Dormitorios

3824 /6703
Dormitorio con cabecero y alfombra de fibras.

Cabecero, una adaptación de Julia Casals con una alfombra de Zara Home. Sábanas de Be Kume, fundas de lino y plaid color teja de Filocolore.

El Mueble

1901.

Beige acogedor

Si, además de una atmósfera relajante, estás buscando crear un ambiente acogedor y cálido en tu dormitorio, el color beige es perfecto para las paredes. Aunque no es una tonalidad fría (que son las que transmiten más tranquilidad), tampoco resulta estresante ni atenta contra el descanso. Combínalo con blanco y el efecto será más relajado. Dormirás de maravilla.

dormitorio-amarillo-mostaza-y-gris-00535639 O

1902.

Gris suave y amarillo, un mix que gusta

Porque el amarillo es cálido y luminoso y aporta al gris suave (RAL 7038) lo que este no tiene. El gris es elegante y contemporáneo. Así que en ambientes modernos suele predominar. Úsalo de base y combina con mucha madera y algún complemento en negro. La versión de amarillo mostaza (RAL 1032) es la que más se lleva esta temporada. Escoge siempre a la hora de combinar, tres colores máximo y juega con sus intensidades.

Cabecero de DM lacado y madera de roble, realizado a medida por Carpintería Pa Álvarez. Lámpara Greta de Carpyen en Matèria, alfombra de KP confeccionada por Piccolo Mondo y estor de lino de Jab Anstoetz.
dormitorio-verde-y-camel-00537091

1903.

Camel con verde azulado o azul verdoso

Esta mezcla funciona y es una de las tendencias de la temporada. Es personal y muy protagonista por el peso de los colores. Rebaja su poder con tonos claros. Camel y caldera ponen calidez al azul verdoso o verde azulado (RAL 6033) en su versión intensa, con fuerza. Como los tonos que ves en este dormitorio. Deja que predomine el camel si quieres más calidez y sensación otoñal.

Papel pintado de El Corte Inglés y lámpara de &Tradition en DomesticoShop.
dormitorio-rosa-suave-00537139

1904.

El rosa es tendencia

Un color dulce y sosegado en la versión suave y pastel. Pero con fuerza cuando se acerca al fresa. El rosa es tendencia. Introdúcelo en notas. Con crudo es más romántico y femenino. Con azul y verde es luminoso y elegante. Con gris siempre funciona y con tonos tierra es sosegado. La versión coral ideal está entre el RAL 3011 y 3014. Aclara u oscurece estos colores según el efecto que quieras conseguir.

dormitorio con cabecero de obra zapatero 00535683

1905.

Verde, un color ligado al bienestar

Así como el azul aporta calma, el verde suma a este matiz el del bienestar. Es un tono de tendencia en la versión RAL 6025 y 6032 con mucha fuerza. 6011 y 6021 son tonos verde salvia muy actuales y de moda. Empiezan a aparecer en el panorama decorativo y seguro que el próximo año van a estar por todas partes. Combínalos con amarillo, azul, camel y base en crudo.

Cabecero diseñado por Coton et Bois y apliques Tolomeo en Punto Luz.
Dormitorio con paredes color gris oscuro, banco y cabecero tapizado.

Cabecero, mesillas y lámpara de Kenay Home. En la pared del cabecero, individuales de Zara Home y El Corte Inglés. Banqueta de Maisons du Monde. Alfombra de El Corte Inglés.

El Mueble

1906.

Gris oscuro, elegancia a raudales

En materia de decoración, la serenidad no está reñida con la elegancia. Así lo demuestra el dormitorio moderno que ves en la imagen, perteneciente a la casa de la interiorista Paula Duarte. La pared del cabecero se ha pintado de un color gris grafito, y resulta cosmopolita y actual. Además, por oscuro que sea la tonalidad, continúa transmitiendo paz y relax.

Dormitorio con paredes verde oscuro y cabecero de cama de madera a medida.

Cabecero diseñado a medida por Meritxell Ribé. Apliques, de Vibia.

El Mueble

1907.

Verde oscuro, la magia de la naturaleza

¿Quieres para tu dormitorio un color especial que te traiga recuerdos de la naturaleza? Una forma de lograrlo es pintar la pared del cabecero con un verde oscuro e intenso. Y, sobre todo, sin interferir en el descanso nocturno, ya que el verde, por oscuro que sea, favorece el relax y la tranquilidad. Además, es un color moderno que combina de maravilla con tonos tostados, ocres y con el tono de la madera natural.

