Escritorios

¿Quieres que la zona de descanso esté separada de la de estudio? Rubén de Matea lo ha solucionado colocando un medio tabique con cerramiento de cristal que no reste luminosidad al espacio. Un cabecero de obra acoge las camas en paralelo donde duermen las dos hermanas.

Puede que, por edad, no los hayamos usado pero no hay duda que estos escritorios de madera, muy en la línea de los pupitres de antaño, tienen un encanto especial. No dudes en ponerlo en tu recibidor, si quieres darle un aspecto vintage. Este de la imagen de patas torneadas, además, cuenta con una repisa con cajones para almacenar. Decóralo con piezas de cristal y un cuadro con marco decapado ¡y quedará ideal!
 

¿Quieres desviar la atención a un punto concreto del dormitorio? Coloca un mueble vintage y sobre él un espejo de interés y lo conseguirás. Es lo que se ha hecho en esta habitación dominada por completo por el mural que ocupa la pared del cabecero. ¿Un consejo? Haz que el espejo refleje un cuadro o una lámina bonita que te gusta ver desde cualquier ángulo de la estancia.

Sofía siempre tuvo clara la librería del despacho. La quería grande, con vocación de biblioteca, de madera, de un personalísimo gris antracita y con una moldura discreta, "para que no se viera recargada". De hecho el despacho, con la sólida mesa de madera y la librería, ambas oscuras, respira un aire más sobrio y masculino que el salón. 

Un escritorio recuperado a pie de cama a modo de tocador, una embocadura de chimenea antigua de madera para crear un agradable rincón de lectura con mucho encanto, un papel pintado a rayas de acabado textil... Gabriela ha cuidado todos los detalles de este dormitorio para crear un ambiente cosy y muy personal. 

Sí, los armarios con frentes con cuarterones también pueden ser actuales. Elige molduras minimalistas y de líneas rectas y completa el armario con un tirador moderno, como se ha hecho aquí. Estos armarios, que salvan la ventana y permiten aprovechar el espacio con una completa zona de trabajo, se han equipado con cajones, que a su vez pueden servir para abastecer el despacho. 

Últimamente estás tan positiva que aprovechas cualquier momento para redecorar un espacio. Ahora que el teletrabajo ha hecho acto de presencia en tu casa, intenta mantener ese rincón ordenado y con detalles que te animen: fotos divertidas, lápices de colores, guirnaldas luminosas, flores vistosas... ¡Así, te pondrás a trabajar con otra predisposición!

Si algo bueno ha tenido el pasado 2020 es que has tenido tiempo de hacer esas cosas en casa que siempre dejabas a un lado, precisamente por falta de él. Has vuelto a retomar tus aficiones: leer con tranquilidad, hacer punto que tanto te relaja, apuntarte a ese curso de lettering online que tenías en mente, concederte media hora de meditación o verte de una sentada toda una temporada de tu serie favorita. Con ellos has llenado muchas horas y estás súper ilusionada porque te has dado cuenta de que a veces hace falta parar y dedicar más momentos a todo eso que te reconforta.

Ya es hora de que lo reconozcas. Sí, tu salón es pequeño, y a pesar de que la idea te ronda por la cabeza te niegas a sacrificar la terraza. ¡Craso error! Porque esos 8 o 10 m² te vendrían fenomenal para ampliar el salón que realmente es donde pasas la mayor parte de tu tiempo. "Es que la experiencia del confinamiento ha hecho que me replantee de nuevo este espacio", dirás. Vale, si es así, te lo damos por válido pero solo si mantienes tu terraza en condiciones y no como un cajón de sastre donde dejar todo lo que no te cabe dentro de casa. La interiorista Begoña Susaeta ha integrado la terraza en el salón convirtiendo este espacio en una zona de trabajo y un área de juegos infantil.

Al ganar una zona de día diáfana, no solo se sumó luminosidad, sino metros útiles, lo que permitió habilitar un completísimo despacho al que no le falta de nada. Además, para ganar más armarios, la decoradora prolongó la pared de la entrada en un armario. Al estar el frente panelado, ni se ve. ¿Quieres ver el resto de soluciones de este piso?

¿Cuentas en alguna habitación o en el pasillo con algún altillo que os sirva de trastero? Este será un recoveco fántastico para guardar los regalos de Navidad. Este dormitorio de la imagen es un proyecto de Ingrid Berni. La decoradora ha aprovechado el techo alto para crear un altillo con zona de lectura y una mini librería de obra, hecha a medida. ¡Qué buena idea! Y, como ves, no solo para relajarse... 

Las interioristas Asun Antó y Clara Infiesta han elegido para este recibidor un mueble antiguo con doble función que llama la atención con su color caoba: una cómoda secreter que, además de su capacidad de almacenaje en sus cajones, permite sentarte a escribir o leer en su escritorio abatible. Una lámpara de sobremesa y un espejo le acompañan. El conjunto no puede ser más elegante.

