Comedores

Ponemos la mesa junto a Carolina, con su vajilla antigua combinada con platos y cuencos actuales y su detalle navideño favorito: unas bolas de cristal, muy grandes, traídas de Francia y que la acompañan todas las Navidades. Las pone en el árbol (¡de casi 3 metros de altura!), en la mesa de centro, junto a las velas, y en el centro de mesa del comedor, junto a velitas, candelabros y ramas de pino. 

En la búsqueda de esa ansiada calidez, los elementos se suman para crear un ambiente acogedor. A la consola, la mesa de comedor y los espejos envejecidos, se une el árbol artificial colocado en el rincón, que también impide las vistas a la pared del patio. 

Un espacio donde la Navidad debe notarse es el comedor. "Buscando cómo poner la mesa encontramos unos bajoplatos artesanos grises y rosa, muy delicados, que nos dieron la pista para decorar con esa combinación. Nuestro consejo es que siempre busques una vajilla especial, nosotros aquí la acompañamos con cubiertos antiguos. Usamos dos manteles, uno de lino blanco y otro de lino beige. Para el centro, ponemos cuatro portavelas dorados desgastados de formas redondeadas, y un camino de mesa hecho con guirnaldas", explica Sol.

Sobre la mesa, Sol se ha encargado de que el atrezo navideño tenga los tonos ocres y dorados del invierno, colores que, junto a las velas sobre candelabros antiguos, nos brindan el calor de una Navidad de cuento.

En el comedor, pusimos una mesa ovalada muy amplia que permite sentar a 8 comensales, y la vestimos con un mantel largo de color mostaza claro que se acerca al dorado y que llena de brillo la mesa. 

Nos esmeramos especialmente en el centro de la mesa: está decorada con ramas de laurel, unas granadas naturales y tres grandes candelabros redondeados de estilo clásico. ¿El detalle final? En las sillas de roble y lino, colgamos un adorno dorado, a juego con la decoración del árbol. Encendemos las velas... y empieza la magia. 

Sobre un mantel mostaza claro de El Corte Inglés, unos bajoplatos de fibra trenzados aportan un aire actual (son de Beatriz Lario). La vajilla blanca (también de Beatriz Lario) es un infalible y la acompañamos con copas de vidrio artesanal y cubiertos dorados. ¿Un truco? Usamos el mismo adorno de las sillas en las servilletas. 

Otra idea ha sido repartir el estampado de cuadros Vichy en blanco y negro en varios puntos de la casa. El más importante: el árbol, con unas bolas grandes confeccionadas artesanalmente por la diseñadora Marisa Bernal que quedan decorativas y súper originales. Usamos este estampado en los cojines del office, en los trapos de cocina, en los caminos de mesa y hasta en las cintas de los regalos bajo el árbol. "Queríamos un ambiente navideño, pero con el punto rústico de una casa de montaña", comenta la estilista Olga Gil-Vernet.

"No olvides un buen centro de mesa navideño para el comedor que, además, cuando vistas la mesa para comer, te ayudará a decorarla de fiesta cada día durante las Navidades", sugiere la decoradora, que añade que, además de colocar un centro de mesa navideño, también puedes acompañarlo vistiendo la mesa de Navidad con un camino de mesa de estampado escocés, o en tonos rojos, verdes, dorados… Algo que te sirva para dar ese toque navideño tanto cuando esté la mesa servida como cuando no.

No es que el típico comedor integrado en el salón haya de desaparecer, pero la decoradora apuesta por integrarlo, sobre todo en pisos pequeños, en la cocina. "La pandemia nos ha hecho valorar el compartir, y en la cocina se pasa mucho tiempo. Por eso es clave meter un office o una zona de comedor, siempre que se pueda, y olvidarnos que tenga que estar en el salón", sostiene Natalia. 

Los detalles en dorado son un clásico que nunca puede faltar en estas fechas: en alguna lamparita, un jarrón, una bandeja especial con velas, un marco de fotos... Los pequeños detalles en dorado (en acabado mate mejor, para mi gusto) dan un toque muy navideño, sutil y fino.

Si te preguntas cómo abrir la cocina al salón o al comedor, esta galería te va a inspirar. Hemos buscado opciones muy visuales que te ayudarán a escoger entre una solución totalmente abierta, con una isla en medio, barra, cristal, panel fijo acristalado… ¡Prepárate para tomar nota y escoger la opción más adecuada para tu casa y tipo de vida!

Cuando la cocina se abre al salón pero queda delimitada con una barra puedes optar por un diseño con tapa y pata -como el anterior- o prolongar la encimera de cocina en el módulo tipo península que forma parte del mobiliario. Con 20 cm es suficiente porque se suman a la encimera existente. Si por el contrario es una barra en sí, como mesa alta, esta deberá tener al menos 40 cm de fondo.

Cuando abres la cocina al salón o al comedor es posible que quieras mantener la unidad y continuidad con un mismo suelo. O bien que sea el pavimento el que demarque visualmente con dos acabados diferentes. Lo que es importante es que tengas en cuenta que se pueden derramar líquidos y manchas y has de buscar el suelo adecuado para la cocina.

Fíjate en cómo cambia la sensación de esta cocina abierta al salón respecto a la anterior. Aquí se mantiene en el tabique ciego aunque se abre con una doble puerta corredera integrada en el tabique. El resultado es un vano cuando las hojas están metidas en la pared. Si quieres abrir discretamente los espacios opta por esta solución siempre con un vano lo más amplio posible para que no sea una puerta de medida convencional.

