Sofás

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Salón con sofá rinconera y pared de cristal detrás.

Sofá de Pilma. Cojines de Catalina House, Sira y La Maison. Aparador de Xmasarquitectura, cestas de Ikea, espejo de India & Pacific. Lámparas de mimbre de Let's Pause.

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Un sofá en la esquina

Coloca el sofá en una esquina de la sala para maximizar el espacio y crear una sensación de amplitud. Los rincones son espacios desaprovechados que podemos transformar con ingenio. Colocar un sofá rinconera estratégica de la sala maximiza el espacio, crea sensación de amplitud y la llena de calidez. Esta configuración no solo ahorra espacio, sino que también crea un ambiente íntimo perfecto para momentos de relajación o lectura en pisos pequeños donde cada metro cuenta.

Salón con sofá blanco y elementos arquitectónicos: molduras, vigas.

Proyecto de Isabel Otero. Mesa de centro hecha a medida, por Ramisa Projects.

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Materiales auténticos

Calidad, atemporalidad y exclusividad son las características que deben de tener los materiales en el lujo silencioso. Gracias a esta base, los muebles y complementos son artesanales, bellos por sí mismos, únicos, duraderos, capaces de perdurar en el tiempo. Maderas con vetas, mármol, granito, pizarra, mimbre, yute, terciopelo, lino, cerámica o vidrio encabezan la lista. Un añadido más es su intensa conexión con la naturaleza en sus procesos productivos lo que hace que la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente estén muy presentes.

Porche con sofá, puff y hiedra rodeando la pérgola.

Porche con sofá de madera, de Fusteria Rocas, con colchonetas realizadas en Jaume Figueres. Mesa de centro y puff, en India & Pacific. Tumbonas, de Habitat. En la pérgola, una hiedra.

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Hiedra

La hiedra es conocida por su capacidad para cubrir superficies con un verdor exuberante y atractivo. Al crecer en cascada o en forma de enrejado, proporciona un aspecto mágico a tu pérgola. Sus hojas de tonos verdes oscuros se mantienen durante todo el año, todo un plus si eres de los que utiliza mucho el exterior en cualquier época. La hiedra es resistente y requiere poco mantenimiento, lo que la convierte en una opción perfecta para aquellos que buscan una opción bonita, pero sin complicaciones.

Salón con sofá rinconero de formas redondeadas.

Proyecto de Lucía Belio y Pablo Cascallana. Sofás y cortinas de Muebles A. Benítez.

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Pasión por la ergonomía

A la hora de seleccionar los muebles, el lujo silencioso elige aquellos que se adecúen a nuestras necesidades reales aunque estas varíen a lo largo del día. Por ejemplo, un sofá ha de ser cómodo y mullido para facilitarnos el descanso al final de una jornada de trabajo; pero también ha de ser elegante y capaz para recibir visitas. Un modelo ergonómico, de respaldo alto, que recoja bien las lumbares será tan importante como el diseño del sofá. 

Semitoma de salón con pared rosa, cojines rosas.

Semitoma de salón con pared rosa, cojines rosas.

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No al rosa pastel soso

Los tonos de rosa pastel han dejado paso a colores más atrevidos y ricos, como el terracota y el mostaza, que aportan más carácter y calidez al salón.

Salón conectado con el jardín exterior.

Sofá retapizado con tela de Kravat 2. Mesa de centro, de Taller de las Indias.

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Un toque de madera

Junto a los colores suaves —neutros o empolvados— hay un material estrella que transmite calma y calidez: la madera. En todas sus variedades es un must, si quieres una casa serena. No pueden faltar muebles de madera en tu slow home

Salón con sofá blanco y vigas de madera.

Sofá y butaca, en Descanshop. Mesa de centro, en Expo Mobles Inca.

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Elementos sencillos y funcionales

La decoración slow, sin prisa, se inspira en diseños artesanales, materiales reciclados y en la máxima del "menos es más": pocas piezas, las elementales, pero con estilo. Para el salón, unos sofás enfrentados y una mesa de centro son más que suficientes. Cel-Ras Arquitectura ha optado en este salón por asientos de lino blanco y una mesa baja handmade de gran personalidad.

Salón slow con sofás enfrentados-

Sofás, de Seawashed. Mesa de centro artesana.

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Disfruta de los sonidos con 'good vibes'

 A la slow deco le gusta el silencio, pero también esos sonidos agradables que nos relajan: el trinar de un pájaro, una música de fondo, el borboteo del agua de una fuente o del río, el ir y venir de las olas... Si no existen en tu casa urbana, trasládalos allí de alguna forma. Un disco de música zen que suene en bucle, una fuente de Feng Shui en el aparador... Detalles para poner la mente en modo 'pause'.

