Tres fueron las claves para lograr que este piso parezca más grande: una buena redistribución del espacio –sustituyendo además todas las puertas batientes de la casa por correderas–, la unificación de toda la decoración y las soluciones a medida.
Una redistribución inteligente de los metros que dio al piso una gran amplitud visual: parece más grande y es también más cómoda para vivir. La intención de Carme a partir de ahí fue claramente potenciar este efecto todo lo posible. ¿Y cómo lo hizo? Unificando "para ganar amplitud”, nos dice convencida la decoradora.
El suelo de toda la casa es un laminado resistente al agua, de Kahrs. Las paredes están todas pintadas en blanco roto y la mayoría de los muebles son blancos y lisos. Incluso unificó el frente de la entrada, donde había ‘prolongado’ la pared con un armario, panelándolo todo igual. Con este armario ganó sitio para guardar, pero sobre todo se creó un hueco donde encajar un pequeño despacho.
Los muebles son casi todos blancos y lisos, pero además muchos se hicieron a medida, desde los de la terraza hasta los del despacho, la cocina o los cuartos infantiles. A partir de ahí, ya todo fue "coser y cantar". Todo pensado ¡genial!