A nadie le gusta entrar en un baño ajeno y salir al minuto para decir: "¿Me puedes dar papel?". Evita a tu invitado ese mal trago, asegurándote que hay de todo: jabón de manos, toallas extra en un cesto, ambientador y, por supuesto, papel higiénico. Si, además, tienes tus enseres personales guardados y detalles agradables, como unas velas o una plantita verde sobre la encimera, mejor que mejor.
La higiene aquí debe ser máxima no solo en los sanitarios, también vigila que el espejo o la mampara de la ducha luzcan brillantes, sin restos de salpicaduras de agua, como este baño impecable decorado por Marta Tobella.