Limpieza y cuidados

Cómo elegir (y cuidar) las sábanas

Una cama bien vestida es sinónimo de elegancia y mejor descanso. Aquí tienes las claves para escoger las mejores sábanas para ti y algunos consejos para mantenerlas como el primer día

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Un dormitorio natural, lleno de plantas que alegran el alma y de detalles que hacen que no quieras salir nunca de la cama

A la hora de escoger las sábanas no solo tendrás que pensar en el tipo de tejido (sábanas de algodón percal, de franela, de lino…) sino también en las medidas. Esto a nivel práctico, sin entrar en el estético. Pero estas cuestiones son importantes a la hora del descanso porque cada fibra aporta a nuestro cuerpo algo distinto. De la misma manera, saber las características de los tejidos hará que las cuides mejor al lavar, tender y planchar, lo que te facilitará la tarea y alargará la vida de las sábanas.

¿Qué tener en cuenta al elegir las sábanas?

1. El tejido

El material de fabricación de las sábanas es clave. Elige tejidos naturales para el juego de cama, como el lino y el algodón o el algodón percal (más abajo te detallamos en qué se diferencian unas sábanas de otras), ya que proporcionarán naturalidad y estilo a tu dormitorio. Pero también, un tejido natural tiene mejor transpiración y evita alergias.

La ropa de cama de buena calidad es confortable y favorece el descanso correcto

El material también hará que sean sábanas más fáciles de planchar (por ejemplo, la arruga del lino es bella y casi imposible de quitar, pero ese es su encanto). Y también te asegurará una correcta transpirabilidad, absorción y evaporación de la humedad, condiciones que ayudan al descanso.

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Todos los tejidos naturales se pueden mezclar con poliéster, que aporta ciertas características y abarata su precio. Es fácil por ejemplo encontrar sábanas de algodón con mezcla de poliéster, para que no se arruguen tanto. El poliéster no debe superar el 50% de la tela para que no pierda suavidad.

2. Las medidas

Porque cada sábana responde a una medida de colchón. Es importante que sepas las dimensiones del tuyo, no solo largo y ancho sino también altura porque si es más alto de lo normal deberás tenerlo en cuenta no solo en la sábana bajera sino en la encimera para que se meta bien por los laterales. La encimera no es ajustable y su medida siempre es bastante mayor a la del colchón. La bajera ajustable es del tamaño del colchón. Al ser ajustable te facilita su colocación y evita que se mueva o salga con el uso.

  • Si tu colchón es de 150 x 200 cm: elige una sábana encimera de 240 x 280 cm, una funda nórdica de 240 x 260 cm y una colcha o edredón también de 240 x 260 cm.
  • Si tu colchón es de 180 cm de ancho: la sábana encimera debería ser de 270 x 280 cm, la funda nórdica de 260 x 270 cm y una colcha o edredón de 260 x 270 cm. En el caso de las bajeras, dependerá también de la altura del colchón.
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Las sábanas para colchones altos tienen una altura especial. Hasta para 38-40 cm de alto. Algunas solo cuentan con gomas de ajuste en las esquinas y otras en todo el contorno. Así que, ya has visto, las medidas de las sábanas importan para que la cama quede correctamente vestida.

3. ¿LISAS O ESTAMPADAS?

Un tejido de algodón blanco no tiene tintes de ningún tipo, de manera que conserva las propiedades orgánicas y naturales de la fibra de algodón prácticamente inalteradas. El proceso de producción es más corto, sencillo y ecológico, ya que simplemente requiere un mínimo tratamiento de descrudado y blanqueado. Si tienen motivos, los que vayan estampados pueden estar hechos con tintes eco o no. Y si están bordados no hay tanto químico.

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Materiales para las sábanas: quién es quién

  • Sábanas de algodón: la mejor calidad (y más cara) es 100% egipcio, que tiene fibras extra-largas y duraderas.
  • Sábanas de algodón percal: el percal no es un material en sí, sino una técnica de tejido que aporta resistencia a la sábana y gran durabilidad sin perder suavidad.
  • Sábanas de algodón pima o supima: es un material de fibras medias a extra-largas discontinuas, conocido por su suavidad y brillo, y es un poco más asequible que el algodón egipcio.
  • Sábanas de franela: son las más abrigadas, perfectas para climas fríos. También son de algodón, por tanto, de tejido natural, con un tacto suave por las dos caras.
  • Sábanas de coralina: es un tipo de tejido de tacto suave, como aterciopelado (similar al de un peluche). Las encontrarás confeccionadas en diferentes gramajes. Las de mayor grosor se denominan también sábanas de microlina.
  • Sábanas de lino: ideal para los climas cálidos, las sábanas de lino son algunas de las más caras, pero te durarán décadas.
  • Sábanas de satén: ultra-suave y brillante.
  • Sábanas sintéticas: económicas y resistentes a las arrugas. Son muy fáciles de planchar.

