Flores

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Un romántico arreglo de peonias y paniculata

La delicadeza de las peonias combina a la perfección con las florecillas blancas de la paniculata, que dan un toque romántico a este arreglo tan sencillo de confeccionar como bello. 

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Un informal ramo de rosas

Para confeccionar este ramo, se han combinado rosas de jardín de diferentes colores creando un arreglo informal y desenfadado. Para realzar la frescura y naturalidad del ramo, se ha optado por un jarrón de cristal transparente.

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Un centro muy frutal con sabor otoñal

Este original centro de mesa tiene rosas, ranúnculos, bolitas de nieve (symphoricarpos albus) y... ¡calabazas! Sí, porque los frutos de otoño también "van" con las flores. 

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Dos bouquets a diferente altura

Una opción original en vez de un solo ramo, es poner un par a dos altura diferentes. En este caso, se ha jugado con la peonia, la jeringuilla y el falso pimiento. Un truco para lograr su forma de ramo abierto es atándolo a la altura del cuello del recipiente y descansando sobre él. 

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Un desenfadado ramo de dalias en tonos empolvados

Extravagantes, glamurosas, atractivas, exuberantes... Las dalias, con sus llamativas y grandes flores, nunca pasan desapercibidas en un ramo. Y aquí se han acompañado de syringas y hojas verdes. Los tonos empolvados de este ramo, que van del blanco al rosa maquillaje, le dan un look romántico. 

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Un arreglo con los colores del otoño

En este ramo combinamos flores y hojas duraderas con colores otoñales: sedum, dalias, hojas de eucalyptus cinereas, clematis, amarantos, skimmias, malus y abelias. Nuestro consejo: haz primero el ramo con las hojas, y luego añade las flores. 

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Un llamativo ramo de gerberas

Las gerberas, con sus grandes flores fucisas, son las dominantes de este ramo, que cuenta también con francesillas, flor de hinojo y paniculata y flor de ajo. Para confeccionar este ramo se ha empezado por colocar el verde –hojas de eucalipto– por todo el perímetro del jarrón. Después se ha colocado la gerbera, que se ha completado con la francesilla. Y al final, los huecos vacíos se han rellenado con flor de hinojo y paniculata. ¿Y el toque final? Un poco de verde o flores silvestres, como la flor de ajo, en la parte superior central del ramo.

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Un bouquet de francesillas y tulipanes

Los tulipanes, de flores estilizadas, combinan a la perfección con las francesillas, de flores más voluminosas y carnosas. Puedes completar el conjunto con verde, que le dará un plus de frescor y presencia. Elige un jarrón transparente, como aquí, para un efecto más ligero. 

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Tres arreglos a dos alturas

En lugar de un gran ramo, ¿por qué no confeccionar tres más pequeños? Esta es una opción que resulta muy decorativa para decorar una mesa de centro o incluso como centro de la mesa del comedor. Lo ideal es partir de un ramo principal y complementarlo con dos pequeños arreglos más informales, como se ha hecho aquí. Las francesillas, en blanco y rosa, han sido las flores escogidas. 

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Un gran ramo silvestre con flores multicolor

La idea de este ramo es que fuera desenfadado y con sabor a campo. Para confeccionarlo se han usado rosas de varios colores, flor de cera y verdes silvestres para darle más cuerpo y presencia. Un truco: para que las rosas luzcan más, colócalas en la zona exterior y usa la flor de cera y el verde para darle un aspecto más salvaje y 'movimiento' hacia arriba y los lados.

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Un ramo primaveral con sabor romántico

Las rosas gravity de color melocotón son las grandes protagonistas de este delicado ramo. Se han combinado con francesillas en blanco y melocotón y el brillante verde de las hojas de acacia. El toque más etéreo lo ponen los ramilletes de panicum que le dan un aire casi de bouquet nupcial.

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Un arreglo muy aromático y de campo

Romero, hierba luisa y lavanda componen este ramo tan silvestre como aromático. Debes saber que la lavanda está en su mejor momento en junio y julio, así que aprovecha la temporada para llenar de color y aroma tu casa. Pero ojo, ten en cuenta que sus racimos lilas serán los grandes protagonistas del ramo que confecciones. 

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Un espectacular ramo de rosas

Para confeccionar este centro se han combinado tres tipos de rosas: una más fucsia (Ensemble), otra en rosa palo (Djoema) y una de menor tamaño más pálida (Sudocu). Se ha jugado con las tres variedades, en diferentes tonos de rosa, sin usar más hoja verde que la propia de las rosas, porque así queda más natural. 