Dormitorio verde con alfombra de fibras.

Lámpara, de Cado. Espejo, de Sacum. Alfombra, de Gra.

El Mueble

1908.

Verde manzana, un plus de armonía

¿Es el verde uno de tus colores favoritos? Si es así, estás de suerte porque es una alternativa perfecta para las paredes de tu dormitorio. Además de decorativo y fresco, es un tono frío que promueve la tranquilidad y te ayuda a crear una atmósfera serena. En su versión clara y alegre, transmite armonía y resulta envolvente. Antes de decidirte a pintar, puedes probar cómo quedaría este color utilizando alguna de las Apps que las marcas de pintura han desarrollado para ese fin. Podrás ver de forma virtual este tono de verde sobre la pared de tu dormitorio, lo que te ayudará a hacerte una idea del resultado.

Dormitorio principal con cabecero tapizado y revestimiento de madera pintada.

Dormitorio principal con cabecero tapizado y revestimiento de madera pintada.

El Mueble

1909.

Verde grisáceo, con mucho carácter

Que el verde es una opción perfecta para pintar las paredes del dormitorio y crear un ambiente relajante no es ningún secreto. Sin embargo, hay muchas variantes cromáticas: si unos verdes resultan más refrescantes, otros ganan en naturalidad y otros son más personales. El verde con matices grisáceos que se ha utilizado en el dormitorio de la foto es sereno y elegante. La pared se ha revestido con tablones de madera pintados en este color tan especial, y la ropa de cama del mismo color contribuye a lograr la armonía.

Dormitorio con vigas en el techo y paredes de color gris.

Lámpara, de Blanc D'Ivoire. 

El Mueble

1910.

Gris claro, un color de tendencia

Es uno de los neutros del momento. Un color muy apreciado para toda la casa, porque es luminoso y más personal que el blanco, que puede pecar de demasiada sencillez. Con el gris claro tenemos asegurado un efecto elegante y atemporal muy adecuado para el dormitorio, donde conseguirá acentuar la serenidad del ambiente. Es la alternativa perfecta al blanco y al beige en aquellos espacios en los que no sobran los metros cuadrados.

Dormitorio azul grisáceo con butaca y muebles antiguos.

Cabecero, de Las Marystrastos. Butaca, de Maisons du Monde.

El Mueble

1911.

Azul grisáceo, pura elegancia

Personal, interesante, sereno y muy elegante. Así es este dormitorio decorado por Natalia Zubizarreta y es en parte por el color azul grisáceo de la pared del cabecero. Un tono intenso que, sin embargo, no aporta estridencia alguna. Más bien al contrario, transmite serenidad y relajación. Puedes utilizarlo únicamente en la pared del cabecero (igual que en la imagen), aunque no resta demasiada luz ni resulta pesado. Para acertar, acompáñalo de colores neutros: blanco, beige, gris claro, etc.

Dormitorio azul celeste con cortinas vaporosas.

Lámpara, de Light&Living.

El Mueble

1912.

Azul celeste, calma y serenidad

Si hay un color frío especialmente adecuado para pintar las paredes del dormitorio para fomentar el descanso es, sin duda, el azul. Es el tono por excelencia que transmite más calma, y sobre todo en sus versiones más claras y luminosas, como el azul celeste de este dormitorio decorado por Dara Díaz. Un acierto seguro, especialmente si eliges muebles y ropa de cama de color blanco.

Dormitorio azul aguamarina.

Cabecero, diseño de Sube Interiorismo con tela de Sette.

El Mueble

1913.

Azul aguamarina, recuerdos del mar

Un azul claro con matices ligeramente verdosos es el color que se ha elegido para las paredes de este dormitorio. Un tono frío que recuerda al mar y que contribuye a crear un ambiente muy sereno. La ropa de cama se ha elegido en tonos tostados y blancos. ¿Te gusta, pero no sabes cómo quedará en tu pared? Hazte con una muestra o tester del color: muchas marcas de pintura los tienen a un precio asequible. Así podrás probar cómo queda realmente ese tono en tu dormitorio: si se ve más claro o más oscuro, cómo le afecta la luz, etc.

Dormitorio con cabecero de capitoné.

Cabecero de Clase. Apliques de DCW.

