Con una base neutra en los muebles, se puede hacer que la habitación vaya fluyendo con la edad del niño que la utiliza. Zubizarreta nos pone un ejemplo: “Un dormitorio para un niño de 6-7 años es muy infantil. Tendrá papel pintado de ositos, una lámpara con una nube, estores con lunares y una alfombra con gatitos, por ejemplo. Cambiando papeles, cortinas, lámparas, alfombra, textiles y demás objetos podemos hacer que lo que marque la edad de esa habitación sea el estilismo. Así, cuando empiece a ser preadolescente, se puede colocar un papel más de rayas o cuadros, más serio, una cortina con una sola raya eliminando los motivos infantiles y una alfombra de un tejido más uniforme. Y los accesorios los actualizamos a libros, mapas, etc.”.
Camas realizadas a medida. Alfombra, de Lorena Canals.