Con baño, un rincón de escritorio y tres camas en línea y una en perpendicular, la arquitecta Cristina Carbonell supo sacar el máximo partido a esta buhardilla de 30 m2. Para salvar el techo abuhardillado, arrimó las camas a la pared, y dejó la parte central, de más altura, para jugar.
Colchonetas y cojines grandes de Filocolore. Alfombra de Gra.