El Mueble

1914.

Blanco luminoso

Es una opción muy recomendable para pintar las paredes, especialmente de dormitorios pequeños y oscuros. El blanco es un color infalible que te asegura una atmósfera relajante, perfecta para el descanso. Además, tiene otras ventajas: podrás incluir toques de los tonos que más te gusten en la ropa de cama, ya que cualquiera de ellos combinará perfectamente con el blanco.

Dormitorio en tonos grises y verdes 855-858

1915.

¿Y qué me dices del gris clarito?

Es cierto que el gris en sus tonalidades claras dará un look juvenil a la decoración, pero si lo combinas con colores fríos, como el verde o el azul, resultará igual de elegante que los grises más oscuros. Una mezcla muy acertada con la que conseguirás ambientes sofisticados.

Colcha, manta y cojines de rayas de Sitjar. Sábana y cuadrante de lino de Zara Home. Cuadrantes de punto de Matèria. Espejos de Carolina Blue.
dormitorio-en-tonos-tierra-y-pinceladas-de-contraste-00493824

1916.

Topo, arenas y marrones

¿Quién dijo que los tonos tierra eran sosos o anodinos? ¡Nada de eso! Juega con distintas tonalidades, desde las más intensas a las más suaves, en paredes y textiles, y añade pinceladas ocres, mostazas e, incluso, turquesas y berenjena para restar seriedad y sumar estilo.

Papel pintado, de La Maison. Cabecero, diseñado por Marta Prats y realizado por Fusteria Catot. Apliques, de Avanluce.
PANO-206-213

1917.

Despertar aquí... ¡es todo un sueño!

“Esta habitación es muy especial, porque está llena de detalles muy mallorquines –son obra de Taller RMA–, que invitan al descanso, pero también porque no solo se comunica con el baño en suite, sino que accede directamente a la piscina. La verdad, me encanta mi casa”, reconoce el propietario.

Cómoda de Tikamon y cama de Kare. Las mesillas son de Absolute Home. Alfombra de Can Garanya. Cortinas y cojines de Borrás. Cojines de Carlotta Gree, Filocolore y Teixidors, en Matèria.
Dormitorio con vestidor con armarios blancos.

Armarios y cabecero realizados por Coton et Bois. Cojines de Mercer.Ba. Mesillas de Crisal. Lámpara cestita de Santa & Cole, en Avanluce.

El Mueble / Pepa Oromí

1918.

El vestidor de nuestros sueños

Y llegamos al dormitorio: “Tomaron la sabia decisión de renunciar a una habitación por un vestidor”, cuenta la interiorista, que llenó el espacio de armarios empotrados.

Dormitorio con banco a los pies de la cama y mueble a medida como mesita.

Ropa de cama de Filocolore. Manta de Gancedo. Cojines de terciopelo de Mercer.Ba. Cuadros de Laura Prat. Banqueta con tela de Tapicería Márquez. Alfombra de Merc & Cia.

El Mueble / Pepa Oromí

1919.

Cálido, pero refrescante

Asun también fue la encargada de forrar el cabecero. “Yo aquí quería paz, limpieza y frescura, una base neutra que pudiera cambiar de color solo con accesorios. Asun nos lo ha dado”, se despide la propietaria. ¿Cómo no iba a recomendarla?

Dormitorio con pared del cabecero en gris y ropa de cama y cabecero en beige y blanco.

Cabecero, mesillas de noche y lámpara, de Kenay Home. Banco, de Maisons du Monde. Pared decorada con individuales, de Zara Home y El Corte Inglés. Alfombra, de El Corte Inglés. 

El Mueble

1920.

El gris también funciona con los tierras

Estos tonos tiene la gran virtud de aportarle calidez sin perder dio un ápice de su sobriedad. Además de con las telas, también podemos conseguir este efecto con las fibras naturales, el cuero...

Dormitorio rústico con chimenea y paredes de piedra.

Dormitorio con ropa de cama de Zara Home. Chimenea antigua. Espejo de India & Pacific, candelabros de Rue Vintage 74 y alfombra de Ikea.

El Mueble

1921.

Un dormitorio cosily con una chimenea decorativa

El dormitorio, como el resto de la casa, es una invitación a disfrutar del otoño. El ventanal, con un banco a modo de mirador, deja que la luz inunde este espacio, el armario empotrado suma encanto, con sus puertas recuperadas y la chimenea, a pesar de ser decorativa, hace más acogedor y personal el dormitorio.  

