las manchas se limpian con aguarrás o disolvente.

Para aplicar el esmalte, es fundamental remover bien el producto con una espátula con movimientos desde abajo hacia arriba para asegurar la perfecta homogeneización del color y el acabado.

Los esmaltes pueden costar un poco más de aplicar que la pintura plástica normal para paredes pero no necesitan imprimación previa, lo que facilita el trabajo. Aunque para mejorar la resistencia, tienes la opción de darle una capa de protector específico para esmaltes.

 Las baldosas subway hace tiempo que abandonaron ls estaciones de metro para conquistar baños y cocinas. Armario de cocina, de Fustería Catot. Lámpara de mimbre, en Maisons du Monde.

Además de darle un poco de color -el verde- las baldosas de cerámica con efecto cristal son una opción fácil de limpiar y que además multiplica la luz. Los azulejos son de Porcelanosa. La campana, de Cata y la encimera es de Silestone.

Gana originalidad y color en la cocina colocando un salpicadero tipo mosaico. Protegerás la pared de las salpicaduras y la humedad.

El azul y el blanco nos recuerdan la época estival y nos transportan cerca del mar. Fresco, luminoso y mediterráneo, así es este salpicadero con mosaico. Las baldosas son de Azul Acocsa. 

Sólo necesitas cinco metros para tenerlo todo. El suelo hidráulico marca la frontera entre la cocina y el comedor donde el pavimento es ya de madera. Un dúo fantástico. 

Los propietarios necesitaban una cocina muy funcional porque les gusta mucho cocinar y pasan mucho tiempo juntos en ella. Por ello la querían amplia, conectada con el comedor y con salida al jardín. Y Meritxell consiguió que fuera tal como habían deseado. Taburetes, también de Ribé.

El estudio de Meritxell Ribé decidió jugar de nuevo con el color para crear un pavimento floral. Lo hizo con piezas hexagonales hidráulicas de dos tonos distintos. De nuevo, el gris y el piedra. El resultado es realmente espectacular y cubre de la cocina al comedor. 

Ya en el comedor, el color de la casa vira hacia mar adentro y las paredes se tiñen de un tono más azulado, sobre el que destacan la madera natural de las alacenas y la mesa, y las lámparas blancas (de fibra de vidrio). Y este gris-azulado queda genial con el más suave del suelo y el piedra.

 Mira cómo quedan las baldosas colocadas en junta corrida. Si lo tuyo es el orden y la armonía, no te compliques e inspírate en este cuarto de baño. Tanto las baldosas del suelo, como las de las paredes, están en la misma disposición, alineadas en perfecto orden, lo cual da una sensación de amplitud y serenidad.

 A veces no hay más que cambiar el punto de vista para obtener un resultado distinto. Las paredes de esta cocina tienen baldosas en alineación corrida, con la diferencia de que están colocadas verticalmente. Esto cambia por completo la estética y tenemos una cocina muy sencilla, pero con algo que acapara la atención y crea el efecto de mayor altura.

Este tipo de baldosas y colocación están arrasando en Pinterest, en Instagram y en la vida real. Son las típicas inspirados en los andenes del metro, blancas y biseladas, pero que han encontrado una segunda oportunidad en los baños y cocinas de los amantes de la decoración.

Este tipo de colocación rompe un poco con la simetría, con lo que queda algo más desenfadada. 

 A pesar de ser baldosas blancas sin relieve, al colocarlas siguiendo el esquema de línea cruzada crean un dinamismo visual muy decorativo. Los detalles dorados son perfectos para conseguir ese aire vintage-moderno tan de moda en los diseños de baños.

 La espiga no solo ha vuelto con fuerza en los suelos de parquet. También lo ha hecho en el revestimiento del baño. Si además le añades el espejo adecuado, te transportarás directamente a los años 20. 

Este cuarto de baño combina dos tipos de baldosa para conseguir un efecto sencillo y moderno. Por un lado, los pequeños mosaicos del suelo y por otro, las baldosas de la pared haciendo un zigzag que hipnotiza.

​Si incluyes una hornacina en la ducha y colocas unas baldosas distintas a las que del resto de las paredes, conseguirás un efecto visual tan chulo como este. Por no hablar de que tendrás un lugar cómodo para colocar tus productos.

 Esta cocina blanca diseñada por Antima sigue la consigna de menos es más. Todo en blanco, con muebles sin tiradores ni siquiera uñeros ya que los armarios se abren por presión. El antepecho se ha revestido con baldosas tipo metro, cuyo dibujo parece que repite las divisiones entre cajones y armarios.