Textiles azules y verdes en sofá.

Cojines de terciopelo verde y de lino a rayas.

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Textiles amorosos y muy mediterráneos

Textiles gustosos al tacto y bonitos a la vista, en diseño y color. Los tonos mediterráneos —terrosos, azules y verdes— son protagonistas en la deco slow. Son colores que invitan al descanso y a la meditación. ¡Continúa decorando con ellos y triunfarás!

Asientos, se llevan los de cuerda y bouclé.

Sofás, en María de Bernardo Interiors. Butacas y mesa de centro, de Crisal.

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Conéctate con el exterior

Proyecta dentro de tu casa los espacios verdes del exterior. Con plantas XL en el suelo, macetas o pequeños arreglos florales sobre muebles. Las flores y las plantas de interior nos conectan con la naturaleza y producen un efecto relax.

Salón con sofás blancos y cojines en tonos tierra y rosados.

Sofás, de Maisons du Monde. Mesa de centro, de El Globo.

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Tonos neutros o empolvados

La slow deco prima los colores suaves, principalmente blancos y neutros. A ellos se les suman todo un abanico de empolvados: rosas, beiges, azules, verdes... Con sólo mirarlos te relajan, y si no fíjate en este salón ¿a qué dan ganas de quedarse en él?

Salón con chimenea y pared principal en gris verdoso, mesa central de madera y sillas en fibras naturales.

Sofá Färlow con funda Djuparp gris, todo de IKEA. Butacas de ratán, de Westwing. Mesa de centro y alfombra, en Sacum.

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La clave está en el equilibrio

La idea es sencilla, pero eficaz: si quieres añadir color a la pintura de tu salón, hacerlo solo en la pared principal y equilibrar con blanco o un color luminoso el resto, aportará armonía y espacio visual. En este caso, se trata de un color gris con un toque de verde, que le aporta frescura y un toque moderno. 

Salón con maxi alfombra de yute, mesa central de madera y sofás en blanco.

Salón decorado con sofás de Gervasoni, silla de Mercader de Venecia y mesa de centro, de India & Pacific. Alfombra, de Azul Tierra.

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Cojines celestes a juego con las vistas

Entrar a este salón es respirar una bocanada de aire estival: los tonos celestes se mezclan a la perfección con el mar al fondo, y todo parece reforzar ese tono desenfadado y veraniego tan característico de la estética mediterránea: desde la alfombra de yute hasta el suelo de microcemento continuo, que fusiona el interior con el exterior como si de un único espacio se tratara.

Salón con dos mesas centrales cuadradas, butacas gemelas y maxi alfombra de fibras naturales.

Salón con sofás de Ormoss, mesas de Maisons du Monde, butacas de Majestic retapizadas con tela ikat de Ribes y Casals.

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Un salón para ser disfrutado

Este salón está diseñado y decorado pensando en quienes lo vivirán: tiene espacio para descansar de sobra, y la idea de incorporar dos mesas centrales gemelas ayuda a que en los aperitivos no falte de nada. Su altura permite que la luz natural llegue a todos los rincones, aprovechando así el enorme ventanal que da paso al jardín.

Salón con sofá azul, maxi alfombra blanca y butacas acabadas en madera.

Salón decorado con sofá de lino de Gervasoni, mesa de centro de Sacum, butaca de Merc&Cia y alfombra de Cotlin.

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Cuando el azul deja de ser un color frío

Un salón clásico que exuda elegancia pero que no deja de lado la originalidad: el color azul, fuente de seguridad, serenidad y vínculo, es su protagonista. Si le sumamos unas flores magentas para contrastar o elementos de fibras naturales, más rústicos, para aportar calidez, el resultado es un salón armonioso, gentil y sofisticado.

salon elegante verano

Sofá de Tc Collection. Mesa de centro y velador de Taller de las Indias. Lámpara de sobremesa de Vical Home. Alfombra, de B&B.

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Un salón clásico pero con toques de modernidad

Un salón clásico con un toque atemporal que se presta a pequeñas modificaciones para un cambio de imagen. Paredes blancas, sofás y cortinas a juego para multiplicar la luz, y textiles en tonos terracota que aportan esa calidez y paz que buscamos al llegar a casa.

Salón con maxi alfombra magenta y cojines a juego, sofá blanco y butaca de mimbre.

Salón con sofá de Cado con cojines de Gancedo y Azul Tierra. Mesa de centro, de Merc&Cía, y butaca, de Sacum.

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Color que no absorbe, sino que complementa

No hay forma más efectiva de dar fuerza y carácter a una estancia que añadiendo un color potente como este magenta que tiñe alfombra y cojines. Si te resulta algo artificial, lo puedes combinar con elementos naturales como plantas o complementos de fibras y conseguirás el equilibrio perfecto: este salón es ejemplo de ello.

