El dormitorio, contiguo al salón, se ha cerrado con una puerta corredera, que permite darle intimidad sin restar cm de paso. Como en el resto del piso el blanco domina esta estancia, aunque para darle un punto más acogedor se ha combinado con beige en la cama y el cabecero tapizado. Y el espacio bajo la ventana se ha equipado con un escritorio de poco fondo, 40 cm, para ganar un práctico y luminoso despacho.
Cabecero de Catalina House, silla de La Maison y escritorio, similar de Ikea.