Esta cabaña es un sueño hecho realidad “Mi marido pasaba por aquí en bicicleta desde que era niño y se quedaba mirando esta casa. Pertenecía a unos holandeses y, cuando la vendieron, nos enteramos y la compramos. Estaba deteriorada y era oscura, pero no lo dudamos ni un momento. Tardamos 3 años en acondicionarla, pero teníamos claro que queríamos mantener el romanticismo de una cabaña estilo leñador...”, nos cuenta Lara Vallés, de Space Stage, la propietaria e interiorista de esta cabaña. Un salón con un sofá XL donde caben todos A esta cabaña viene la pareja cuando están los dos solos. A veces, coinciden los cuatro hijos que juntan de sus anteriores matrimonios. Dos por cada lado, “¡y entonces somos seis en casa!". Lara Vallés diseñó este sofá en U para todos, y junto al ventanal para aprovechar las vistas. Sofá, diseño de Lara Vallés. Mesas de troncos, de Mercantic. Pieles, de IKEA. Cojines de Les Créations de la Maison y La Maison. Una chimenea muy especial La chimenea se ha recubierto con un papel que imita piel de potro. Para aligerar su aspecto, a cada lado se han colocado estantes flotantes, reservando la parte inferior como leñero. Chimenea, de Fugar. Alfombra. de Gra. Lámpara de madera, de Le Chalet du Pins (traída de Francia). Todo en uno Y no solo van solos o en compañía de sus hijos: "Otras veces nos gusta que vengan amigos. Entonces Marc se entrega a la cocina y estamos todos juntos en este acogedor salón-cocina-office con chimenea que hemos creado", cuenta Lara Vallés. Ese, precisamente, es el acierto de esta cabaña: por un lado, tiene un espacio abierto y social, donde la cocina abierta es protagonista; y por otro, han separado la zona privada. La cocina está abierta "La diseñamos abierta, adaptándonos nosotros a la casa y su forma. La idea era que pudiéramos cocinar, charlar, a la vez que disfrutas de las vistas. Está pensada para que todo esté a mano", explica la propietaria e interiorista. Mobiliario, diseño de Lara Vallés. Encimera, de Neolith. Sillas, de Bo Concept. Cocinar con vistas La isla y la mesa son un solo mueble continuo. Pero lo mejor de esta cocina es que cuenta con mucha iluminación natural gracias a las ventanas de la cocina. Así, ¡el cocinero tiene vistas! Aunque el entorno es rústico, se ha planificado con todas las comodidades, con electrodomésticos de última generación, como la campana, que se esconde en la isla, donde se ubica la zona de fuegos. Lámpara, de Normann Copenhagen. Campana, de De Dietrich. Con muebles integrados La isla, la encimera de la cocina, las estanterías con los botes y el enmarcado del mueble se hicieron con Neolith, aportando un estilo más moderno a un entorno en el que la madera es la principal protagonista. Almacenaje de sobra Puesto que el salón carece de más muebles que el sofá y la chimenea y el office se integra de la cocina, una de las necesidades fue planificar un espacio de almacenaje. Se hizo como continuación de la cocina y con el mismo diseño y acabado. Mesa, isla y cocina, diseñados por Space Stage. Caminos de mesa, cubiertos y copas, de Zara Home. Platos y boles, de Catalina House. Jarrón de La Maison. Se hizo la luz Una de las reformas llevadas a cabo fue la de colocar ventanas en los techos abuhardillados, de manera que la inmensa presencia de la madera no oscureciera el ambiente demasiado. En lugar de pasillo, zona de trabajo En la zona de transición a las habitaciones, evitaron el pasillo y aprovecharon el espacio como estudio. “Creamos una mesa alta de pared a pared donde podemos trabajar juntos. Debajo, pusimos un armario”, explica Lara. Taburetes, de Bo Concept. Alfombra, de IKEA. Una zona de descanso separada La zona privada está separada por esta especie de zona de trabajo y cada uno puede tener su sitio, para descansar, trabajar, con su supervestidor. Y siempre, muchas vistas al bosque. Incluso cuando no se mira por la ventana, porque para aligerar el espacio, la pared frente a estas presume de un papel pintado que recrea los troncos de los árboles. Despertar y ver el bosque "Abrimos ventanas en los techos y en las fachadas del dormitorio para quedarnos dormidos mirando el cielo y despertar y ver el bosque", explica Lara. El dormitorio, al igual que el resto de la casa, está revestido en madera, garantizando la calidez. El vestidor Lo pusieron junto al dormitorio, abierto y forrado de madera como el resto de la casa. Para no resultar asfixiante, los armarios no se subieron hasta el techo, dejando respirar el ambiente. Asimismo, se abrió una ventana en la pared y otra en el techo, que baña de luminosidad el ambiente. Ventanas de Velux. Alfombra de lana de Gra. Taburete de Zara Home. Armarios diseñados por Lara Vallés. El dormitorio infantil La cama de la niña es a medida del rincón. Duerme mirando las estrellas. Incluso se ha planificado con unos cajones en la parte inferior, proporcionando mucho almacenaje. Sábanas, manta, plaid y cojín circular, de La Maison. Arce de tela, de Softheads. El baño también está envuelto en madera Tiene una ventana muy grande para disfrutar de las vistas, un mueble bajolavabo con cajones anchos y un banco para sentarse. El espacio fue diseñado por Lara Vallés, de Space Stage. Lavamanos a medida de Segalia. Tiradores de Mengual. Grifería de Ritmonio. El porche invernal perfecto A este espacio no solo le sacan partido en verano, también en invierno es el espacio perfecto para disfrutar de las vistas al calor del fuego y un buen chocolate caliente. ¿Se puede pedir más? Así es la cabaña por fuera Disfrutar de este porche era la ilusión de los propietarios. Lara Vallés y Marc Fontanals Son los propietarios y responsables del proyecto de esta cabaña, con su empresa Space Stage. 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