Dormitorio rústico con hilera de ventanales en arco.

Dormitorio con cabecero de Serralleria Mase. Mesita de noche en Aquitania.

El Mueble

1922.

Un dormitorio con espectaculares vistas al jardín

La espectacularidad de este dormitorio, con grandes ventanales en arco que se abren al jardín, pedía una decoración austera, casi monacal, en la que nada eclipsara la belleza del espacio. Textiles gustosos, que arropan la cama en otoño, cuando empieza a refrescar, y muchas fibras vegetales, refuerzan el look natural y relajado de esta habitación. ¿Quieres ver el resto de secretos de esta masía ampurdanesa?

Dormitorio con cabecero a medida y textiles mostaza.

Cabecero de DM lacado y madera de roble, realizado a medida por Carpintería Jo Pa Álvarez. Lámpara Greta de Carpyen, en Matèria. Alfombra de KP confeccionada por Piccolo Mondo. Estor de lino, de Jab Anstoetz. Cuadros, de Blanca Cases.

El Mueble

1923.

Tonos cálidos como el mostaza

Quien dice mostaza, dice calabaza o caldera, pero si de algo está segura nuestra estilista Sol Van Dorssen, es de que ''este otoño los tonos cálidos serán tendencia''. Puedes llevarlos al dormitorio o al salón a través de los textiles, ¿verdad que son capaces de ''subir'' la temperatura del ambiente?

Dormitorio con armarios tipo puente.

Dormitorio y cama y armarios tipo puente de Ikea.

El Mueble

1924.

Gana almacenaje aprovechando las paredes

El orden es un aliado del espacio. Por ello, se recomienda calcular siempre al alza y planificar todos los armarios y las zonas de almacenaje que puedas. Aquí, se ha aprovechado la pared del cabecero con una estructura tipo puente.

Dormitorio con banco a pie de cama y textiles blancos y amarillos.

Dormitorio con cabecero de DM lacado y madera de roble, realizado a medida por Carpintería Jo Pa Álvarez.

El Mueble

1925.

Viste el pie de cama

La ropa de cama y los cojines juegan un papel crucial a la hora de hacer más apetecible la cama, como ya hemos comentado. Pero no te olvides de las mantas, plaids y edredones. Colocados a pie de cama, te ayudarán a dar movimiento y naturalidad a la cama y huir del look 'rígido' de hotel. La clave está en colocarlos de manera casual a los pies, como si los acabaras de dejar caer. Lo ideal es que cubran un tercio de
la cama y cuelgue unos cm por los lados.

Dormitorio con pared del cabecero en color gris y con molduras en espiga.

Dormitorio con butaca, en La Redoute.

El Mueble

1926.

Juega con las molduras

Se han convertido en un must para vestir las paredes y los techos, ya sea de casas señoriales o de viviendas modernas. Las nuevas de poliuretano son ligeras, muy fáciles de instalar y económicas. Además, algunas firmas especializadas en molduras, como Orac Decor, comercializan revestimientos murales en 3D que crean texturas y relieves con los que decorar, de manera muy personal, las paredes, como el de este dormitorio, que reproduce un diseño de espiga. 

Dormitorio rústico con techo abuhardillado de madera con ropa de cama de lino.

Dormitorio rústico con butaca y lámparas de Sophie Bataglia.

El Mueble

1927.

Apuesta por ropa de cama gustosa para una cama más apetecible

Elige la ropa de cama en la misma gama cromática y juega con las texturas para lograr un resultado más dinámico. Combina cojines de varios tamaños y opta por una colcha con buena caída.

Dormitorio con cabecero capitoné en gris.

Dormitorio con cabecero y mesita de noche de Coton et Bois.

El Mueble

1928.

Elige un cabecero decorativo

La cama es la pieza estrella del dormitorio, por ello es clave enmarcarla con un cabecero decorativo para darle protagonismo. Los de madera son un clásico que nunca pasa de moda, aunque si buscas confort, nada como uno tapizado. Los de capitoné, como el de este dormitorio, son estilosos y siguen marcando tendencia. 

Dormitorio con celosía de madera que separa del baño.

Dormitorio con celosía ideada por el equipo de Egue y Seta, responsables de la decoración de este dormitorio.

El Mueble

1929.

