Sillas

Pia reservó el espacio junto la ventana, que da a un pequeño jardín, para el office, que equipó con un banco en "L" muy cómodo y una gran mesa cuadrada. Una mesa que tiene truco, porque la decoradora la proyectó con el mismo sobre de la cocina, "así pasa a ser una extensión más de trabajo si se necesita", explica Pia. 

Este salón proyectado por la decoradora Begoña Susaeta se ha planificado en blanco, para multiplicar su luminosidad, y se ha hecho un uso muy decorativo del color. En cortinas y tapicerías se ha jugado con el rojo y un azul grisáceo, creando un salón atemporal pero a la vez moderno y personal. 

La cocina es una caja de cristal pequeñita pero a la que no le falta de nada. El gran acierto es, sin duda, su zona de barra multiusos cerrada con una ventana de guillotina. Por un lado, integra el área de cocción y, por el otro, sirve de barra para comidas rápidas. No te pierdas el resto de soluciones ingeniosas de este piso. 

La decoradora Asun Antó separó el recibidor del comedor mediante una escultórica puerta plegable acristalada y de hierro que lleva luz natural al vestíbulo. Abierta, funde ambos espacios ampliándolos respectivamente. 

A pocos metros, mucho ingenio. Como el que demostró el interiorista Cosma Musachio con este piso en el que prescindió de tabiques para aprovechar cada cm al máximo, pero se sirvió de unas cortinas dispuestas en "L" para separar el dormitorio de la zona de día y ganar así intimidad en la zona de noche. 

Y es que los muebles y piezas de IKEA son el recurso ideal para dar el toque de personalidad que buscas. En la zona de comedor, acompañando a la mesa de herencia, las sillas con el modelo Mälarö, con un marcado estilo vintage y, además, plegables, algo fundamental cuando los metros escasean. 

Como idea para decorar con cestos sirve esta: el cesto comodín. En el recibidor, debajo de una balda o consola, tendrás un lugar para dejar las zapatillas de estar en casa, el casco de la moto -camuflado de manera decorativa- o las bufandas. Además, aunque pensemos en cestos de fibras naturales como mimbre o cáñamo, hay otros acabados como esparto, bambú, palma, croché o fieltro que te gustarán.

¿Y si en lugar de cajonera (o junto a ella) colocas un cesto en el que organizar los rollos de papel de regalo, las reglas o algunas carpetas? Puede ser un buen compañero en la zona de trabajo. Incluso para dejar el cojín que te gusta colocar en la silla para sentir la espalda más recta.

… y crea tu jardín interior. Las fibras vegetales no soportan bien la humedad y el contacto con el agua porque la absorben y en contacto continuado se pudren. Así que opta por plantas artificiales (bien conseguidas) o por colocar en el interior la maceta con su plato. Algunas cestas están revestidas en el interior por una capa plástica que protege la fibra y evita que se deteriore.

¿Anhelas un comedor de diario en la cocina? La solución puede estar en el tendedero. Intégralo en la cocina, derriba las divisiones entre ambos espacios y dale continuidad con los revestimientos. Allí tienes espacio para colocar una mesa y sillas y, quizá, hasta algún mueble extra. Piensa que según las dimensiones quizá puedas crear un frente o armario -adosado a una pared- en el que ocultar la lavadora, secadora y mueble escobero; sin renunciar a la mesa.

Por lo general, cuando pensamos en dar uso a un tendedero o galería algo olvidados, puede ocurrir que se preste la distribución a integrar por completo esos metros en la estancia o no. Puedes mantener el cerramiento que delimita tendedero y habitación contigua si precisas algo de independencia. Por ejemplo, no es conveniente hacerlo si ganas un office en la cocina, pero sí cuando ubicas la lavadora o si se convierte en una zona de trabajo que comunica con un salón, donde puede haber ruidos.

