En muchas casas antiguas, el cajón de la persiana, además de visible, sobresale de la pared. Una de las soluciones más tradicionales es colocar un bandó, una tela horizontal que se pone ocultando tanto la caja como la barra o riel. Así se pueden colocar tanto cortinas como estores o, incluso, ambos, como en la foto. Esta solución funciona muy bien en habitaciones de estilo clásico. Si no te convence esta estética tan clásica, otra opción es colgar un estor que tape el cajón –y que sobresalga un poco por ambos lados–. Lo puedes anclar en el techo o en la pared mediante unos prolongadores de pared, siempre teniendo en cuenta la distancia que tendrás que dejar para que el estor suba y baje sin dificultad y no se atasque con el cajón de la persiana.
Sillas, de Becara. Cortinas, estores, bandó, mantel y bajo mantel, de Pepe Peñalver. Alfombra, de IKEA.