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Un elegante y sobrio centro de rosas blancas

Para confeccionar este centro de blanco y verde, se han combinado tres rosas de tres blancos diferentes: Avalanche (blanco puro con una abertura grande), Cameo (en tonos beige con los pétalos externos de blanco roto) y Green (una rosa cuyos pétalos blancos tiran a un verde amarillento). Precisamente estos destellos de verde se han enfatizado con brotes de Hypericum, con sus frutos pequeños, que además de en verde también se encuentra en rojo y salmón, y se han acompañado con hojas de Salal, que aguantan frescas mucho tiempo.

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Un ramo vibrante y muy elegante

Este espectacular ramo lo componen unos treinta tallos: Ammi Majus, una planta herbácea de dos tipos, una más verdosa y pomposa, y otra más blanquecina; Trachellium, una flor silvestre en blanco y en lila; y Lisianthium, una flor blanca parecida a la rosa, muy habitual en los ramos de novia. Sus tallos largos han permitido crear un ramo muy estilizado y a su vez con mucho movimiento, lo que le da un toque más natural y desenfadado.

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Un bouquet de rosas dulce y asilvestrado

Las rosas nunca fallan para confeccionar un ramo. Aquí se han combinado dos variedades, la gran rosa Cool Water, cuyos pétalos de tonalidades lilas combinan a la perfección con los tonos rosados empolvados de la rosa Sanaa. Para completar la dulzura de este ramo se ha recurrido al Viburnum, un verde muy parecido a la flor de la hortensia, de porte redondeado y con caída, que asilvestra con su presencia el arreglo. El jarrón, con malla metálica, refuerza este look campestre.

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Un elegante centro de peonias

Considerada por muchos la reina de las flores –con permiso de la rosa–, la peonia se asocia con elegancia y delicada belleza. Disponible en muchos colores, para confeccionar este ramo se optó por peonias blancas, que se han combinado con un verde transparente (Thalpsi), hojas de Hoya, hiedra y hortensias verdes, todas ellas entrelazadas para crear un efecto más dinámico.

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Un ramo romántico y muy femenino

Este ramo campestre tiene, además de la brillantez de los verdes, detalles coquetos como los frutos del Symphoricarpos, que van desde el rosado malva al blanco, y las flores blancas que lo llenan de luz. Para rellenar el ramo, se ha optado por la avena que, con sus tiras verdes y finitas, da el toque silvestre con su transparencia plumosa.

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Un campestre ramo de lathyrus

Esta bellísima flor, de tallo corto y suave fragancia, es también conocida con el nombre de “guisante de olor”. De muchísimos colores, no tiene casi verde, salvo unos pequeños zarcillos que resultan muy decorativos. Su aspecto silvestre y su gran variedad de colores la hacen perfecta para confeccionar ramos desenfadados. 

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Un arreglo en rojo y blanco

La rosa, por su belleza, es una flor de gran protagonismo en un ramo. Y en rojo, ¡más aún! Por lo que conviene combinarla con una flor que, sin competir con ella, la complemente. Como se ha hecho aquí, que la rosa Pasión, de un rojo vibrante, se ha combinado con Ranúncula. Y para completar el arreglo, un verde silvestre muy fresco y espeso, el de la arbustiva Chiringa, cuya flor blanca recuerda un poco a la flor de almendro.

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Un ramo espléndido y muy fresco

Para confeccionar este estilizado ramo se han combinado varios tipos de flor y verdes. El verde Molucela; la flor ramificada Delphinium (en blanco y en rosa), también llamada “espuela de caballero”; la Campanula o campanilla, que cuelga y da un aire muy romántico; el Aster, una especie de margarita de tallo alto y, por último, un verde que hace una bola que parece una hortensia, el Viburnum.

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Un bouquet colorista con hortensias

Este ramo es tan fácil de confeccionar como colorista. Agrupa cuatro flores de hortensia de diferentes colores –aquí se ha optado por el blanco, el azul y el lila– y complementa el bouquet con ramitas de ginesta, que dan un toque silvestre, y de flaso jazmín, que compensarán la forma redondeada del ramo. 

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Un ramo de liliums rosas

Los liliums o azucenas son un clásico de los ramos por sus bellas, coloristas y grandes flores. Precisamente por el tamaño de sus flores es una flor que agradece estar sola para que nada compita con ella, como se ha hecho aquí. ¿Que te sabe a poco? Siempre puedes acompañarla con algo de verde, que contraste con sus llamativas flores.

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Un centro de mesa original y muy otoñal

Este arreglo nos encanta por su originalidad, siendo un centro muy decorativo para una mesa de otoño. Para confeccionarlo se han aprovechado dos calabazas vacías y secas, a modo de jarrón, y se han agrupado rosas y hortensias blancas junto a hojas de helechos y arbustos silvestres. El resultado no puede ser más natural y delicado.