Sofá con cojines y alfombra.

Salón con sofá y alfombra, de IKEA. Puff, de Zara Home. Mesa de centro, de Habitat. Lámpara de pie, de Santa & Cole. Butaca, en La Maison.

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Dos sofás en línea

Esta idea también es para salones o salas de estar de grandes dimensiones. Tener dos sofás alineados entre sí ofrece un aire de formalidad al tiempo que sigue siendo acogedor. Agregar más sillas junto a esta disposición de los sofás fomentará la conversación y la interacción social, haciendo que tus reuniones con amigos y familiares sean más animadas. Completa el aspecto con mesas de centro a juego, ideales para bebidas o decoración.

Salón con chimenea y dos sofás chéster tapizados uno enfrente del otro.

Salón con sofás, de Azul-Tierra. Salón decorado por Cristina Carbonell.

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Dos sofás uno enfrente del otro

Colocar dos sofás enfrentados entre sí crea un espacio equilibrado y armonioso. Es una disposición que fomenta la interacción, convirtiendo tu sala de estar en un lugar perfecto para pasar tiempo en familia de calidad o charlar con amigos.

Dos sofás en perpendicular en el salón.

Salón con mesa de centro, en Mercantic. Mesa auxiliar de hierro, de Becara.

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Dos sofás en perpendicular

Seguimos con otra idea para sala de estar con espacio amplio. En esta ocasión, colocaremos los sofás de forma perpendicular, es decir, los colocaremos en ángulo recto entre sí para crear un rincón íntimo en tu salón. Esta acogedora disposición es perfecta para charlas tranquilas por la noche o lectura relajada. Decórala con una manta cómoda y tendrás el rincón acogedor perfecto.

Salón abuhardillado con sofá debajo de la ventana.

Sofá con tapicería, de Visual. Mesa de centro, de Orquídea. Espejo, de Foimpex. Alfombra de sisal, de KP. Puff y butaca, de Acevedo.

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Un sofá bajo la ventana

¿Tienes una ventana con un rincón soleado? Aprovecha ese espacio colocando el sofá justo debajo de la ventana. Esta posición no solo aprovecha la luz natural, creando un ambiente luminoso y alegre, sino que también permite aprovechar al máximo cada centímetro cuadrado de tu piso pequeño.

Salón con sofá verde y pared decorada con un friso.

Sofá, de Miki Beumala. Butaca, de Honoré, en Carlina Blue. Mesas de centro y lámparas, de Little House. Cuadro, de Sacum.

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Una luz fría nunca gusta

"No vale la pena tener una luz blanca, con lo cual solo compraría bombillas de 2700 K, que emiten una luz más cálida y suave, ideal para un espacio acogedor como el salón", dice Marta.

Salón con asientos alrededor de mesa de centro blanca.

Sofá, de La Sofateria. Butacas, en Grass. Puff, de IKEA. Mesa de centro, en Merc & Cia. Espejo, en Coton et Bois. Estor, de Entretelas. Alfombra, de BSB. Plantas, de Mayflower.

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Una alfombra que no tenga el tamaño adecuado

"No merece la pena que sea ni demasiado grande, ni demasiado pequeña. Es crucial que el tamaño de la alfombra se ajuste al espacio del sofá. Por eso, es importante calcular cuidadosamente sus medidas. Debe ser lo suficientemente grande como para que, al menos, las patas delanteras de todos los muebles que la rodean, descansen sobre ella. Esto ayudará a unificar el espacio y crear una sensación de unidad", comenta Marta Tobella.

Salón con dos sofás de piel enfrentados.

Sofás de Timothy Oulton, en Londres.

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Un sofá de piel no siempre merece la pena

"Solo si es un sofá chester o un modelo antiguo con la tapicería envejecida. Los nuevos suelen ser incómodos en verano y en invierno. Es más confortable el tacto de un tejido", confiesa la interiorista.

Salón con sofás blancos enfrentados y televisor en banco de madera.

Sofás a medida de Deco Lur Sofá. Mesa de centro de Taller de las Indias. Butaca de &Tradition. Banco de Export Junk.

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No merece la pena tener un mueble bajo para la tele

"Mucho mejor que la tele esté colgada en la pared, integrada en una librería o que tenga su propio pie, un pie ligero y bonito. Y de estar en un mueble que sea en todo caso un banco largo", apunta la decoradora.

Salón con total white look.

Salón con sofá, de Ikea. Mesas redondas, de Maisons du Monde. Taburete de bambú y mesa auxiliar de madera, en Deco & Living. Alfombra, en Kenay.

