Comedores

En este espacio, la cocina abierta y el comedor comparten la isla. Mientras que, por un lado, sirve como zona de trabajo en la cocina, por el otro se convierte en un banco con almacenaje que da servicio al comedor. Dos espacios completamente integrados que hacen del color blanco y de la madera su seña de identidad y su nexo de conexión.  

Esta cocina con comedor integrado es una auténtica declaración de intenciones que une lo mejor del estilo moderno y del estilo rústico. Mientras que la cocina blanca presume de un marcado estilo moderno, el comedor adosado a la península podría, fácilmente, haber sido sacado de una masía en el campo. Una combinación de estilos que demuestra que lo rústico también puede ser moderno. Y viceversa.    

El comedor de esta cocina es una elegante extensión de la isla. Si te fijas bien, la misma encimera que recorre la isla continúa con la mesa del comedor. Para darle mucha más elegancia, la interiorista Sol Van Dorssen colocó una clásica lámpara de techo con la pantalla blanca y unas cálidas sillas de fibra natural que garantizan la comodidad. 

Esta cocina en L se ha completado con un coqueto comedor creando un conjunto integrado y homogéneo. ¿Cómo? Gracias al uso del mismo material (o al menos el mismo acabado) tanto en el antepecho o salpicadero y en el sobre de la mesa. También gracias a la calidez de los suelos de madera continuos y los detalles en fibra natural y de madera que decoran y unifican ambos espacios. 

Esta cocina alargada culmina en una gran ventanal junto al que se ha colocado un elegante comedor con una imponente mesa de madera de pino realizada a mano. Así, no solo la zona de comer está bañada por la luz, sino que las paredes blancas ayudan a que esta viaje hasta la cocina, iluminándola. No podemos dejar de hablar del banco colocado en la mesa del comedor, que deja que esta última sea la mesa la auténtica protagonista del espacio. 

En las casas pequeñas, un truco para ganar espacio sin obras y sin saturar es "pegar" los muebles a las paredes para dejar la zona central más despejada. Si en el comedor quieres tener asientos y almacenaje, copia esta idea: banco corrido que es asiento y que se prolonga en la pared en ángulo con espacio para guardar en cestas debajo.

¿Quieres un comedor y ves que no cuentas con demasiado espacio? Cuando planifiques la distribución de la cocina, opta por una organización en U que te dará espacio de encimera y para guardar y te servirá, al mismo tiempo, para adosar un banco a uno de los laterales y crear así un comedor estrecho con mesa de 80 cm.

Los salones con cocinas abiertas no solo se decoran en un estilo actual o contemporáneo. También los más tradicionales y con notas clásicas pueden abrirse a una cocina, que deberá mantener las pautas estéticas de esta tendencia. ¡Todo es posible!

Tanto si vas a afrontar la reforma para tirar los tabiques y tener un salón con cocina abierta como si la distribución ya es así y vas a redecorar, hay que medir bien. ¡Qué poco amigos somos de los metros! Pero es esencial. Si vas a tirar paredes para ver si realmente se gana espacio y es posible contar con los muebles que quieres que decoren el salón. Y si la distribución ya es abierta, por el mismo motivo. Debes ver qué organización es la más adecuada. Entre salón y cocina ha de quedar un margen despejado.

Entre salón y cocina. Lo ideal es separar el estar de la zona de trabajo de la cocina. También que el sofá no mire directamente a esta estancia. Así no se asocia una zona de relax a una de trabajo que, en ocasiones durante el día, está en uso y más desordenada. Integrar el comedor a la cocina es la solución perfecta para configurar esa transición.

Otra regla de oro es que un salón puede seguir teniendo una cocina integrada, aunque esta se delimite con un mueble península, por ejemplo, o un murete bajo que permita incorporar más muebles, tanto en la cocina como en la zona de estar. Incluso, como aquí, se puede adosar un banco con almacenaje que dé servicio a un comedor de reducidas dimensiones. La idea es buscar siempre la distribución que mejor componga y aproveche el espacio.

"Para el suelo, dudamos entre madera natural o laminada, y finalmente elegimos una laminada muy realista, muy práctica y sin mantenimiento en una casa con niños", explica Natalia. 

Casas con encanto

Esta pequeña reforma transformó toda una casa en Barcelona. Un proyecto de la decoradora Marta Tobella, de Sacum

Entre los colores suaves que se llevan en 2023 para incorporar al salón está el verde. Un tono que evoca lo fresco y lo sosegado. Llévalo a los complementos y tapicerías o a un mueble que destaque en el conjunto y sea esa pieza que levanta un conjunto más neutro, como sucede aquí con la librería a medida pintada en verde salvia.

