Tener plantas verdes y saludables en casa es el sueño de todo amante de la jardinería. Sin embargo, pocas cosas resultan tan frustrantes como descubrir que las hojas de tus plantas comienzan a amarillear. Afortunadamente, con pocos ingredientes y algo de constancia, puedes devolverles el verdor y la vitalidad con remedios caseros fáciles de preparar.

El amarilleo de las hojas puede deberse a múltiples factores, y no siempre es fácil identificar la causa a simple vista. A veces, se trata de un proceso natural: algunas plantas pierden hojas viejas para dar paso a nuevas. Sin embargo, en otros casos, puede ser una señal de que algo no va bien, como un problema con el riego, la calidad del sustrato, la iluminación o incluso el entorno en el que se encuentra la planta.

Prestar atención a estos cambios es fundamental para actuar a tiempo y evitar que el problema se agrave. Observar el ritmo de crecimiento, la textura de las hojas, y otros síntomas como manchas o caída prematura, puede ayudarte a entender qué está afectando a tu planta. Conocer bien las necesidades específicas de cada especie es clave para brindarles los cuidados adecuados y asegurar que crezcan sanas y fuertes en cualquier rincón de tu hogar. Sigue leyendo que te lo contamos todo.

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¿Por qué se amarillean las hojas?

Antes de poner en práctica cualquier remedio, es importante detectar los motivos por los cuales las hojas de tus plantas se vuelven de color amarillo.

hojas amarillas
Istock

Estos pueden ser algunos de ellos:

  • Riego inadecuado: el exceso de agua provoca asfixia radicular, mientras que la sequía estresa la planta.
  • Deficiencias nutricionales: falta de hierro, nitrógeno o magnesio suelen manifestarse en hojas amarillas.
  • Exceso de sol o luz insuficiente: demasiada luz directa quema las hojas; la escasez impide la fotosíntesis.
  • Problemas de pH: un sustrato demasiado ácido o alcalino impide la absorción de nutrientes.
  • Plagas y enfermedades: ácaros, pulgones u hongos pueden dañar el follaje y causar clorosis.

Remedios caseros para evitar que las hojas se vuelvan amarillas

Las hojas amarillas no tienen por qué ser el final de tus plantas. Con ingredientes sencillos, como cáscaras de plátano, ortigas o agua de arroz, tendrás a tu disposición nutrientes y soluciones naturales que restaurarán el verdor de tus plantas. 

1. Infusión de cáscara de plátano 

Corta la cáscara de un plátano en tiras y déjala fermentar en 1 litro de agua durante 48 horas. Cuela el líquido y riega la planta con él, mezclado al 50 % con agua limpia, cada dos semanas. Esta mezcla aporta potasio y calcio a la planta, fundamentales para la formación de clorofila y fortalecimiento de la pared celular.

2. Té de hojas de ortiga 

Macera un puñado de hojas de ortiga en 1 litro de agua durante 24 horas. Luego, filtra y usa la infusión para regar (al 30 % con agua). Repite cada 15 días el mismo proceso para que realmente veas resultados. Gracias a este truco conseguirás reforzar el desarrollo vegetativo y combatir las deficiencias de nitrógeno y hierro.

3. Agua de arroz 

Guarda el agua sobrante tras enjuagar el arroz. Es importante que el arroz esté limpio y no lleve ni sal ni condimentos. Emplea esta agua directamente para el riego, una vez a la semana. Gracias a esta agua, el color amarillo desaparecerá de tus plantas. Conseguirás devolverle el magnesio y fósforo, esenciales para las funciones metabólicas y la energía de la planta.

4. Vinagre de manzana 

Lo primero que debes hacer es diluir una cucharada de vinagre de manzana en 1 litro de agua. Posteriormente, riega la planta una vez al mes con esta mezcla. Este truco ayuda a acidificar ligeramente el sustrato, facilitando la absorción de hierro.

Cómo evitar las hojas amarillas en las plantas

Uno de los elementos principales es el riego. Es importante comprobar la humedad del sustrato antes de regar con un medidor o introduciendo un dedo unos 3 centímetros. Una buena recomendación es mezclar tierra de calidad con perlita o fibra de coco para un buen drenaje.

También es clave la iluminación. Para ello, coloca las plantas según sus necesidades: sol directo para cactus y plantas tropicales, sombra parcial para helechos y filodendros. No dejes de inspeccionar las plantas y tallos en busca de plagas o signos de enfermedad.

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