Mesas de comedor

La cocina se ha concebido "a la americana", con un espacio muy generoso que integra el comedor de diario para que la vida familiar discurra, con todas las comodidades y sin estrecheces, en este espacio. Rodeado de ventanas, como si de un mirador se tratara, se ha equipado con muebles de madera, que suman encanto y calidez. ¿Quieres descubrir el resto de espacios de esta casa?

El salón da la espalda al comedor, decorado en sus mismo tonos y materiales. "Me encantan los tonos naturales y siempre apuesto por ellos", explica la decoradora. Por eso tanto en el estar como en el comedor dominan blancos, crudos y arenas, con maderas y objetos de loza y barro cocido. En este salón cada mueble es especial: "no quería llenar la casa de muebles sin importancia, quería que fueran especiales" añade. 

La idea de que cocina, salón y comedor compartan espacio lleva calando en nuestras casas desde hace tiempo. Ahora se intenta darles un poco de intimidad con cerramientos acristalados que dejen pasar la luz y den sensación de amplitud. La interiorista Natalia Gil ha optado aquí por separar la cocina con office del salón con un panel fijo de cristal en negro. Una excelente manera de mantener olores y ruidos a raya. Los cuarterones verticales le dan un porte más elegante.

Los cerramientos acristalados en negro dan un toque industrial a las estancias. Para suavizarlos, combínalos con materiales más cálidos como madera y fibra. Es lo que ha hecho en esta cocina pequeña la interiorista Marta Tobella. La cerró para darle más intimidad y separarla del comedor con un panel fijo, liso y esquinado. Tanto los muebles de la cocina como la mesa de comedor rústica comparten la madera de roble como material. Y la lámpara del comedor de fibra natural contrasta con las metálicas suspendidas de la isla.

Pintar con Chalk Paint un mueble de línea actual también es posible, aunque sea de melamina. Hay una técnica para ello. Y los colores para elegir… ¡inagotables! Si quieres el efecto de este elegante verde grisáceo, decántate por Dried Moss. Combina perfectamente con maderas (también nogal, tan de moda), camel y cuero. El bote de 1 l tiene un PRECIO de 34,95 €.

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En realidad, las alacenas admiten cualquier color llamativo, sobre todo si se trata de piezas recuperadas que destacan por su diseño y que se incorporan a la decoración para levantar un conjunto más neutro. El Amarillo Tostado de Chalk Paint nos encanta para los atrevidos. Mate Mimosa o Mate Indian Sand para los que quieres amarillo pero suavizado. Este azul tiene fuerza. Cópialo con Satinado Turquesa Vivo. El bote de 1 l tiene un PRECIO de 48,95 €. 

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La archiconocida pintura Chalk Paint o pintura a la tiza tiene mil usos y es gracias a los tipos de pinturas, a su variedad de aplicaciones sobre superficies diferentes y a esa carta de colores que inspira. Y hay colores que parecen "hechos" para muebles concretos. Como esta alacena en un azul náutico elegante y refrescante al mismo tiempo. ¿Quieres dar una nueva vida a la tuya? Está muy relacionado este tono con la sensación de calma y bienestar. Quédate con el nombre: Velvet Naútico de Chalk Paint. El bote de 2,5 l tiene un PRECIO de 69,95 €.

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Vintage Casablanca es perfecto para actualizar ese mueble recuperado de madera oscura. Un diseño con historia y encanto que en tu casa quedaría demasiado marcado, pero que se transformará por completo con un tono blanco Chalk Paint como Casablanca, un blanco medio, entre el Bright White y el Blanco Antiguo. ¡Cómo destaca aquí entre paredes de tono intenso! El bote de 1 l satinado tiene un PRECIO de 48,95 €.

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Siempre surgen dudas sobre qué tipo de alfombra elegir. Pues bien, los interioristas lo tienen bastante claro. Para Rober Quiñones-Her, de RQH Studio, "cuando no queramos delimitar un espacio en particular, lo que suele funcionar bien es si la habitación es cuadrada, una alfombra cuadrada; si la habitación es alargada, una alfombra alargada. Si es para una mesa redonda, alfombra redonda". 

Está claro que las alfombras, además de aportar calidez, belleza y color al comedor, son prácticas. Permiten dividir espacios y crear ambientes diferentes, tengas un comedor grande o no. Así lo tiene claro el interiorista Rober Quiñones-Her, de RQH Studio, quien destaca la importancia de las alfombras en el comedor: "La alfombra es, sin duda, un accesorio que da protagonismo al espacio y nos ayuda a originar diferentes ambientes. También aportar color, textura y, por supuesto, un interés meramente visual".