Separa con estilo

Las divisiones de espacios, además de ser funcionales, pueden ser muy decorativas, convirtiéndose en elementos destacados y diferenciales. Prueba de ella es esta celosía de lamas de madera que separa la zona de cama del baño. Además de dar intimidad a ambos espacios, las lamas dejan pasar la luz, creando atractivos juegos de luces y sombras. 

Dormitorio abuhardillado revestido de madera blanca.

Cabecero, diseño de Marta Prats, realizado por Vallés Carpintería.

El Mueble

1930.

¿Color taupé en la ropa de cama? ¡Que no falte!

Como es un tono neutro, el topo es muy sencillo de combinar con otros colores. En la ropa de cama, no te prives de los estampados y las texturas, añade blancos y beiges como fondo y juega a crear volumen.

Dormitorio con cabecero y mesillas en color topo y papel pintado con estampado Paisley.

Mobiliario diseñado por Chari Manzano y Marta Herrera. Papel pintado de Casamance.

El Mueble

1931.

Un cabecero en color taupé

Otra idea decorativa que nos gusta para introducir el color topo en el dormitorio es a través de una de las piezas más importantes: el cabecero de la cama. Si vistes la pared de esta zona con un papel pintado estampado, conseguirás que destaque el doble, ¡prometido!

Dormitorio con cabecero a medida con hornacinas y papel pintado en color topo.

Papel pintado de La Maison, cabecero diseñado por Marta Prats y realizado por Fusteria Catot. Los apliques son de Avanluce. 

El Mueble

1932.

Elígelo en papeles pintados

La pintura es fabulosa, pero si deseas dotar a tu dormitorio de un toque más selecto, nada como elegir un papel pintado en color topo. Los que mejor sientan son los que tienen una ligera textura, ¡quedan elegantísimos!

Dormitorio con cabecero de obra y acceso a la terraza.

Cabecero de DM con las mesillas integradas, disen~o de Pia Capdevila. Aplique de Faro y cuadros de Sacum.

El Mueble

1933.

Taupé, una opción ideal para tus cortinas

En El Mueble somos muy fans de las cortinas largas de lino, de esas que caen con estilo sobre el suelo. Si no sabes qué color escoger, acertarás con el topo o taupé, un neutro que dará luz y elegancia a salones y dormitorios.

Dormitorio con ropa de cama blanca y azul, lámpara de araña y cómoda de madera.

Dormitorio reformado por Ramisa Projects & Fun. Cabecero de Coco–Mat. Cómoda heredada y mesitas de Guáimaro.

El Mueble

1934.

Señorial, luminoso y elegante

"Es más importante el continente que el contenido", sentencia la propietaria de este dormitorio clásico. Y es que el espacio es de gran belleza, de hecho, las molduras y rosetones de este dormitorio no son de origen, sino que se compraron diseños franceses originales de escayolas para cornisas y florones y los que no se encontraron se diseñaron ex profeso. La elección de una lámpara clásica tipo chandelier y una cómoda antigua le dan ese look señorial que el espacio pedía. 

Dormitorio clásico con cabecero tapizado y papel pintado.

Dormitorio con cabecero tapizado de Ormoss. Estores de KA International, papel de papeles pintadosonline.com y banco de Better&Best.

El Mueble

1935.

Un dormitorio delicado en blanco

El blanco es el color que se impone en este dormitorio de estilo clásico decorado por Isabel Flores y Nuria Almansa. Pero más allá del blanco, que crea una atmósfera serena y ligera, las decoradoras han apostado por piezas de estilo, como la banqueta y el precioso galán de noche, que le dan el punto clásico. Así como un cabecero con tachuelas que destaca sobre ese papel con diseño de cuarterones: "Es discreto, pero da profundidad". Y aunque parezca muy protagonista, en lugar de camuflar el cabecero, lo refuerza", explica la decoradora Isabel Flores. ¡Cuánta razón!

Dormitorio clásico con lámpara de araña.

Dormitorio con lámpara de techo de Maisons du Monde.

El Mueble

1936.

Un dormitorio romántico y con look afrancesado

Este dormitorio es pequeñito, pero tiene un encanto clásico muy atractivo. El cabecero de líneas curvas, el espejo con marco labrado y la lámpara tipo chandelier suman personalidad y un aire delicado y sereno regalan un look clásico, romántico y afrancesado. 

Dormitorio clásico con cabecero de capitoné y armario en color mostaza y papel pintado floral.

