Cuando decides pintar una estancia, especialmente utilizando colores oscuros o intensos, es fundamental realizar pruebas de color y permitir que estas muestras reposen. Esto se debe a que el tono puede variar según la luz, y no es lo mismo en un día nublado que en uno soleado.
Lo ideal es aplicar diferentes colores, dedicar unos días a observarlos y sentarse con ellos para evaluar cómo se perciben en distintos momentos. Realiza pruebas en varias áreas del salón con diversas fuentes de iluminación para asegurarte de visualizar cómo lucirán en cualquier momento del día.
Es esencial que te agrade tanto con la luz natural del día como en el anochecer, además de considerar su apariencia con la iluminación artificial. Este proceso meticuloso garantizará que tomes una decisión informada y que el color elegido se adapte perfectamente a tus preferencias y al ambiente que deseas crear.