Este salón, con sus hojas, su madera, su fibra... ¡Lo tiene todo para transportarte al campo en un abrir y cerrar de ojos! Las texturas naturales son la clave, y el color verde es el protagonista absoluto de la estancia: el sofá (y los cojines) crean un foco de atención del que cuesta apartar la vista. Pero no solo es verde el sofá: hay toques en el plaid, los jarrones y las plantas. Además, en la mesa de centro, dos arreglos mini también verdes, sin flor, completan el look selvático.