Dormitorio con cabecero de capitoné con tela de Llonch & Sala y armario diseño de Lalzada. Tela en las paredes de Coordonné.

El Mueble

1937.

Un dormitorio refinado en color mostaza

Este dormitorio es muy amplio, pero gracias a la decoración y a la cuidada y acertada selección de las piezas de mobiliario, se ve súper acogedor. Decorado por Carlos Álvarez, del estudio de arquitectura y diseño de interiores Lalzada, lo más llamativo es la elección de este color mostaza, que tiñe el cabecero orejero y en capitoné, el espectacular armario con visillos hecho ex profeso para este dormitorio y los detalles de estas preciosas paredes enteladas con su discreto diseño de flores y pájaros tan femenino.

Dormitorio clásico con cabecero de capitoné beige y ropa de cama blanca y azul.

Dormitorio con cabecero de Calse y aplique de DCW.

El Mueble

1938.

Un dormitorio clásico actualizado

Así es este dormitorio decorado por Natalia Zubizarreta, que se balancea entre lo clásico y lo atemporal. Las molduras originales de los techos se acompañaron con plafones en la pared del cabecero que visten y suman elegancia a este espacio. El cabecero de capitoné, un clásico de tendencia, aporta la nota actual. 

Dormitorio clásico con molduras en la pared y muebkes de madera.

Dormitorio con cabecero y cómoda pequeña de Catalina House. Cómoda antigua de Mavi Lizán.

El Mueble

1939.

Un dormitorio clásico en un relajante blanco

Clásico, sí. Pero atemporal, también. La clave está en la elección de piezas de estilo, que nunca pasan de moda, y en una base neutra que permita a la preciosa arquitectura del espacio ser parte activa de la decoración. La cómoda, una pieza antigua, el velador de madera o la butaca, un diseño retro de tendencia, dan personalidad y carácter a este dormitorio. 

Dormitorio clásico con mural con motivos vegetales en la pared, lámpara de araña y escritorio de anticuario.

Dormitorio con escritorio de anticuario, funda nórdica, cojines y manta, de Zara Home. Alfombra, de Maisons du Monde.

El Mueble

1940.

Un dormitorio clásico con un elegante aire francés

El gran protagonista de este dormitorio clásico decorado por Fanny Iniesta es, sin duda, el mural que decora la pared del cabecero. Da profundidad y mucha importancia a esta pared que limita con el vestidor. La banqueta con capitoné a pie de cama, el secreter con patas torneadas, el cabecero, la lámpara de lágrimas... El dormitorio tiene pocas piezas pero elegidas. La mayoría son recuperadas y comparten su elegante aire francés. 

Dormitorio clásico con techos altos con molduras y grandes ventanales.

Dormitorio con cama de Roche Bobois. Armario, en Cottage. Butaca velador, cómoda y lámpara, de Coton et Bois.

El Mueble

1941.

Un súper dormitorio clásico, romántico y en clave femenina

Cuando cuentas con un espacio con una arquitectura señorial como la de este dormitorio, apostar por un estilo clásico parece lo más coherente. El handicap, en este caso, además de que la espectacularidad del espacio pudiera eclipsar la decoración, fueron las proporciones, ya que para que las piezas no parecieran liliputienses debían ser voluminosas. La elección de muebles de look afrancesado, lacados o decapados, y de siluetas sinuosas, da el aire delicado y elegante que el espacio pedía. 

Dormitorio clásico con cama con dosel y cabecero tapizado

Dormitorio con cama, de Homes in Heaven. Mesita de noche y banqueta a pie de cama, en Becara.

El Mueble

1942.

Un dormitorio clásico señorial con piezas con mucho encanto

Todo en este dormitorio nos remite a "clásico". Pero un clásico ligero y atemporal, reñido con lo rococó y lo anticuado. La cama, una preciosa pieza con dosel, viste este espacio generoso de techos altísimos, y suma dulzura, con su cabecero tapizado y su estructura torneada. La mesilla, de líneas sinuosa y aire afrancesado, junto con las molduras del techo y ese precioso suelo en espiga completan un dormitorio clásico y señorial. 

Dormitorio con cabecero con cabecero de espejo.

Dormitorio con cabecero de espejos, de Cottage Litlle House. Escritorio y silla, de La Maison.

El Mueble

1943.

