Dejar una pared de ladrillos, ¿sí o no? Razones por las que los fans de la decoración las quieren a la vista

Puedes dejar todas las paredes de la estancia de ladrillo visto, o bien revestir solo un frente. Así se hizo en este salón, donde se aplicó en la pared que queda frente al sofá. Como ves, el color natural del ladrillo no solo aporta calidez al ambiente, sino que también contribuye a destacar el mobiliario acabado en blanco.

En ocasiones, durante las obras de una reforma aparecen muros originales de ladrillo que se opta por integrar en la decoración, como se hizo en este proyecto de Paula Duarte. Si la pared está muy dañada, será necesario limpiarla para después restaurarla y pintarla o, bien, dejarla en bruto, sin tratar, para un look más rústico.

Si combinas una pared de ladrillo visto con muebles de diseño actual, madera natural en tono claro o acabada en color blanco y dejas el resto de paredes lisas, lograrás una decoración contemporánea. Eso no quita que haya alguna pieza de mobiliario antigua o recuperada que aporte valor al resultado final. Este comedor es un proyecto de las decoradoras Marta Echevarrieta y Bárbara Crooke.

Las paredes de ladrillo visto son el revestimiento por antonomasia de las decoraciones de estilo industrial. Recuerda que también es posible apostar por esta estética sin que quede un look muy exagerado. ¿Cómo? Con un interiorismo actual: muebles de líneas depuradas y detalles en fibra o madera que aporten calidez. 

El ladrillo es un material natural: se hace con arcilla con arcilla, a la cual se le incorpora una pequeña cantidad de material orgánico, que actúa como un agente de unión para lograr la máxima durabilidad. Por eso, lo encontrarás en tonos y formas diferentes. Aprovecha esa variedad para crear composiciones dinámicas, de gran riqueza visual.

Las paredes de ladrillo visto son cada vez más demandadas. Por eso, debido al auge que este material está ganando, existen plaquetas cerámicas, paneles de poliuretano y resinas sintéticas, incluso papeles pintados, que imitan al ladrillo. En tiendas como Bauhaus o Leroy Merlin encontrarás revestimientos cerámicos que simulan bonitas paredes de ladrillo caravista en una amplia variedad de colores y acabados.

Otra alternativa más sencilla y rápida de instalar son los paneles de poliuretano que se fijan a la pared con un adhesivo especial, por lo que su montaje no genera polvo ni suciedad. Los tienen firmas como Panelspol System y sus revestimientos también son aptos para exterior. 

Uno de los efectos secundarios de las paredes de ladrillo visto es que se "comen" la luz natural. ¿La solución? Pintar los ladrillos de color blanco. Un recurso decorativo que agradecerán los espacios que no son excesivamente amplios o luminosos.

Es cierto que el mobiliario blanco sobre el color natural del ladrillo crea un contraste cromático muy atractivo, pero si optas por el efecto unificación de colores, es decir, que los muebles se fundan con la pared de ladrillo blanco, conseguirás que la estancia parezca más grande. 

En esta cocina, destacan los altos techos de ladrillo visto y el zócalo del mismo material que decora la estancia. Gracias a la combinación del ladrillo con el color blanco de las paredes y las superficies de madera, se creó una atmósfera cálida, envolvente y acogedora. 

Por sus grandes dimensiones y amplitud, salones como el de la interiorista Neus Casanova son ambientes ideales para dejar una pared de ladrillo visto sin temor a que el espacio quede recargado.