Librerías

Si eres lectora habitual de El Mueble, sabrás que en nuestros salones el mueble tipo boiserie es uno de nuestros favoritos: encastrado en la pared con dos librerías laterales, que conjugan el almacenamiento abierto y cerrado, chimenea en el centro y decorado con molduras. En este salón, la interiorista Gisela Grandes transformó el mueble con una mano de pintura para actualizarlo. La madera oscura pasó a ser gris, más suave por fuera y más intensa por dentro. 

"Escoge mobiliario de colores claros, ya sea en laca o madera. El tono claro hará que parezcan más ligeros y ocupen menos espacio visualmente", explica la decoradora Paula Duarte. Lo vemos aquí en este salón decorado por la interiorista, en el que tanto los muebles como las tapicerías son de colores neutros claros. 

"Si no cuentas con una pared donde poner una librería, puedes recurrir a colocarla detrás del sofá. A nivel decorativo aporta muchísima calidez", sostiene Paula. 

"Si necesitas una librería, por ejemplo, no tiene por qué estar en la zona del sofá, puede ocupar una pared del comedor sin problemas", explica.

"Normalmente, necesitaremos las siguientes piezas básicas para el salón: sofá o mueble de asiento, mesa de centro, mesa auxiliar, mueble de televisión, mesa y sillas del comedor y un aparador", sostiene. 

El gris es un color neutro que tiene mala fama de frío, pero matizado con un toque de amarillo puede resultar cálido y elegante. En este salón, decorado por Elena Eyre, se ha usado para romper con la base en beige, y darle más estilo y carácter. Lo vemos en la trasera de la boiserie, en los sofás y en la butaca. Los toques de naranja y caldera ayuda, también, a darle ese look acogedor que tanto apetece en un salón de invierno. 

La madera nunca falla para subir la temperatura del salón, sobre todo si se combina con textiles abrigados y colores cálidos. Y esto es lo que ha hecho la decoradora Asun Antó, que se alió con las telas para hacer más acogedor y cosily este salón. Doble cortinaje, cojines en tonos mostaza, caldera y un tono topo para las paredes arropan este salón y le dan calor de hogar. 

Una librería no es solo un mueble para guardar, puede ser la pieza estrella del salón. Si cuentas con una librería, organízala para que, además de ser práctica, sea decorativa. Las estilistas de El Mueble recomiendan no llenarla toda de libros –a no ser que sea una biblioteca–, sino repartir los libros con los objetos decorativos, como plantitas, retratos, recuerdos... Y siempre siempre siempre, mantenerla en orden. Una librería caótica será el peor enemigo de tu salón de revista. 

La iluminación tiene un gran poder para transformar un espacio. Por eso es vital cuidarla para hacer los espacios más acogedores, envolventes y hogareños. Esa luz dorada, que ofrecen las luces cálidas de 2.700ºk, es la que siempre buscamos en El Mueble. Huye de los leds fríos, la luz blanca es indicada solo para espacios de trabajo. 

Una de las ideas más utilizadas a la hora de decorar el salón es esta: centrar la chimenea, real o decorativa, en la pared del fondo y acompañarla con librerías de obra a ambos lados. Eso fue lo que hizo en este proyecto Asun Antó. La interiorista explica que aunque las librerías parecen de obra, en realidad fueron hechas por un carpintero en DM lacado. Se dejaron abiertas y se iluminaron con unos apliques en la parte superior. Sobre la chimenea, puedes colocar la televisión o un cuadro, como en este caso.

Este salón es pequeño –pertenece a un piso de apenas 75 m² reformado por Pía Capdevila– por eso la base de muebles y paredes es blanca, pero eso no impidió a la decoradora apostar por un sofá en un suave y sufrido gris, que rompe con tanto blanco y da estilo al estar. 

En este salón, proyectado por Molins Design, los sofás contribuyen a sumar calidez y hacer más acogedor un espacio a priori un poco frío. Su diseño orgánico y de silueta suave equilibran las líneas rectas del gran mueble librería del salón. Y aún siendo claros, este suave topo hace más acogedor el estar. 

La decoradora Asun Antó optó por una decoración de base blanca para vestir este salón y jugó con las molduras, que le dan un elegante aire señorial, y los sofás para sumar carácter. De hecho, los sofás, de un gris clarito y con tachuelas decorativas, fusionan a la perfección lo clásico y lo moderno, en sintonía con el espacio. 

Las decoradoras Teresa Asensio y Chari Manzano optaron por unos sofás blancos, de lino y líneas modernas, para que contrastaran con la librería oscura y de líneas más clásicas y no compitieran con ella. "Quería que la librería fuera importante, por eso la he destacado con este gris antracita, para que gane protagonismo", explica Teresa. 