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Un arreglo de rosas y nandinas

Para confeccionar este ramo se han combinado rosas de jardín, ramas de ciprés y dos variedades de nandina, que con sus pequeños racimos y sus coloristas hojas, da un contrapunto campestre a un arreglo de tonos otoñales.  

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100% vintage: muebles decapados

Si consigues hacerte con un mueble antiguo en madera, ya sea armario, aparador o alacena, puedes lucirlo tal cual te lo encuentres porque si el efecto es desvencijado o decapado, tendrás la pieza que buscabas para dar estilo a tu recibidor.

Foto: Simply Flowers Shop

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¿Qué son exactamente las flores preservadas?

Ana Castrillo, de Simply Flowers matiza la definición: "Son flores sometidas a un tratamiento para deshidratarlas, quedan en apariencia como las naturales, se conservan tiernas y mantienen su olor, pero no necesitan agua. Todas las flores no pueden pasar por este proceso, es por eso que las combinamos con flores secas. La diferencia entre ambas es la modalidad de secado".

Foto: Simply Flowers Shop

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Se pueden teñir

"Hay muchas variedades en los dos campos, tanto secas como preservadas, y mezcladas quedan muy bonitas. También es importante tener en cuenta que algunas se tiñen dando así unos matices de color muy vivos o conservando sus colores originales", prosigue Ana de Simply Flowers.

Foto: Simply Flowers Shop

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¿Qué combinaciones triunfan?

"Creo que el gusto es muy personal pero a mis clientes las combinaciones que más les gustan son las de colores alegres en gamas pastel o ramos contrastados de color con pequeñas flores silvestres", dice Ana de Simply Flowers. También están de moda los ramos monocromáticos en colores naturales como el verde o los ocres.

Foto: Lísola para Flores en el Columpio

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No son flores secas

Las flores preservadas no son flores secas, pues el tratamiento es totalmente diferente. Se trata de flores 100% naturales que, tras ser cortadas, se someten a un proceso en el cual se sustituye la savia y el agua de la misma por un líquido preservante que consigue su aspecto.

Foto: Flores en el columpio

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¿Tienen olor?

"Es un falso mito que las flores preservadas no huelan a nada. El método de preservación no elimina el olor de la flor natural, lo mantiene y conserva al igual que cualquier otra que no haya pasado por este proceso", afirma María Sánchez de Flores en el columpio.

Foto Lísola para Flores en el Columpio

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Una buena inversión

Debido a su mayor duración que la natural, es un flor más económica a largo plazo. Puede que un ramo de flores preservadas sea más caro a priori que uno de flores naturales, pero si cuentas el tiempo que duran uno y otro, salen muy a cuenta.

Foto: Lísola para Flores en el Columpio

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Su mantenimiento es mínimo

"No es necesario ni regarlas ni podarlas. El único mantenimiento que requieren se reduce a desempolvarlas ocasionalmente con un secador o un paño suave", dice María de Flores en el Columpio.

Prisma Blanco Flores en el columpio

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Un recuerdo convertido en decoración

"Debido a todas estas características es cada vez más habitual encontrar novias que eligen la flor preservada para su ramo o tocado; convirtiéndolo, a su vez, en un recuerdo que podrán conservar durante mucho tiempo e incorporarlo a la decoración de su casa", nos cuenta María Sánchez.

Foto: Lísola para Flores en el Columpio

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¿Son tóxicas?

"Se tiende a pensar que, al haber pasado por un proceso en el que se ha alterado su estado con determinados productos, la flor preservada puede suponer un riesgo para la salud y no es cierto. Se trata de un producto apto para estar en contacto tanto con personas como con mascotas", asegura María de Flores en el columpio.

Foto: Lísola para Flores en el Columpio

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¿Cuánto duran?

"Duran meses, ¡incluso años! Es el principal cometido de esta técnica, que la flor dure el mayor tiempo posible intacta; conservando en la medida de lo posible las características de la flor natural. Con el tiempo, debido a la luz, van perdiendo color pero no se caen como ocurre con las flores secas", nos cuenta María Sánchez de Flores en el columpio.

Recibidor moderno con mueble blanco y con el sobre de madera

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Mix de blanco y madera

Este recibidor, proyectado por Van Castro de Vive Estudio, reúne todas las condiciones para definirlo como práctico y moderno. La consola blanca sin zócalo y con sobre de madera, que se convierte en banco gracias a un desnivel; el espejito redondo con marco negro; la bandeja de madera; el cuadro apoyado en la pared; las velas y flores... ¡Lo tiene todo!