Se quería aprovechar la luz del dormitorio para llevarla a la zona de día también. Así que el equipo de arquitectos decidió cerrar esta habitación con una puerta corredera acristalada, que además no resta ni un cm. Pero para disfrutar de intimidad, planificaron una segunda hoja totalmente opaca. ¡Qué gran idea! 

La cocina era pequeñita y faltaba almacenaje. Así que el equipo de arquitectos no dudaron en sacárselos del pasillo de acceso al piso. Planificaron un completísimo frente de armarios desde la entrada hasta la cocina, que integra además la columna de hornos. Una península separa la cocina del comedor sin restar luz y la encimera se ha prolongado para ganar una mini barra. 

La cocina se diseñó en blanco, el color que se impone en todo el piso, para que resultara más ligero. Y con el mismo objetivo se prescindió de armarios superiores. Para optimizar el espacio se integró el comedor, con una gran mesa de madera que da el punto cálido al espacio, y que además puede usarse como superficie de trabajo extra si se necesita. 

Para disfrutar de más luz y metros en la zona de día, la decoradora eliminó el tabique de la cocina integrándola al salón y a su lado colocó el comedor. Para ganar más plazas de asiento, ideó un banco, cuyo respaldo se apoya en los muebles de la cocina, que además tiene cajones para guardar.  

El azul se coronó en 2020 como color Pantone del año y ¡se mantiene! Lo seguiremos viendo en paredes, elementos decorativos en la mesa o textiles. Es un color que nos recuerda indudablemente al mar y que nos da mucha calma. 

En un piso pequeño, tener capacidad de almacenaje era básico. Por eso la decoradora ideó un mueble bajo de tele equipado con armarios y cajones que abastece al salón y lo prolongó, aprovechando un entrante en la pared, con una librería con armarios en la zona del comedor. Las baldas de madera son la nota cálida y de contraste en un mueble lacado a juego de las paredes. 

Donde ahora está el comedor, había un espacio vacío, que el equipo de Dröm Living aprovechó para habilitar un pequeño comedor que le va como anillo al dedo al espacio, porque está justo delante de la cocina. Y para llevarle más luz, abrieron una ventana en la pared que da al salón, que pintaron en negro para darle personalidad y un punto masculino. ¡Y es que este es un piso de chicos!

La cocina fue uno de los espacios que más se transformaron con la reforma. Antes estaba cerrada y era muy oscura. Ahora es una caja de luz gracias a la pared acristalada que lo separa del recibidor y a la corredera, también acristalada. Además, se ha integrado el comedor, liberando así espacio del salón. No te pierdas las otras soluciones geniales de este piso de Madrid.

Esta cocina es toda una declaración de intenciones. A pesar de no contar con mucha luz natural, la decoradora Jeanette Trensig se atrevió con un mobiliario lacado de color gris antracita, que llevó incluso a las paredes. El resultado es una cocina muy moderna, a pesar de contar ya con unos añitos, y muy cosily, algo muy importante en este caso porque el comedor se ha integrado en este espacio. 

Esta cocina demuestra que no por ser pequeñita debe renunciarse al color. La decoradora Cristina del Valle optó por un gris suave para el mobiliario, inspirándose en el del pavimento, y tiñó paredes, antepecho y techo de blanco, lo que contribuye a multiplicar la luminosidad. Y reservó los toques de negro, presentes también en las baldosas, para los tiradores. Un conjunto moderno, luminoso y con personalidad. 

¿Por qué no? Las puertas alistonadas de madera y la grifería vintage, junto con las sillas tradicionales del office de fibras, dan a esta cocina un sabor campestre que el color gris del mobiliario se encarga de actualizar. Organizada en un frente de armarios, preserva un pasillo amplio y cómodo que da acceso al office, para el que se ha reservado el espacio más luminoso. 

La mesa y el aparador del comedor, dos piezas de anticuario de estilo británico, marcan la decoración de este espacio, con un marcado sabor clásico.