Telas, papel, fieltro o barro. Las lámparas sobre la mesa para 2023 se llevan en materiales que realzan el acabado natural y el carácter artesanal, con formas entrelazadas o impuras. Se trata de admirar la belleza de lo imperfecto. Arrugas, nudos, trama…

De forma redondeada, con respaldo bajo, pata estrecha cilíndrica en metal y tapizada. Toma nota del modelo de silla porque tendrás que llevarla a tu comedor si quieres que siga los dictados de la moda decorativa.

Los modelos de madera y diseño nórdico, con respaldo curvado. Parecen realizadas de la misma pieza de madera, sin prácticamente cortes. Todo en el mismo acabado. Algunas sillas de este tipo para el comedor pueden incorporar algún detalle acolchado en respaldo y/o asiento o nada. ¡Como estas! Serán tendencia el próximo año para decorar el comedor.

Si es una tendencia en el salón, en el comedor no puede faltar. Vamos a ver muchas mesas redondas en este ambiente. Una mesa de tapa circular es perfecta en comedores pequeños y grandes. Invita a la charla, ya que todos los comensales están más conectados. Puede tratarse de un diseño fijo o extensible con una pata central (muy cómoda) o 3 o 4 patas. En este comedor, además, se suma otra tendencia de la próxima temporada: la lámpara efecto pétalos. ¿Te apuntas a la combinación?

Uno de los motivos que pueden determinar la compra de un piso es que se vea luminoso y amplio. Para ello, emplea recursos como los espejos que se encarguen de multiplicar la luz y el espacio todo lo posible. Coloca grandes espejos a la altura de las ventanas, en zonas con poca luz, como pasillos o recibidores, y hasta en el dormitorio. 

Si no le dais demasiado uso a la terraza o el balcón, además de cerrarlo, elimina el tabique que lo separa del salón o el comedor. Ganarás un montón de metros a los que antes ni mirabas sin perder luz. Existen, además, cortinas de cristal, casi sin perfiles que dejarán que pase toda la luz. 

Seguramente lo hayas leído muchas veces (especialmente si eres seguidora de El Mueble): tirar el tabique que separa la cocina del salón comedor, no solo hará que el espacio se vea ampliado y ganarás en metros, sino que también llenarás de luz natural el espacio y será mucho más cómodo. Y no te preocupes por los olores de la cocina, con una campana extractora potente, puedes evitarlos. Y, aunque se trata de una reforma que implica bastante obra, el resultado te dejará satisfecha. 

Lo más característico de esta casa es la impresionante luz natural que entra por los ventanales del salón y del comedor. Así, todo se ve bañado por la luminosidad, suavizando el efecto de la madera e iluminándola. 

"La mesa cuadrada nos permitió aprovechar mejor el espacio y ganar más capacidad. Además, combinamos dos bancos en "L", que suman más asientos y al ser más informales son perfectos para los niños, con butacas, para que los adultos estuvieran más cómodos", dicen las interioristas. 

Además del mantel de lino, puedes vestir la mesa de madera con otros materiales naturales, como individuales o bajoplatos de fibra natural. Sobre ellos, coloca una vajilla de cerámica artesanal, como esta elegida por Asun Antó. ¡Cuánta delicadeza!

Es uno de los tejidos naturales preferidos de El Mueble. Lo verás en tapizados de sofás, cojines, cortinas, ropa de cama o, como aquí, en forma de mantel. Su presencia arrugada le da elegancia y un puntito informal a la mesa. Marta Prats eligió este modelo en color rojizo aprovechando que los terracotas son tendencia este otoño.

En este comedor clásico, decorado por Laura Crespo, destacan dos materiales naturales: la mesa redonda en madera y blanco —una de las combinaciones ganadoras en cualquier ambiente— y las lámparas de techo con pantallas de bambú entrelazado. El color oscuro de estas contrastan con el blanco de las sillas. 

La madera y el ratán natural conviven en total armonía en este comedor rústico chic y luminoso. El ratán es una fibra vegetal ligera, resistente, moldeable y respetuosa con el planeta ya que es biodegradable. Su presencia en mobiliario, como en las sillas de este comedor diseñado por Clara Joly D'Aussy, te transportan directamente a Asia, su país de origen. 

