Cuando las temperaturas se disparan y el calor aprieta incluso dentro de casa, el instinto nos lleva a encender el aire acondicionado o, en su defecto, a colocar ventiladores por todas las habitaciones. Pero ¿y si el secreto para estar frescos estuviera en mirar atrás, mucho más atrás? El experto en climatización e interiores, Joseph Holman, propone una fórmula curiosa, pero eficaz: "Si tienes calor en casa, usa el método del hombre de las cavernas".

Así lo explicó en una entrevista reciente con Nació Digital, donde defendió que mantener el hogar fresco en verano no pasa tanto por enfriar el aire, sino por evitar que entre el calor. Holman, insiste en que el objetivo no debe ser "enfriar", sino "mantener el fresco". Y para ello, propone pensar como un cavernícola. "En las cuevas, la temperatura se mantiene constante gracias a que el espacio está protegido de la radiación solar directa, aislado y ventilado de forma natural. Es un sistema perfecto que no depende de tecnología, sino de lógica", explicaba en la entrevista.

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Las claves del 'método del hombre de las cavernas'

Salón con cortinas estampadas y carpinterías de ventanas pintadas en verde
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Para aplicar esta técnica prehistórica al hogar actual, Holman plantea una serie de acciones muy sencillas, pero que requieren constancia. La más importante: cerrar la casa durante las horas de más calor. "A partir de las nueve de la mañana, deberíamos cerrar ventanas, persianas y cortinas para evitar que entre la radiación solar", recomienda. Según él, una buena protección solar es más efectiva que cualquier aparato eléctrico.

Pero no basta con aislar, también hay que saber cuándo abrir. Una vez cae el sol y las temperaturas empiezan a bajar, es el momento de ventilar. Holman aconseja abrir puertas y ventanas a partir de las nueve o diez de la noche, cuando el aire exterior ya no representa una amenaza térmica. Esta ventilación nocturna es clave para renovar el ambiente y rebajar la temperatura interior de forma natural.

Además, el experto destaca la importancia de los materiales. "El hogar ideal para resistir el calor sería uno de piedra o tierra compacta, con paredes gruesas y pocas ventanas. Como una cueva", afirma. Evidentemente, no todos vivimos en casas así, pero sí podemos aplicar ciertos principios: usar cortinas gruesas, tejidos naturales y colores claros que reflejen la luz en lugar de absorberla.

Cómo adaptar tu casa a este enfoque (sin parecer que vives en la Edad de Piedra)

cocina con muebles en color en l y ventanal fijo al salon 00505553

Mobiliario diseño de la interiorista Clara Masllorens.

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Este método que nos propone el experto, no implica renunciar a la comodidad ni vivir como en la Prehistoria. Más bien, se trata de recuperar la lógica climática que ya utilizaban generaciones pasadas, antes de la era del aire acondicionado. Holman anima a observar cómo están construidas las casas tradicionales del Mediterráneo: techos altos, contraventanas, patios interiores, fachadas blancas, paredes de piedra… Todos ellos son recursos arquitectónicos diseñados para refrescar sin consumo energético.

También subraya la necesidad de repensar nuestros hábitos. "No tiene sentido dejar las ventanas abiertas a las tres de la tarde. Estás dejando entrar un horno", sentencia. Y recomienda prestar atención al comportamiento térmico de cada rincón de la casa, para saber qué espacios conservar cerrados y cuáles abrir por la noche.

Frente a un contexto de crisis energética y temperaturas cada vez más extremas, las estrategias pasivas como esta ganan relevancia. Porque, como el confort no siempre depende de la tecnología, sino del conocimiento y la observación. Y en ese sentido, la cueva - oscura, fresca y silenciosa - se convierte en un modelo a seguir. 

10 trucos para climatizar nuestro hogar en verano

  • Cierra durante el día, abre por la noche: mantén persianas, cortinas y ventanas cerradas mientras el sol da directamente; ábrelas por la noche para ventilar y enfriar la casa.
  • Crea ventilación cruzada: abre ventanas opuestas o en extremos diferentes de la casa para generar una corriente de aire natural que refresque el ambiente.
  • Usa ventiladores estratégicamente: coloca ventiladores frente a ventanas abiertas o con un cuenco de hielo delante para potenciar el efecto de frescor.
  • Instala estores térmicos o cortinas gruesas: actúan como barrera solar, reduciendo la entrada de calor y ayudando a mantener una temperatura interior más baja.
  • Añade plantas y riega al atardecer: las plantas refrescan el ambiente y aumentan la humedad. Colocarlas cerca de ventanas o terrazas mejora la sensación térmica.
  • Prueba con un enfriador evaporativo: es un aparato que funciona con agua y ventila aire fresco. Consume poco y funciona muy bien en climas secos.
  • Aprovecha suelos y paredes frescos: pisa descalzo sobre baldosas, mármol o piedra, y coloca sábanas o cojines de lino o algodón sobre sofás o camas para evitar el calor acumulado.
  • Humedece el ambiente con toallas mojadas: coloca una toalla húmeda en ventanas o cuelga sábanas mojadas delante de la brisa: el aire que pasa por ellas se enfría por evaporación.
  • Refrigera la casa de noche: ventila durante la madrugada y las primeras horas del día para bajar la temperatura de paredes, techos y muebles.
  • Controla la temperatura con domótica: usa termostatos inteligentes, sensores o temporizadores para activar ventiladores o sistemas solo cuando sea realmente necesario.

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