El recibidor puede ser un lugar ideal para sentarte a escribir la lista de la compra, ojear esa factura que aún no recibes online o firmar un cheque al portador. Para eso necesitarás un mueble cómodo que te permita hacer estas operaciones exprés. ¿Qué te parece un escritorio y una banqueta? Y para no pasar frío, protege bien la pared con papel pintado, un arrimadero o los dos, como en la imagen.

Poner el escritorio bajo la ventana es un acierto no solo porque tendrán más luz natural sino porque pueden concentrarse en un punto concreto —el árbol ese que tiene el tronco torcido, por ejemplo— y repetir la lección de pe a pa. Si el rincón de estudio hace esquina, como la de la imagen, hará falta una mesa a medida con formas onduladas y huecos para ordenar libros y carpetas.

¿Justo al lado del sofá tienes el radiador y no sabes cómo aprovechar esa pared? Mira lo bien que lo ha solucionado la interiorista Marta Tobella: con una estantería a medida formada por dos baldas en la parte superior para libros y detalles decorativos y una balda más ancha en la inferior, que justo queda por encima del calefactor. Si colocas una silla cómoda, transformarás este rincón en un práctico escritorio en el que estarás bien concentrada y calentita.

Aunque se trata de una habitación de juegos, la decoradora aprovechó para organizarla pensando en el futuro. Por eso la equipó con una zona de estudio, con un escritorio a medida en "L", y una zona de armarios y baldas. 

"Con el confinamiento vimos que había que hacer una reestructuración total de los usos. Desde el principio la pareja pensó en el teletrabajo, por lo que organizamos una zona de escritorio y otra de estar. El escritorio está en la parte más noble del piso, hecho a medida y pensado para dos, cada uno con su punto de luz y su almacenaje, con la impresora escondida en un cajón. 

Es una de las reformas que más se hacen en el salón. ¿Su objetivo? Ganar metros pero también luminosidad. En esos 10 o 12 m² extra puedes instalar un comedor, un rincón de lectura o una zona de trabajo —como ha hecho aquí la decoradora Begoña Susaeta— que requieren más luz natural. Ahora solo tienes que encargar un cerramiento acristalado y acondicionar el nuevo espacio. Y para que no eches de menos tu terraza, coloca plantas de interior que necesiten poca luz, como sansevierias, cintas o filodendros.

En los pisos pequeños, el ingenio manda. Y los muebles con varios usos. Y el aprovechamiento del espacio. Siguiendo estas máximas, se ha aprovechado el espacio bajo la ventana para colocar una discreta zona de trabajo o estudio. Y se ha hecho con piezas de IKEA: las patas el modelo Lerberg y el tablero, Linnmon (disponible en varios tamaños). A este apartamento de 50 metros cuadrados, no le falta detalle.  

¿Y si en lugar de cajonera (o junto a ella) colocas un cesto en el que organizar los rollos de papel de regalo, las reglas o algunas carpetas? Puede ser un buen compañero en la zona de trabajo. Incluso para dejar el cojín que te gusta colocar en la silla para sentir la espalda más recta.

… y crea tu jardín interior. Las fibras vegetales no soportan bien la humedad y el contacto con el agua porque la absorben y en contacto continuado se pudren. Así que opta por plantas artificiales (bien conseguidas) o por colocar en el interior la maceta con su plato. Algunas cestas están revestidas en el interior por una capa plástica que protege la fibra y evita que se deteriore.

Por lo general, cuando pensamos en dar uso a un tendedero o galería algo olvidados, puede ocurrir que se preste la distribución a integrar por completo esos metros en la estancia o no. Puedes mantener el cerramiento que delimita tendedero y habitación contigua si precisas algo de independencia. Por ejemplo, no es conveniente hacerlo si ganas un office en la cocina, pero sí cuando ubicas la lavadora o si se convierte en una zona de trabajo que comunica con un salón, donde puede haber ruidos.

La clave de esta litera es que es abatible: durante el día se cierra en vertical y deja mucho espacio libre para que los niños de la casa puedan jugar. La barandilla se lleva hacia un lado y, donde veías una cama, después ves un armario cerrado. 

Mini pero no se echa a faltar nada. ¿La clave? Los muebles a medida, que se ajustan al espacio como un guante no dando por perdidos ni un cm. Así, la decoradora Marta Prats planificó una cama alta que completó con una balda volada a modo de escritorio. Esta idea es estupenda también para habitaciones infantiles.

Una habitación juvenil no por ser pequeña debe ser blanca. Y esta, con una pared revestida con un papel pintado gris oscuro, así lo demuestra. El espacio era tan pequeñito que lo marcó la ubicación de la cama, que se reservó debajo de la ventana, porque en caso de girarse, ya no quedaba espacio útil para nada más.

Para ganar más espacio para guardar en el armario, la decoradora lo prolongó con una estructura tipo puente que llega hasta al escritorio con un módulo con menos fondo para integrarlo visualmente con el escritorio. Una idea estupenda para habitaciones juveniles en las que escasea el espacio.    