Los comedores son zonas de mucho tránsito. Comidas familiares, desayunos, cenas… Por lo que es normal que se puedan caer restos de comida en las alfombras. También se pueden ensuciar antes por las pisadas de zapatos. Para ello, Natalia Zubizarreta recomienda "limpiar las alfombras con frecuencia y elegir modelos que sean fáciles de limpiar". 

Si el espacio que hay alrededor de la mesa de comedor es reducido, es mejor evitar añadir alfombras. También hay otros elementos que pueden avisarte de que quizás es mejor no optar por una alfombra en el comedor: "sillas o muebles muy aparatosos, y en general, la decoración de las paredes", advierte Natalia Zubizarreta. "Si hay una zona muy recargada, o justa de espacio, no hay que recurrir a las alfombras".

Parece obvio, pero no. No todos los comedores necesitan una alfombra. "Las alfombras visten sí, pero, si tenemos un comedor de espacio reducido, con unas sillas, lámparas y paredes muy vestidas, a veces no estamos obligados a poner una alfombra en el comedor para completarlo", aclara la interiorista Natalia Zubizarreta.

Siguiendo por el salón llegamos al comedor abierto, donde la gran mesa de roble nos revela que esta casa también está pensada para recibir. Tras ella, Chone puso una vitrina vajillera hecha a medida, mientras que a ambos lados incluyó dos bancos tapizados, una nota muy elegante.

La mesa es la gran protagonista de este comedor que mira al porche. Por su diseño, robusto y de estética industrial, y por su tamaño, ya que mide más de 220 cm de largo y acoge hasta a 10 personas. "He jugado con las sillas, tapizadas y con la trasera de arpillera, y las grandes lámparas de fibras, para equilibrar y suavizar a la vista su gran pie de hierro. Me gusta crear contrastes decorativos, pero buscando siempre la calidez", apunta la decoradora.

Empapelar las paredes vuelve a ser tendencia y resulta una excelente manera de llamar la atención de una estancia. La interiorista Laura Masiques enmarcó este office con papel pintado para diferenciarlo de la cocina blanca. Eligió un motivo botánico en un inesperado azul y acomodó el banco con unos cojines en diferentes tonalidades de verde. Con la mesa y las sillas en blanco, la sensación de frescor es total.

Este elemento de la cocina, la isla central, es otra de las claves de una distribución abierta e integrada de éxito. María Marcos, arquitecta responsable de Estudio Lätt, lo explica así: "si es posible apostar por una isla, esta creará una sinergia con el comedor, de manera que habrá una zona de convivencia entre el comedor y el salón. La isla nos da mucho juego de cara a una cena con amigos o familia y para el día a día".

"Ocultar los electrodomésticos, bien con aparatos integrados o con mobiliario que nos permita ocultar dichos electrodomésticos (como las puertas escamoteables) es clave en la integración de la cocina en el resto del espacio", recuerdan desde Estudio Lätt. De esta manera se crea una sensación de continuidad, más elegante y menos "cocina vista".

En un espacio de distribución abierta, una de las claves del éxito de la integración de salón, comedor y cocina es que la organización del espacio sea lógica. Lo ideal es que el comedor ocupe un espacio entre cocina y salón, como de transición. El comedor queda así más cerca de la cocina, relacionados ambos ambientes por uso. Y el salón, la zona de relax, lo más alejada posible de los ruidos que se producen al cocinar.

Se logra un espacio abierto, sin divisiones verticales, que da la sensación de más espacio. Esto facilita una distribución que de otra manera no sería posible o colocar una isla de cocina (que no entraría si se cierra la cocina con un tabique). Y no es necesario disponer de un espacio muy grande para apostar por el open concept. En plantas pequeñas también se puede crear un flujo ordenado y lógico que aporte amplitud.

"Cada vez se estila más un concepto abierto. La forma de vida cambia y ya la cocina es un espacio social. Por el ritmo de trabajo y vida social tendemos a cocinar menos, o cosas que no conlleven tantos olores y es una idea perfectamente aplicable. Además, ganamos espacio integrando estos ambientes", concluyen desde Estudio Lätt.

