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1. Una casita en la Costa Brava sobre la playa

Una pequeña terraza con vistas a la playa

Y es que desde la pequeña terraza de la que disfruta esta casa parece que se puede hundir, directamente, los pies en la arena de la playa contigua. En verano, esta terracita se convierte en uno de los espacios más deseados de toda la casa. 

Banco y cojines azules y beige de La Maison. Butaca de Catalina House. Alfombra de fibras de Sacum. 

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Con una estantería de obra muy práctica

Un salón con vistas al mar y estantería de obra muy práctica

Marta Tobella, de Sacum, ha sido su interiorista. Los sofás en tono arena se funden aún más con la decoración.

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Una decoración sin obstáculos

Un salón abierto al comedor y a la cocina, con vistas al mar

Las vistas son uno de los puntos fuertes de esta casa, y con la reforma que llevó a cabo la interiorista Marta Tobella se buscó potenciarlas al máximo. Para ello se esponjaron los espacios y se prescindió de zonas de paso para sumar metros. Así, salón, comedor y cocina comparten un espacio diáfano que mira al mar.

Los sofás son de Sacum. 

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Una cocina mini que integra el comedor

Una cocina pequeña en tonos blancos y madera

Y es doblemente útil, porque cuando la mesa no se usa, sirve de superficie de trabajo extra en esta cocina pequeña pero muy bien pensada. ¿Ves la campana extractora? Haberla la hay, pero está integrada en la encimera, lo que permite cocinar mirando el mar, sin que haya ningún obstáculo. Mobiliario realizado a medida por Sacum. ¿Quieres ver el resto de la casa?

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2. Un apartamento azul como el mar

Un salón comedor en tonos azules

Y es que los toques de azul salpican todas las estancias, para añadir frescor y el aire marinero que la decoradora Gemma Gallego, de Knowhaus, buscaba para este apartamento de playa.

Sofá similar de Ikea y mesa de centro de Knowhaus.

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Espacios abiertos a la claridad

Estancias abiertas en tonos blancos y azules

Con la reforma, en la que Gemma tiró tabiques y abrió espacios, este apartamento ha ganado en sensación de amplitud y en luminosidad. Y es que nada obstaculiza el paso de la luz, de ahí que el recibidor se haya separado del salón comedor mediante una cristalera. Y la cocina, con originales muebles en azul, se ha dejado con el paso abierto.  

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Un dormitorio pequeño y bien aprovechado

Dormitorio en tonos blancos y azules con textiles en tonos tierra.

En el dormitorio, en el que se mantiene el binomio blanco-azul del resto del piso, se ha aprovechado el espacio debajo de la ventana con una zona de estudio-tocador, que se ha flanqueado con una cajonera que salva la ventana y un armario. El papel pintado de la pared del cabecero decora sin restar ni un cm útil. Mobiliario diseño de la decoradora. No te pierdas el resto del apartamento

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3. Un refugio en la montaña

Una casita de madera con terraza y tumbonas de tela

Esta cabañita ha vuelto a renacer tras la reforma realizada por la arquitecta Mar Marcos, que ha sabido llenarla de luz y sacarle el máximo partido con soluciones a medida que estiran los metros. Su jardín no solo amplía el espacio interior sino que es el patio de juegos de los tres peques de la casa. 

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Con un salón y un comedor muy capaz

Un salón comedor abiertos a la cocina

La clave: pocas piezas pero super prácticas. En el salón se optó por dos sofás en "L" que exprimen al máximo el espacio, y un banco corrido que llega hasta el comedor ofrece asientos extras. Y en el comedor, la gran mesa con un pie de central para que no moleste y los bancos permiten albergar al máximo de comensales.

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Espacio para todo(s)

Una casa muy amplia y con mucho espacio

El carácter familiar de los propietarios hizo que se sacaran camas extras de debajo de las piedras. Tras la cocina Mar planificó un pequeño chill out tras unas correderas que, cuando tienen invitados, se convierte en cama. Y es que en los apenas 90 m2 de esta casita ¡han llegado a dormir 9 personas! Descubre todos los rincones secretos de esta casa

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4. Un mini apartamento en Formentera

Un porche de madera en tonos blancos con mesa y sillas

Con poco más de 35 m2, este apartamento ofrece la mejor de las escapadas: está a pocos metros de las playas más agrestes de Formentera. Pero además, cuenta con un porche que amplía los escasos metros interiores y en el que en verano se hace muchísima vida. 

Mesa recuperada y sillas Tolix, en Catalina House. 

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Con piezas recuperadas

La decoradora Estela Gómez Lupión supo darle a este mini apartamento personalidad propia jugando con el blanco, muy en sintonía con los colores de esta isla de Formentera, y con la elección de piezas recicladas que le dan ese toque hippie. Aunque en verano suelen comer en el exterior, se ideó un pequeño comedor dentro para los días en que el tiempo no permite comer fuera. Mobiliario, en Catalina House. 

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Espacios integrados y comunicados

Para exprimir al máximo cada centímetro, la comunicación de los espacios es mediante puertas correderas, como en el caso del dormitorio y el salón y este con el exterior, o con pasos abiertos, como ocurre en la cocina o en el baño. 