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Una mini terracita con mucho encanto

Esta pequeña terraza demuestra que no es necesario mucho espacio para disfrutar de un rincón con mucho encanto. Una mesa para dos y un par de sillas plegables bastan para disfrutar con calma de un desayuno privado o crear un apacible rincón de lectura. Complétalo con unas macetas con flores, como aquí, ¡y listos! 

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Alíate con las plantas

Las plantas son el complemento obligado en una decoración de estilo ibicenco. En el interior, pero sobre todo en el exterior, decorando porches, a modo de coloristas cubiertas vegetales o tapizando las blancas fachadas de las casas. Darán ese toque informal y "salvajamente" natural tan típicamente ibicenco.  

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Después: un mobiliario 100% natural

Madera, fibras, lino... La naturaleza decora mesitas, asientos y alfombra. Los textiles se encargan de subir los colores a la terraza y lograr que sea gustosa. La pareja formada por tonos tierra y rosa, en lisos y estampados, no falla. 

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Después: unas plantas perfectas de exterior

Las aromáticas dan vida y altura a la gran jardinera. Lavanda, romero y santolinia hacen de separador natural y llenan con su aroma la terraza. El toque de color lo ponen las flores en forma de campana de las surfinias. Te dejamos aquí un vídeo de cómo decorar tu terraza con plantas.

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Después: una terraza forrada de tarima de exterior sintética

"Revestimos paredes y suelos con una tarima de exterior sintética. La elegí porque es cálida, luminosa y fácil de mantener", comenta Ignasi Bisbe, de Teodora Exteriorismo. Es el modelo Vintage de la firma Newtechwood y cuesta unos 110 €/m2.

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Después: el banco está integrado en la nueva estructura

Bisbe nos cuenta: "En la jardinera de detrás del banco combiné ficus Benjamina y ficus Ali. Altos y frondosos dan frescor e intimidad al salón exterior". A su lado, hay hortensias en blanco y un granado, que da frutos y vive bien a pleno sol.

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Después: una terraza que es una segunda sala de estar

Como una cajita envuelta de madera y plantas y con sitio para todo: así es esta terraza después de la reforma de Ignasi Bisbe, de Teodora Exteriorisme. En este proyecto, la madera es el material que da unidad a la terraza. Después la fibra natural, los tejidos de lino, las plantas y las flores, hicieron el resto.

Balancín de ratán, de Catalina House. Alfombra, banqueta, mesa de centro y cesto, de Colmado Cactus. Encima, bandeja y vasos, de Carolina Blue. En el sofá, cojines de La Maison, Filocolore, Catalina House y Teodora. Mantel de lino de Filocolore. Sillas de Teodora BCN.

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Renueva los complementos textiles

Además de la cama, no te olvides del salón. Renueva las fundas de los cojines por unas con los colores o motivos de temporada, y pon a hibernar las mantitas tan gustosas en invierno. Ahora es el momento de plaids ligeros y mantas frescas.

Sofá, butacas, mesas auxiliares y lámpara de madera en India & Pacific, mesas de centro de. Coco-Mat, alfombra en B&B y cortinas de Yutes. 

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La jardinería ayuda a cultivar la memoria

Un estudio realizado por investigadores en los Países Bajos halló otro beneficio de la jardinería: al reducir el nivel de cortisol en el cerebro, que interfiere también en el aprendizaje y la memoria, se mejora la capacidad de recordar y de aprendizaje.

En la imagen la paisajista francesa Francesca Mineo cuidando uno de los jardines que ha proyectado.

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Aumenta la autoestima

Porque cuando cuidas el jardín o una maceta con flores y ves que crecen, que cada día están más bonitas, te sientes reconfortada con la labor y eso mejora la autoestima.

Banco de madera con colchoneta de. Filocolore, cojines de La Maison y manta de Vaya tela.

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Otros beneficios físicos

Mejora los movimientos y la coordinación. Al tener que realizar tareas minuciosas como plantar semillas, desenterrar raíces, atar tallos o cortar ramitas, se realiza un trabajo que precisa destreza y coordinación. Y como generalmente se trata de movimientos muy repetitivos, se fortalecen los músculos que intervienen.

En la imagen, Francesca Mineo rodeada de rosas, que ella misma cultiva.

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La jardinería, una maestra para los niños

A través  del cuidado de las plantas, los más pequeños pueden aprender grandes  lecciones como el cuidado del medio ambiente, la importancia de los recursos, cómo se forman y de dónde vienen determinados alimentos, la necesidad de llevar una alimentación saludable…

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Se estimulan nuestros sentidos

Parece que una de las tareas más rudimentarias como es la jardinería, nos estimula puesto que sentimos y tocamos la tierra (que es como reconectar con ella), vemos cosas bonitas, percibimos los olores de la tierra y las flores… ¡Sal a la terraza o jardín y cuida tus plantas!