Reinventar un comedor de estilo clásico es tan fácil como elegir unas sillas tapizadas en color mostaza. Fíjate en la luminosidad que otorgan a la estancia, incluso combinado con el negro de la estructura de las sillas y las tachuelas, que ayudar a potenciar el estilo atemporal y clásico de este comedor. 

Para optimizar al máximo el espacio, la decoradora Van Castro, de Vivestudio, diseñó un mueble que reviste toda la pared del salón y del comedor. Nace como mueble de tele y evoluciona hasta convertirse en librería. Además, se aprovecha toda la parte inferior con armarios y cajones, para dar almacenaje al salón y al comedor. En blanco y roble, es cálido y ligero y tiene un estilo nórdico en la línea de todo el piso. 

El comedor es pequeñito, pero está superbién aprovechado. Fíjate en la trasera del banco, que se convierte en una estantería que sirve de mueble del recibidor, separando la entrada de la zona de día. Y el banco, en "L", ofrece más plazas de asiento ocupando mucho menos que unas sillas. 

La cocina, como el resto del piso, es otro de los grandes aciertos de la decoradora, que la abrió al pasillo con una pared acristalada y una corredera, que separa pero deja pasar la luz. Su distribución en dos frentes ofrece mucho espacio para guardar y deja un paso despejado para que la luz fluya. Y, junto a la cristalera, la decoradora habilitó un pequeño office de apenas 2 m² con cabida, cómodamente, para cuatro personas. 

Las lámparas colgantes también pueden decorar una cocina solo sobre la mesa de comedor, sea cual sea la posición de esta en el espacio. Tanto si queda en un lugar "alejado" de los muebles de cocina y zona de trabajo en esta, como si la mesa se adosa a una isla u otro módulo. Aquí, dos pantallas grandes iluminan la mesa.

Cuando no estorben y creen una iluminación concreta y puntual que pueda ayudar a ver mejor y a crear un ambiente agradable, según la zona donde se instale la lámpara de techo (no es lo mismo sobre la isla de cocina que sobre la barra de desayunos). También cuando ayuden a delimitar visualmente una zona o a demarcar el espacio de la cocina en una distribución abierta.

Más allá de saber cuáles son las claves para iluminar tu cocina, queremos que te inspires en esta galería que se centra en las lámparas colgantes o lámparas de techo, utilizadas para dar luz a diferentes zonas de la cocina. Perfecta sobre la mesa del comedor de diario, para crear una iluminación cálida y confortable que agradecerán las cenas más informales. En general, allí donde se requiere una iluminación puntual.

Ya avanzamos que esta no era la típica casa de montaña. Y la cocina es, sin duda, el espacio más moderno. De color antracita, contrasta con la madera presente en toda la casa. De hecho, debía ser de madera, a juego con el resto, "pero este color salió como una inspiración", explican las decoradoras. ¡Y vaya inspiración!

Otro detalle que no esperamos en una casa de montaña al uso es esta cocina. Aunque el mobiliario es de madera, que encaja muy bien en una casa de montaña, el cerramiento de hierro le da un contrapunto muy moderno. Un cerramiento idea de la decoradora que semi cierra la cocina para darle más intimidad. En "L", la recoge y la hace más acogedora, pero deja pasar la luz sin renunciar a la comunicación visual entre los diferentes espacios. Descubre el resto de soluciones magistrales de esta casa de en el Pirineo. 

Con la reforma, no solo salió ganando el salón, sino también el comedor y, sobre todo, la cocina. El comedor se dispuso en paralelo al estar, delimitado visualmente por el sofá y un mueble arrimado a su trasera. Además, se cambió la cocina de ubicación y se acercó a la zona de día. La decoradora abrió un gran cerramiento acristalado a modo de pasaplatos que, además, refuerza la comunicación visual entre las tres zonas. 

En los pisos mini, cada milímetro cuenta. Y en la cocina más todavía. Esta de la imagen no quería renunciar a tener una barra de desayunos. Y la tuvo. ¿Cómo? El interiorista Van Castro, de Vive Estudio, ha integrado una mesa en el extremo del tabique abierto, que separa la cocina del recibidor. Un par de taburetes blancos le acompañan.

Y en el comedor, nos encontramos con tonos oscuros, perfectamente engamados con el tono berenjena de la lámpara y las sillas, hechas a medidas por los interioristas. “Son sillas pero con las comodidades de un sillón, porque esta estancia está pensada para largas sobremesas”, prosigue Pol.