Este es un ejemplo de cocina totalmente abierta. Para los que buscan comunicación total. Una misma planta diáfana en la que cada espacio se delimita a sí mismo por el mobiliario y su función. La cocina se ubica en un extremo de la planta y se abre directamente al comedor, que se sitúa entre esta y el salón. Esta idea funciona en espacios rectangulares y siempre que haya espacio suficiente: 90 cm entre muebles y mesa de comedor.

¿Quieres conseguir un ambiente romántico? Las interioristas Laia y Marina Reguant han decorado los peldaños de esta escalera con grupitos de velas de diferentes tamaños. Con la mesa de comedor al lado crean una atmósfera de lo más intimista.

Sí, fue la solución magistral de la decoradora para hacer crecer el salón: trasladar el comedor al pasillo de acceso al salón. Y aunque ocupa lo mínimo, con la mesa pegada a la pared, se ha decorado con mucho mimo: con platos de coral colgados en la pared, la mesa de anticuario, las sillas con personalidad, la lámpara antigua… 

Para empezar, eliminaron la típica mesa de comedor que solo utilizaban en días señalados y optaron por diseñar una gran mesa cuadrada que conecta la cocina y el salón y que, a su vez, forma parte del mueble TV y la librería (que esconde un pilar existente).

Y si el tándem estor + cortinas funciona a la perfección, fíjate en este salón comedor en el que ambos se han duplicado. A unos visillos largos y blancos la interiorista Pía Capdevila ha añadido unas cortinas más opacas (las denominadas foscurit) en un azul grisáceo. A la derecha de la imagen un doble estor paqueto cubre la ventana. Se ha elegido uno más claro y otro más oscuro, a juego con las cortinas, para buscar el contraste. ¿El objetivo? Un extra de aislamiento.

¿Quieres lograr un salón luminoso y acogedor? ¡El tándem blanco y beis siempre funciona! Olga Gil-Vernet ha elegido aquí un estor en blanco roto y unas cortinas súper ligeras en un cálido tono beis. El resultado es un espacio muy El Mueble ¿no crees?

Los bancos son casi, casi imprescindibles en pisos pequeños. No solo porque dan más juego a la hora de sentarse –pudiendo albergar a más comensales en el mismo espacio que ocuparían dos sillas–, sino porque la mesa puede arrimarse más a la pared, ganando más de 40 cm de paso. Y si lo planificas abatible, podrás, además, guardar en su interior. 

En 30 m², es mejor tener una zona de día diáfana y amplia, y un solo dormitorio, pero confortable, en lugar de un espacio súper fragmentado en mini cubículos que al final acaban resultando incómodos. La decoradora Neus Casanova lo puso en práctica en su piso. 

En El Mueble nos gusta decorar todos y cada uno de los rincones de la casa, pero los que no pueden faltar son las zonas comunes, en las que pasaréis más tiempo en familia. Así, las puertas que dan al comedor son una de las básicas. Coloca una corona de un lazo o una cuerda y verás cómo la Navidad inunda cada espacio de tu hogar. 

Rojo y verde. ¿A qué te recuerda esta combinación cromática? Indiscutiblemente a la Navidad. La interiorista Jeanette Trensig ha optado por pintar las paredes de este comedor en un verde musgo. Una forma de diferenciarlo del salón con el que comparte espacio. Para dinamizar el sofá blanco ha colocado unos cojines de cuadros rojos de diferente intensidad. Buen anuncio de la proximidad de las fiestas.

Si bien las ventanas influyen en este aspecto, también el aislamiento de paredes y techos, incluso, el suelo si se trata de un piso bajo. Es una buena reforma para hacer antes del invierno y así no perder calor. Al igual que revisar el tema de las humedades. Aislar con lana de roca, por ejemplo, ronda los 30-40 €/m², aunque el precio final dependerá del tipo de solución y de cómo se instale (por ejemplo, con cámara de aire se puede insuflar lana de roca).

De cara al invierno, renueva la pintura del salón. Por completo o solo una de las paredes. El precio es de 12 €/m² por pintar una pared con pintura plástica lisa en buen estado. El tipo de pintura también encarece el presupuesto. Si la pintura es con efecto sube a 20-25 €/m². Si quieres una pintura ecológica, también deberás pagar más porque solo el producto cuesta 25 €/l.

Este es un factor que debes tener en cuenta. Escoger el mismo suelo en una cocina abierta te saldrá más económico en cuanto a material (puesto que solo necesitarás comprar un modelo, puede que con mayores cantidades los precios sean algo más económicos y solo tendrán que servirte uno); y de instalación. Cada tipo de suelo tienes unas especificaciones a la hora de colocarlo. La tarima es más rápida y sencilla de colocar que la cerámica, por ejemplo.

En el supuesto que acabamos de ver, cuando se mantiene el suelo del comedor o del salón, pero hay que cambiar el de la cocina, la opción es escoger un diseño en otro material, pero con una tonalidad similar, o buscar el contraste total, como en este proyecto. Un suelo más oscuro que rompe la neutralidad de la madera. Los hidráulicos y mosaicos también son una opción original.

He aquí la cuestión. Y es más que estética. Abrir la cocina al salón o al comedor, incluso, a la zona de acceso a la vivienda, implica "borrar" barreras. Pero mediante el suelo puedes delimitar espacios o no. Usar el mismo pavimento es una buena idea cuando quieres crear sensación de amplitud. En espacios pequeños, un recurso muy útil.

Otro motivo que puede llevarte a optar por suelos diferentes cuando la cocina está abierta es la de zonificar. Esto significa que a través de los materiales, aunque no haya barreras verticales, marcas las zonas: la de despensa, la de comedor, la de trabajo… según necesidades. En este proyecto, por ejemplo, la diferencia entre el suelo hidráulico y la madera marca la transición entre cocina y despensa y comedor.