"El mar, pastor de azul infinito”, cantaba Charles Trenet. La canción legendaria parece vibrar en la atmósfera de esta casa situada, literalmente, a orillas del Mediterráneo, en la Costa Blanca. Y el mar, y su inmensa presencia, se proyecta hacia la vivienda y la modela con su influjo benéfico. “Es la casa de verano de una familia que viene aquí cada año en busca de la tranquilidad de los mayores y la diversión de los jóvenes. Aquí son felices y recargan energía para el resto del año”, explican desde Azul-Tierra, autores del interiorismo.
Madera y mar
“Creamos espacios frescos y ligeros, con muebles de madera clara, algunos de ellos piezas únicas, y detalles en azul claro, el color del mar vecino”. Durante el día la vida se desarrolla casi exclusivamente al aire libre, alrededor de la piscina y el porche, que comparten el pavimento de madera.

Vacaciones en el mar
Un dúplex para veranos inolvidables
Viviendo en el exterior
“El comedor exterior cuenta con una pérgola con lamas regulables para dejar pasar –o no– los rayos del sol; casi todas las comidas se hacen aquí”. El porche acoge, además, una amplia zona de estar que puede protegerse cuando es necesario mediante un juego de cortinas. Y, por su parte, el salón interior se abre al porche a través de grandes puertas correderas acristaladas.
“En la suite principal, la bañera se situó bajo los ventanales, para aprovechar las maravillosas vistas, que también se pueden disfrutar desde la terraza-mirador”. El rumor de las olas nos acompaña. El mar, siempre el mar.