Un dormitorio señorial con piezas escogidas

De este dormitorio clásico todo, absolutamente todo, nos gusta. Desde el maravilloso espacio señorial, hasta la cuidada selección de mobiliario y detalles decorativos. Nos encanta el original cabecero de espejo, que enmarca la cama y viste un espacio generoso, y el papel pintado a rombos que reviste las paredes aplafonadas con molduras. Pero, a pesar de su look clásico, el dormitorio respira un aire fresco y relajado, gracias a piezas más actuales, como la discreta mesilla de noche o el flexo. 

dormitorio-efecto-pintura-pared-cabecero-00531754

1944.

Ilusión óptica con pintura

Si te preguntas cómo dar profundidad a una habitación pequeña, toma nota: pintar determinadas paredes como la que queda más al fondo y el techo en el mismo color (con cierta intensidad) da sensación de profundidad. Y si lo que quieres el que la estancia parezca más alta -y, por tato, más espaciosa- pinta la pared del cabecero hasta 10 cm por debajo del techo.

Cabecero realizado a medida. Lámpara de techo diseñada por la decoradora Elena Eyre y realizada con un bol de madera de Ikea.
dormitorio-pequeno-con-estor-blanco-00533377

1945.

¿Estor o cortina?

Este detalle también puede hacer que un dormitorio parezca más grande. Las cortinas, pensando en caídas o visillos, llenan más por la onda que crean en su caída. Los estores son más ligeros visualmente. Recurre a ellos cuando la cama queda muy pegada a la pared de la ventana. Además, si los llevas hasta el suelo podrás ocultar el radiador y también ganarás orden visual.

Cabecero de Corium y banqueta y mesita de noche de Vitra.
dormitorio-cabecero-papel-00532157

1946.

El diseño de los muebles: sencillo y con patas

Este truco se aplica a cualquier espacio que quieras que parezca más grande, también al dormitorio: escoge muebles de líneas sencillas y que no resulten pesados visualmente. Frentes lisos (sin molduras ni ornamentos). Juega mejor con su acabado y las texturas que aportan. Las piezas con patas son más ligeras porque dejan ver el suelo.

Cabecero diseñado por la decoradora Marta Prats y realizado por Fusteria Catot. Mesita de noche de Ethnicraft, papel pintado de Casamance en La Maison y apliques Enna Wall de Avanluce.
dormitorio-con-rincon-de-estar-00524717

1947.

Una balda es una buena idea

Si no necesitas un mueble para guardar, un estante o balda es una buena idea para ganar una zona de apoyo ligera. Aunque es preferible despejar una pared, en caso de que precises un tocador, zona de trabajo o simplemente de apoyo para dejar el joyero y una bandejita, piensa que este complemento -por su fondo reducido que puedes adaptar en función del espacio y uso- es una buena idea.

Butaca en La Maison, cesta de Sacum y alfombra en Matèria.
dormitoroi-en-blanco-con-espejo-00535791

1948.

El espejo en la habitación

Para reflejar la luz y crear profundidad. El espejo es un accesorio útil en el dormitorio, cerca del armario o vestidor; pero también extra decorativo. Para que realmente dé sensación de amplitud, su reflejo debe mostrar algo espacioso y abierto, no solo una pared sin más. Busca una ubicación correcta. Eso sí, si te importa cómo fluye la energía ten en cuenta lo que dice el feng shui de su ubicación en el dormitorio.

Piso de la interiorista y pintura Andrea Soler con cabecero de madera pintado en color blanco.
Dormitorio de invierno 00522714

1949.

Luz natural a raudales

Si quieres que el dormitorio se sienta más grande, deja que la luz natural obre su magia. Para ello solo cortinas ligeras en color blanco o crudo (que no tiñe el haz de luz). Y si las vistas y la ventana merecen la pena, prescinde de textiles.

Cabecero diseñado por Sube Interiorismo y realizado por Ebanistería Landa. Aplique AJ blanco de Louis Poulsen en Susaeta Iluminación.
Dormitorio con cama delante de la ventana 00522636

1950.

Distribuye según la luz natural

Por supuesto que hay que tener en cuenta cómo de luminoso es un espacio para decorar (elegir colores, por ejemplo). Pero además, la entrada de la luz. Evita muebles que se interpongan en recorrido de esta desde la ventana y sentirás el dormitorio más espacioso.

Mobiliario de Coton et Bois.