Mini pero no se echa a faltar nada. ¿La clave? Los muebles a medida, que se ajustan al espacio como un guante no dando por perdidos ni un cm. Así, la decoradora Marta Prats planificó una cama alta que completó con una balda volada a modo de escritorio. Esta idea es estupenda también para habitaciones infantiles.

Una habitación juvenil no por ser pequeña debe ser blanca. Y esta, con una pared revestida con un papel pintado gris oscuro, así lo demuestra. El espacio era tan pequeñito que lo marcó la ubicación de la cama, que se reservó debajo de la ventana, porque en caso de girarse, ya no quedaba espacio útil para nada más.

El escritorio, al estar junto la cama inferior, sirve además de improvisada mesilla de noche. Y el hueco que quedaba entre la cama superior y la pared se ha aprovechado con un armario a medida que ajusta su altura a la cama, pudiendo usar la parte superior del armario como mesilla de noche. 

En esta habitación se ha tenido que tirar de mucho ingenio para poder aprovechar al máximo el espacio. El equipo de Dröm Living apostó por diseñar una cama alta, que se ajusta al espacio de la ventana, y así liberar la parte inferior para que pudiera albergar una cama extra en paralelo a la ventana y una pequeña zona de estudio.

La decoradora ideó una estructura a medida en paralelo a la litera que integra un armario, con poco fondo para ajustarse al espacio libre hasta la ventana, y la zona de estudio, con una balda en la parte superior. 

La generosidad de metros de este comedor exigía piezas voluminosas y con estilo que dieran personalidad a un espacio dominado por el blanco. La gran mesa redonda lacada en blanco viste por sí sola el espacio, y las icónicas sillas Vitra y la lámpara gigante suman estilo. ¡Guárdate esta idea porque es estupenda para comedores modernos! 

Líneas rectas y madera: son las claves de este comedor tan acogedor como funcional. Se ha aprovechado la pared trasera con tres estanterías de Ikea que parecen una XL. Las lámparas minimalistas de diseño refuerzan su look actual.

Integrado en el salón –también moderno–, este comedor se ha planificado para que destaque por tener una personalidad propia diferenciada. Así, se ha optado por una sólida mesa con el sobre de madera y una gran pata central de hierro a modo de pedestal, equipada con unas sillas tapizadas con vocación de butacas. La pared de un verde musgo, un color de tenencia, y las icónicas lámparas de diseño refuerzan la personalidad de este comedor moderno.

Pequeñito pero muy capaz. Así es este comedor, en el que caben cómodamente 7-8 personas. El banco en "L", que multiplica y flexibiliza las plazas de asiento, es uno de los grandes aciertos. La mesa, al elegirse cuadrada, se adapta perfectamente al espacio. Con el sobre de madera y un pie central de hierro, que le da un toque industrial, da un look actual a un comedor muy coqueto. 

El contraste de piezas antiguas, como el aparador chino, con otras industriales es el gran acierto de este comedor decorado por Natalia Zubizarreta, que en su conjunto puede presumir de un look de lo más actual. 

Con permiso de las lámparas, un trío idéntico, pero en tres acabados diferentes, la mesa es la gran protagonista de este comedor. Sus originales patas oblicuas la convierten en una pieza escultórica que decora por sí sola. 

La decoradora Pia Capdevila resolvió los pocos metros de este piso con mucho ingenio: abrió la cocina a la zona de día y, con ello, pudo adosar la mesa a la isla, ganando mucho espacio libre para la misma cocina y el salón contiguo.

El espacio de esta casa es rústico, aunque totalmente actualizado. De ahí que, a la hora de planificar la decoración del comedor, se haya apostado por piezas modernas, pero de madera, en sintonía con el look natural que se impone en el espacio. 

Un comedor moderno no tiene por qué ser frío o de tendencia. Este es un buen ejemplo, donde se ha combinado una sólida mesa de madera con sillas y butacas tapizadas y estas últimas con tachuelas decorativas. Las lámparas, un diseño actual, pero de aire retro, crean un conjunto actual y a la vez muy acogedor.