El escritorio, al estar junto la cama inferior, sirve además de improvisada mesilla de noche. Y el hueco que quedaba entre la cama superior y la pared se ha aprovechado con un armario a medida que ajusta su altura a la cama, pudiendo usar la parte superior del armario como mesilla de noche. 

Se ha aprovechado la altura de la cama para integrar una cama nido y una hilera de cajones para tener desde ropa hasta juguetes en orden. Todo en blanco ayuda a que la habitación se vea más grande y luminosa. 

La decoradora ha aprovechado un entrante junto a la ventana para crear un luminoso rincón de estudio, con el azul como nexo de unión con la zona de cama. Se compone de una mini cajonera y, en otro nivel, la balda volada que hace de mesa.

En esta habitación se ha tenido que tirar de mucho ingenio para poder aprovechar al máximo el espacio. El equipo de Dröm Living apostó por diseñar una cama alta, que se ajusta al espacio de la ventana, y así liberar la parte inferior para que pudiera albergar una cama extra en paralelo a la ventana y una pequeña zona de estudio.

La decoradora ideó una estructura a medida en paralelo a la litera que integra un armario, con poco fondo para ajustarse al espacio libre hasta la ventana, y la zona de estudio, con una balda en la parte superior. 

Si mantienes el espacio ganado al cerrar la terraza, delimitado con las puertas o ventanas interiores; podrás disfrutar de un lugar tranquilo y aislado de la vida en la casa cuando lo desees. La opción de comunicar y abrir concede amplitud, mientras que la de mantener la deilimitación conlleva privacidad. Piensa qué necesitas en tu caso.

Cerrar la terraza implica una inversión importante pero supone ganar un espacio útil en la vivienda que reúne las características necesarias para que resulte cómodo y confortable térmica y acústicamente. En este caso, esa galería estrecha es un espacio de trabajo e inspiración perfecto y más cuando se recurre a perfilería recuperada y pintada. ¡Tremendamente personal!

DIY

Cómo restaurar un mueble antiguo paso a paso para que quede como nuevo

"En contra de lo que podríamos pensar, la mejor iluminación para trabajar es la general. Conviene que sea difusa y que no haga sombras ni reflejos, sobre todo si trabajas con monitores. Por ello, es básico que esté siempre sobre el puesto de trabajo y nunca por detrás, porque tú mismo acabas haciéndote sombras y no terminas viendo nada", recomienda Úrsula Sobenes, especialista en iluminación de Años Luz. 

Si no hay alternativa de reforzar la iluminación general, podemos usar un flexo para iluminar el espacio de trabajo. A la hora de colocarlo ten en cuenta que lo ideal es que esté en el lado contrario con el que escribimos para evitar sombras, sobre todo si tienes que tomar notas a mano a menudo.

Trabajar con luz es lo ideal, pero no a cualquier precio: "Lo ideal es no dar la espalda a la ventana, porque todo el reflejo daría en la pantalla, deslumbrándote. La mejor ubicación es enfrente la ventana, como aquí, o en perpendicular. Y, sobre todo, alíate con unas buenas cortinas que te ayuden a tamizar no solo la entrada de luz, sino también el calor durante los meses más calurosos", sostiene la decoradora Natalia Zubizarreta. 

Lo habitual en las oficinas es contar con una luz fría, de al menos 4.000º K, porque la luz brillante con un alto contenido de azul te mantiene alerta, activo y apoya tu concentración. "Personalmente no me gusta la luz blanca, pero es habitual en las oficinas para prolongar la jornada laboral, sin darte cuenta del cambio de hora o del paso del tiempo. Para mí, lo mejor es que la luz no sea ni muy cálida ni fría. En torno a los 2.700º K resultaría cómoda", explica Soberes. 

El nivel de iluminación mínimo recomendado para la zona de escritorio es de alrededor de 500 lúmens. Si la iluminación es demasiado baja, puede tensionar los ojos y derivar en una menor concentración y una caída de la productividad. También es mejor iluminar un espacio de oficina con el tipo de luz más uniforme posible sin demasiado contraste, para evitar sombras o reflejos. 

Cuando más cerca de la ventana o fuente de luz natural, mejor. Aprovecha el espacio que no se ve en tu dormitorio para instalar un rincón de trabajo o estudio. Junto a la cama, al pie de esta, delante de la ventana, en un retranqueo entre pilares… Solo necesitas 40-50 cm para la mesa y te servirá también de tocador.

¡No lo puedes remediar! Te encantan esos muebles tan románticos con cajoncitos donde se guardaban folios, plumas, tinta y demás enseres para escribir cartas a mano. Hoy, los secreteres ya son carne de museo. Aun así, muchos muebles actuales han copiado su estética: el tablero plegable lo verás en algunos muebles de salón, y los cajones con persianilla, en muchas cocinas. Ahora apenas escribimos a mano ni abrimos cartas, todo es digital. No obstante, si quieres darle presencia a tu salón, coloca un modelo actualizado, como este, mitad cómoda, mitad secreter. ¿Verdad que no queda nada mal? Fíjate en su decoración: un cuadro apoyado en la pared, un jarrón y unos portavelas de metal.