Cuando apareció, el plástico supuso una auténtica revolución. Y ahora se ha convertido en parte de nuestras vidas. Allá donde miremos hay plástico: en los electrodomésticos, los muebles, las bombillas, las tuberías… En muchos casos, su uso es inevitable, siempre que lo hagamos de una manera responsable y eficiente. Pero también hay otros muchos objetos y productos de nuestra vida cotidiana que contienen plástico y no somos –ni de cerca– conscientes. 

Las bolsas de las infusiones, tu barra de labios favorita, la corteza de los quesos o la chapa de las botellas de cristal contiene plásticos. De hecho, hay un estudio de los Anales de Medicina Interna que confirma estos datos. Después de analizar las muestras de ocho personas se identificaron hasta nueve tipos de plásticos distintos en sus heces, siendo el polipropileno y el tereftalato de polietileno los más abundantes.

En países como Estados Unidos o Francia, se ha prohibido su uso en determinados productos de consumo humano. Aunque en España, la legislación aún no lo regula, hay muchas opciones para ir eliminando estos productos por otros más ecológicos –y mejores para nuestra salud– poco a poco. Los productos a granel, discos desmaquillantes, compresas de tela, la copa menstrual o la ropa confeccionada con tejidos naturales son una alternativa con más adeptos cada día. Si tienes dudas, aquí te proponemos 50 alternativas al plástico. ¡Todo es empezar!