Muchas sábanas se rematan con procesos químicos para que no se arruguen o encojan. Si quieres evitarlo, busca sábanas con etiquetas específicas eco o bio, como las de algodón orgánico, sin compuestos químicos.

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DEBES SABER…

Aunque existe la creencia de que cuantos más hilos posean las sábanas en su trama de confección, mejor calidad; no siempre es así. Es cierto que la calidad de la ropa de cama será más alta cuanto mayor número de hilos tenga la tela aunque, no es el único factor, también es importante la calidad del hilo, los procesos de fabricación, etc.

Cuando compramos ropa de cama, en lo que primero nos hemos de fijar es en su composición de fibras. La mayoría de las sábanas están hechas de algodón, pero deberíamos buscar una fibra más larga, pues al hilarlas, se les da fuerza, lo que supone menos cardado. El algodón egipcio, por ejemplo, tiene una fibra larga. Otras opciones de fibra de buena calidad son el algodón pima y supima, el orgánico, el algodón-poliéster e incluso el bambú.

Y si hablamos de datos, las sábanas entre 200 y 400 hilos por pulgada son las más suaves y duraderas. Por debajo de 200 hilos son más económicas, pero de menor calidad. La calidad de la ropa de cama será más alta cuanto mayor número de hilos tenga la tela aunque, como ya se ha dicho al principio, no es el único factor, también es importante la calidad del hilo, los procesos de fabricación, etc.

CUIDADOS PARA LAS SÁBANAS

Claves de lavado, tendido y planchado para cuidar las sábanas

- Toda sábana que se lave en agua fría sufre menos, como cualquier prenda. Pero el agua fría no termina con algunas bacterias o ácaros. Lo óptimo: utilizar un programa con una temperatura entre 40 y 60º. Existen productos específicos para desinfectar tejidos que se pueden añadir al lavado (no conviene usarlos con suavizantes, pero lo mejor es que sigas las indicaciones del fabricante en cada caso).

- No laves las sábanas con prendas de tejido de punto porque sueltan pelusas que se adhieren a la tela de las sábanas.

- Al tender las sábanas hazlo en un lugar ventilado. Y evita que las de el sol directo cuando este es más fuerte o se quedarán muy "tiesas". Tiéndelas estiradas. Si no tienes hueco suficiente en el tendedero, entonces dóblalas a la mitad, lo más estiradas. Esto también te facilitará el planchado o no quedarán tan arrugadas en caso de que nos las planches y seas de doblar las sábanas directamente para guardar.

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- Las sábanas se pueden secar en secadora. Para que no se arruguen demasiado, alísalas y dóblalas bien nada más sacarlas antes de que se enfríen.

- ¿Sábanas nuevas? Es recomendable lavarlas antes de usar. Así evitarás dormir sobre una tela algo rígida debida a restos de apresto o almidón.

- Y a la hora de planchar… si lo haces cuando ya están casi secas pero ligeramente humedecidas, te ayudará a eliminar arrugas. Eso sí, guárdalas después siempre que estén frías y secas.

¿Cada cuánto tiempo cambiar las sábanas?

Las sábanas deben lavarse al menos una vez a la semana. Ese es el cambio de sábanas que debes hacer. Pero si sudas mucho o en verano, quizá debas hacerlo con mayor frecuencia. Los expertos recomiendan que cada 3-4 días en estas situaciones. Ten en cuenta que en las sábanas se acumulan células muertas de la piel y sudor, pero también ácaros de polvo, bacterias y hongos.

¿Cuántos juegos de sábanas conviene tener?

Mínimo un par de juegos para primavera-verano y otro par más para otoño invierno. Así mientras unas se lavan y secan, podrás poner el otro juego.

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