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Un baño en suite con toques de azul

dormitorio con escalera y bano integrado 1142x1280

El baño se integró en el dormitorio y, con la misma voluntad de no desperdiciar ni un centímetro, se dejó abierto. Al estar a un paso del mar, el mueble bajolavabo se pintó en un azul turquesa, un guiño decorativo a las aguas de las playas de Formentera. No te pierdas el resto de espacios de este mini apartamento.

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5. Una cabañita en Cantabria

Esta casita de apenas 45 m2 y con una terraza a pie de playa es una atalaya que domina la costa y goza de unas vistas espectaculares. Con la reforma, realizada por el arquitecto Javier Suárez de Puga, se le dio el aspecto de cabañita que tiene ahora al revestirse por completo, interior y fachada, con lamas de madera blancas. 

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En blanco y azul

Son los colores que predominan en toda la casa: el blanco para atrapar la escasa luz de la que goza esta zona y el azul como vínculo con el mar, que está a un paso. Además, la madera, en el suelo y en las paredes, da el punto de calidez y recogimiento en otoño, cuando los propietarios también se escapan en vacaciones. De ahí la chimenea, que tiene su uso durante los meses más fríos.

Las butacas son de Becara con tela de Romo. 

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Espacios versátiles

Este rincón de lectura es, a su vez, el recibidor de esta cabañita, en la que todas las estancias se han distribuido en la primera planta, de ahí que goce de unas vistas inmejorables al exterior. Librería de Becara y chaise longue de K.A. International. ¿Quieres ver el resto de la casa?

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6. Una casita de cuatro plantas de menos de 50 m2 a pie de playa

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El ingenio de la interiorista Lory Hansen ha permitido convertir una casita de cuatro plantas, ¡de tan solo 12 m2 cada una!, en el mejor refugio de verano de una familia numerosa. Soluciones a medida, muebles polivalentes y mucha imaginación lo han hecho posible. Para prueba, el comedor de quita y pon. "La mesa de hierro y roble, oculta bajo la librería, cuando se abre y se pone hacia la ventana gracias a las ruedas, dobla su tamaño”. Los pufs sirven de banco y de almacenaje", explica Lory. 

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Una cocina superbién aprovechada

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La cocina está en el sótano, por eso la decoradora decidió abrir una claraboya para llevar luz natural. Y justo debajo situó una barra para comidas rápidas que, cuando no se usa, sirve de superficie extra de trabajo. Los armarios se llevaron hasta el techo para aprovechar al máximo el espacio. 

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Un dormitorio de tetris

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Toda la casa es un puzzle, donde cada pieza encaja a la perfección, pero el dormitorio fue una de las estancias que le llevó más trabajo a la decoradora. El baño se integró en la habitación, y la puerta de granero corredera sirve para cerrar el dormitorio, el baño o dejarlo todo abierto, tal y como está ahora. Y para ganar más almacenaje, diseñó dos armarios a modo de altillo donde están las cestas. 

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7. Un pequeño apartamento con vistas panorámicas

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Tiene apenas 50 m2, pero su gran terraza panorámica de 30 mes un regalazo. Conscientes de ello, los propietarios decidieron sacarle el máximo partido con un gran comedor de verano con una completa cocina de exterior. Así se evitan tantas idas y venidas y todo está más a mano. 

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Una zona de día que mira al mar

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De la reforma de este apartamento de los años setenta –la Ley de Costas no permitiría su construcción hoy en día por estar a primera línea de mar– se encargó el estudio Xmasarquitectura, que buscó potenciar las vistas y la luz en todos los espacios. En la cocina, por ejemplo, se apostó por una mampara de hierro y cristal que separa este espacio del salón sin renunciar a las vistas al mar.

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Un dormitorio de verano fresco y relajante

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En la línea del resto del apartamento, el blanco se impone en el dormitorio, aunque se ha jugado con la ropa de cama para darle color y frescor. Para optimizar mejor los metros, el baño se integró en el dormitorio y el tocador, con un original espejo colgado de cabos marineros que también deja ver el mar, sirve de  original separación. 

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8. Una casita con mucho encanto sobre el mar

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Los exteriores son el mejor regalo de esta casita, ya que cuenta con un patio que es una atalaya sobre el mar. Los grandes pinos, además, regalan una preciada sombra en los días más soleados de verano.

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Un salón que ha multiplicado su claridad

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La casa era muy oscura y con ventanas minúsculas. Lo primero que hizo la decoradora Bárbara Sindreu fue abrir los espacios para que la luz fluyera y teñirlo todo (techos, paredes y puertas) en blanco roto para ganar sensación de amplitud. Un gran sofá rinconero aprovecha al máximo el espacio del salón y al ser clarito no resulta pesado visualmente. 

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Un dormitorio con lo básico

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Con unas vistas como estas, que se cuelan por toda la casa, la decoradora lo tuvo claro: los muebles serían discretos para ceder el protagonismo al exterior. De hecho la mayoría están hechos a medida, por lo que parecen parte de la estructura de esta casita de poco más de 70 m2. En el dormitorio, el cabecero es un tablero de madera que integra las mesillas voladas. Práctico, minimalista y ocupando lo mínimo.

Para hacer la espera hasta que lleguen las vacaciones un poco más amena, hemos preparado esta selección de casas de mar y de montaña de las que puedes sacar miles de ideas. Son casas pequeñas, sí, pero eso no les ha impedido ser también prácticas, gustosas y tener de todo.

Y si este top 8 de casitas de veraneo te ha abierto el hambre de relax, no te pierdas estas propuestas:

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