En ocasiones, durante las obras de una reforma aparecen muros originales de ladrillo que se opta por integrar en la decoración, como se hizo en este proyecto de Paula Duarte. Si la pared está muy dañada, será necesario limpiarla para después restaurarla y pintarla o, bien, dejarla en bruto, sin tratar, para un look más rústico.

Si combinas una pared de ladrillo visto con muebles de diseño actual, madera natural en tono claro o acabada en color blanco y dejas el resto de paredes lisas, lograrás una decoración contemporánea. Eso no quita que haya alguna pieza de mobiliario antigua o recuperada que aporte valor al resultado final. Este comedor es un proyecto de las decoradoras Marta Echevarrieta y Bárbara Crooke.

Si a los 20 años me hubieran dicho que en mi casa iba a poner una lámpara de lágrimas posiblemente me hubiera carcajeado y soltado un "¡Ni loca!". Pero hete aquí que cumplidos los 40, empiezas a poner en valor ese mobiliario clásico que antes desdeñabas. Una butaca antigua, unas vitrinas o unas lámparas señoriales no solo no resultan pasadas de moda sino que me parecen lo más. Y si no, ¿por qué perduran a lo largo de los años? Apostar por la atemporalidad de los clásicos es toda una lección deco digna de aprender.

La lámpara colgante Z1 de Ayiluminate es una de las piezas que para Pia Capdevila no pueden faltar en una casa. "Me encanta la calidez que transmite en todos sus formatos y tamaños. Es una pieza que me transmite serenidad y calma", comenta la interiorista.

"El otoño es el mes ideal para colocar alfombras más gruesas", afirma Raquel González, de Raquel González Interiorismo. "Por ejemplo, las de lana cien por cien que aportan calidez o las de seda de bambú, que tienen un tacto y una pisada suave y agradable. Si se prefieren ambientes más coloridos, los kilims y las alfombras contemporáneas pueden ayudar a dar un toque diferente a los ambientes más neutros", detalla la interiorista. 

Para este salón Carmen Figueras eligió una práctica alfombra de fibra vegetal. Es más fácil de limpiar, se barre y listo. Y otra de algodón (se puede meter en la lavadora) para una zona de paso que, además, separa el salón del comedor. Ambas coinciden en sus tonos beige.

No siempre es necesario decorar con varias fotos. Una foto especial, a lo grande, también puede decorar por si sola una pared destacada, como la de este comedor de montaña. Para darle importancia a la imagen se ha prescindido de marco para que solo tuviera el protagonismo al paisaje capturado por la propietaria. 

La cocina era de madera, pero la decoradora decidió hacerle un lavado de cara y pintarla del mismo color de las paredes. Ahora, a pesar de ser pequeñita, parece más luminosa y tiene mucho encanto. 

Este otoño, como el pasado, y posiblemente el que viene las cortinas blancas son un must porque no pasan de moda. "Además de bonitas, consiguen un efecto de frescor y de amplitud de espacio", nos dicen desde Gancedo. ¡Y no les falta razón! Además, permiten combinarlas con textiles de otros colores y estampados. 

En este salón comedor, Sylvia Preslar colocó un cortinero del mismo ancho que la cornisa de escayola. De él penden unas cortinas de seda natural con muletón que le dan cuerpo.

En las cortinas del otoño 2022 van a primar los materiales orgánicos: linos, algodones con colores naturales y estampados campestres que aportan una apariencia fresca y elegante, afirman desde Gancedo. "Son telas que tienen bastante caída y un tacto agradable". El interiorista Jaime Parladé optó aquí por unas cortinas de algodón para separar el salón del comedor. ¿Qué otras cortinas de salón puedes elegir?

Esta es otra de las razones por las que merece la pena tirar un tabique: infundir sentido a la distribución, favoreciendo -como en este caso- el flujo. La cocina se abre sin paredes divisorias al comedor. Así, los paseos entre estos ambientes, tan frecuentes, ganan en comodidad. Se da unidad a dos espacios relacionados en uso.

Y no nos referimos aquí a únicamente de manera visual. En realidad, imagina esta cocina con un tabique divisorio. La distribución contaría con dos frentes paralelos de muebles. Pero sin tabique delimitador, el segundo frente se convierte en una isla a la que es posible adosar taburetes y convertirla en barra, incluso, ahí se puede ubicar una mesa de comedor.

En este piso mini la pequeña cocina se ubicó nada más entrar. Se lacó de blanco, con armarios sin tiradores que desaparecen y se funden con la pared. Una pequeña isla hace de superficie de trabajo y de barra de desayunos. A continuación se colocó la mesa de comedor y el salón para no desperdiciar ni un solo centímetro.