Otra concesión que te permite un salón generoso es proyectar una zona de almacenamiento de pared a pared. Puedes aprovecharla para guardar vajilla, ropa de mesa o como librería, si eres una adicta a la lectura en papel. Es lo que hicieron en este salón Irma Aleu y Rosa Viñets, crear un par de estanterías grandiosas de madera y convertir el ventanal que las separa en un delicioso banco mirador con cajón incluido.

Un truco de decorador es que muchas veces donde encaja un espejo cuadrado también lo hace uno redondo. Así sabrás que puedes optar por una u otra forma, como en este caso entre librerías y sobre la chimenea en el salón. Que el diseño que elijas tenga la moldura más o menos llamativa dependerá del resto de elementos que decoren esa pared.

Marino, cobalto, índigo, petróleo… los azules oscuros son los tonos elegantes por excelencia, y lo mejor es que hay muchas soluciones para introducir estos colores fuertes en la decoración sin arriesgar: desde alternar muebles de madera con alguna que otra pieza lacada hasta escoger sofás tapizados en azul como se hizo en este salón. Apunta: si son de terciopelo, darás al ambiente un plus de sofisticación.

Hace tiempo que sientes debilidad por ese estilo atemporal que resiste con estilo el paso del tiempo. Y quieres llevarlo a tu salón. Por eso decides decorarlo con una librería blanca tipo boiserie a ambos lados de la chimenea decorativa, una mesa maciza de madera que según va pasando el tiempo adquiere más belleza y unas butacas retapizadas con un estampado botánico que refresquen la estancia. Ves el resultado ¡y te encanta!

Qué tendrá este sofá que te hipnotiza. Desde siempre dijiste que tu sueño era tener una casa y un imponente chester en tu salón. Pues bien ¡sueño cumplido! Te encanta recibir en él a tus amigos y mantener con ellos largas sobremesas. Y a ellos parece que también les gusta porque ¡lo que cuesta levantarlos! Como eres una ávida lectora, te has decantado por una librería clásica. Eso sí, ya has aprendido a combinar los libros con objetos deco y plantas para que no quede tan estática visualmente. Este salón es un proyecto de Aurora Monasterio.

Utilízala para modificar la percepción del espacio. Si buscas elevar el techo, píntalo más claro que las paredes, mientras que si quieres ensanchar pinta las paredes más claras que suelo y techo.

En muebles abiertos, como las librerías, presta atención a la colocación de los objetos y combina libros con otros elementos decorativos para que la librería respire. De hecho, Alicia Iglesias, de Orden y Limpieza en Casa, opina que el 60% del espacio de la librería deben ocuparlo los libros. El 30% debe quedar vacío y el 10% restante pueden ser objetos decorativos.

En este salón proyectado por la decoradora Asun Antó, los sofás son los que marcan estilo y carácter. Y no es casual, ya que la decoradora ha ideado una caja neutra, con la gran librería y el banco en "L" a juego con las paredes, y ha reservado la nota más personal y de tendencia para los sofás, dos piezas gemelas de diseño retro tapizadas en terciopelo azul y con tachuelas decorativas. 

"Encontré la casa buscando un lugar agradable donde pasar el verano y que a la vez me sirviese como espacio de trabajo lejos del ruido de la ciudad. Di con ella una tarde en que había una luz preciosa y me enamoró. Ahora es el mejor lugar del mundo para mí. Aquí todo fluye de otra manera, sin prisas ni agobios", cuenta Georgina.

Para transformar ese antiguo local en este loft luminoso, Carlota contó con la ayuda de la decoradora Bárbara Sindreu, que convirtió en realidad todo lo que la propietaria había soñado. Se optó por planificar el espacio totalmente diáfano, con solo una estancia independiente, el baño. Y todo se tiñó de blanco: paredes, techo, muebles... Con excepción del suelo, de madera y en un acabado un poco rústico, para darle calidez. 

Y marcos de fotos, colecciones, recuerdos... Lo que hemos vivido y lo que nos hace felices consigue que nuestra casa sea un hogar y no un hotel.

La decoradora Natalia Zubizarreta empezó por derribar el tabique del pasillo que encorsetaba el salón. Con ello se ganó amplitud, metros y claridad. Además, apostó por el blanco en paredes, tapicería del sofá y la alfombra, lo que contribuye a ampliar visualmente el espacio. El mueble antiguo completa el almacenaje y da personalidad. 

Lo único que se conservó del piso original fue la librería del salón. Aunque la decoradora Marta Prats la tuneó para aligerarla y hacerla más práctica. Una zona de día diáfana con pocas piezas y ligeras, como el mueble bajo de la tele o el sofá, y un comedor familiar con la mesa arrimada a la pared, contribuye a ampliar visualmente el espacio.