Las baldosas hidráulicas típicas de los pisos modernistas se reinventan y conquistan espacios totalmente nuevos. En caso de usarse como salpicadero, es mejor optar por las imitaciones cerámicas, ya que resisten mejor que el hidráulico original. 

Poner los radiadores en los puntos estratégicos con menos ángulo de visión es otra técnica para ocultarlos al máximo. Como en este aseo, donde al abrir la puerta el radiador no se ve. 

Que la zona de trabajo de la cocina cuente con iluminación es básico no solo para cocina. Te permitirá ver claramente lo que estás haciendo y percibir los colores reales de los alimentos. Puedes colocar una tira led que te permita ver bien y que, además, dote de este punto decorativo tan agradable. 

Un revestimiento campestre como pocos. Aquí, la cal reviste las paredes de este baño hasta media altura. El pavimento es de piedra de Bali y las vigas, de madera de sabina. De Antonia Colomar. 

Movieron la cocina de sitio y ese fue uno de los grandes cambios de la obra. Los muebles los hizo un carpintero de la zona y aportan su toque rústico.

En el antepecho de la cocina se han puesto hidráulicos recuperados, de Rajoleria Llensa.

Los baños son todos nuevos, la casa no tenía. Aquí usaron una pila antigua que incrustaron con microcemento. El suelo es un hidráulico recuperado. 

 El sofá en 'L' y la mesa de centro son de Kenay Home. Los cojines son de La Maison, Filocolore y Sira Barcelona.

Lo primero que sorprende son los azulejos decorados con cenefas de zigzag que cubren la pared.

Pero que sea pequeño y de colores claros. Éste es del siglo XIX. Piso rehabilitado por Núria Selva.

“Queríamos que se pudiera cocinar mirando al mar y una campana normal era una complicación. Así que pusimos una campana que se engancha a la vitrocerámica, y eliminamos todas las barreras visuales con el mar”, explica Marta. La mesa está integrada en la cocina.

Como una estrella del viejo Hollywood, así es esta bañera. Su silueta blanca y redondeada ocupa un lugar privilegiado del baño, con las mejores vistas y mucha luz natural. El suelo de mosaico todavía hace que destaque más. 

Una cama en blanco y unas paredes en blanco destacan todavía más sobre un suelo de mosaico hidráulico o de colores llamativos. Para darle calidez, toques amarillos .

En todo momento se intentó conservar los elementos tradicionales. Un ejemplo: las hermosas vigas que cruzan toda la casa, también lo hacen en la cocina. Y es que entre maderas anda el juego. La de las vigas es de castaño. Y la de la pequeña isla, de abeto. 

  Antes de irse a dormir no te olvides de fregar todos los utensilios y de dejar la encimera despejada. Por la mañana agradecerás que todo esté en orden en la cocina. 

La cocina reproduce el ambiente propio de una masía detenida en el tiempo, aunque las encimeras originales se reemplazaron por mármol Macael y los muebles se hicieron a medida en un color verde grisáceo.

Sin duda dan aire campestre inmediato. También ayudan los frentes de los muebles, realizados con cuarterones. Y para comer, una combinación que no falla: mesa de madera y sillas de hierro. 

 Si quieres disfrutar en la cocina de la calidez que aportan los suelos de madera sin temor a que se estropee, las nuevas propuestas cerámicas, cada vez más realistas, son una buena alternativa.

 Los suelos hidráulicos son tendencia. Para disfrutar de su belleza sin saturar el ambiente, recurre a alfombras de baldosas de este material combinadas con madera o porcelánico en acabado liso.

Aunque el factor estético tiene mucho peso en la elección del suelo, no dejes que esto comprometa su resistencia o durabilidad. Los suelos duros, como la cerámica, la piedra o el microcemento son los mejores para espacios de mucho tránsito.

 El tacto que ofrece el suelo, sobre todo con los pies descalzos, es un factor a tener en cuenta en la elección del material, sobre todo en estancias como dormitorios o baños.

No. De cerámica que imita palés antiguos. Así no necesita cuidados extras, pero el look es tan cálido como la madera. 

Gracias a la ventana, esta cocina en L presume de mucha luz pese a sus reducidísimas dimensiones. Y no pierde ni un centímetro: los armarios llegan gasta el techo y se ha sacado partido también de la esquina.