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No a un look 'total white'

Si bien el blanco siempre será una opción atemporal, su uso exclusivo en todas las paredes puede resultar monótono y aburrido. Se recomienda combinarlo con otros colores para agregar profundidad y personalidad a la decoración de un salón moderno.

Salón con paredes verdes, accesorios de fibras y muebles de madera natural.

Sofás, de Miki Beumala. Mesas de centro, butacas y alfombra, de Coco-Mat. Puf blanco, en Calma House y lámparas, de Serge Mulle.

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Sí al verde salvia para tener la naturaleza en casa

El verde salvia es un color que evoca la calma de la naturaleza y se ha convertido en una de las opciones más populares para pintar el salón. Este tono suave y reconfortante transmite una sensación de equilibrio y armonía. Complementa el ambiente con muebles de madera clara y plantas para crear una atmósfera acogedora y conectada con la naturaleza.

Salón con sofá azul, cortinas vaporosas y paredes beige con arrimadero.

Sofá, de Miki Beumala. Butaca Croissete, de Honoré, en Carlina Blue. Mesas de centro y lámparas, de Little House. Mesa auxiliar, de Ethnicraft, en La Maison. Cuadro, en Sacum.

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No al beige aburrido

El beige, una vez considerado un color seguro y clásico, ha perdido protagonismo en los salones modernos. En su lugar, las personas buscan colores más audaces y emocionantes para dar vida a sus espacios.

Adhesivos con velcro.

Salón con sofá beige, cojines y composición de cuadros en la pared.

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Adhesivos con velcro

Los colgadores adhesivos con velcro son una solución ingeniosa para colgar cuadros de forma segura y removible. Simplemente, adhiere una tira de velcro al cuadro y otra en la pared. La combinación de velcro proporcionará una sujeción fuerte y estable, permitiéndote retirar los cuadros cuando lo desees sin dejar rastros de adhesivo en la pared.

Colgadores para cuadros

Salón con sofá gris, cojines de colores, vigas de madera en el techo y cuadros sobre el sofá.

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Colgadores para cuadros

Los colgadores para cuadros están diseñados específicamente para sostener marcos de cuadros y distribuir el peso de manera uniforme. Vienen en varios tipos, como colgadores con dientes de sierra, colgadores en forma de D y colgadores con alambre. Selecciona el colgador adecuado según tu tipo de marco y pared para una exhibición segura.

Salón con dos sofás enfrentados y mesas de madera,

Sofás, de Pedro Ros. Mesas y cojines, de Batavia. Alfombra, de Tailak.

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Muebles o elementos poco funcionales

"Asegúrate de que los muebles que elijas sean funcionales y se ajusten a tus necesidades. Evita gastar dinero en piezas que solo lucen bien pero no cumplen con su propósito práctico en tu casa", aconseja nuestra estilista.

Salón con sofá oscuro, butaca blanca y espejo pequeño, redondo y dorado

Sofá Chéster azul modelo Chelsea, butacas tapizadas Manila, mesa de centro modelo Marlon, alfombra Ingoda, mesa auxiliar Holly y lámpara de sobremesa Yan. Todo, de El Corte Inglés.

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Un sofá con una tapicería en un color vivo

"El sofá es la pieza más voluminosa del salón. Si tiene una tapicería estampada o de un color vivo condicionará el resto de la decoración. Por eso yo prefiero los colores neutros o tonos suaves, más versátiles y fáciles de combinar", dice Sol.  

Casa con pared de piedra, librería y sofá chester de cuero.

Salón con sofás blancos y alfombra, de Freer Living. Sofá chester de cuero, de Flamant. Mesa de centro, de Rialto Living.

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Es de estilo rústico y enamora (y se ve la cocina)

En la sala de estar, esas vigas de madera, los sofás blancos con fundas de lino, la madera de la mesa de centro y el muro de piedra, que era donde acababa la granja, marcan la personalidad. Una elegante y natural personalidad. La librería es de madera maciza lacada y se apoya en una estructura de hierro que sostiene ese muro de piedra, frontera de la ampliación. 

Salon rústico pequeño con chimenea, aparador y sofás grises.

Salón con sofá gris, de La Redoute. Mesas redondas, de Tiendas Pardo. Alfombra, de IKEA.

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Cuidando cada detalle

En el salón interior hay dos zonas de estar contiguas y un juego de sofás: uno pensado para hacer vida social y el otro para leer. En cuanto a la escalera, la interiorista tenía claro que "no debía obstaculizar las vistas. Por eso la diseñamos blanca y muy ligera". 

Salón con sofá verde decorado con cojines a rayas y botánicos de color verde.

Cojines a rayas, liso y con cuadritos de La Maison, con hojas de H&M, y con estampado étnico de Cado.

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Selva de cojines

Todos son distintos, pero todos son verdes. Con rayas, a cuadros, con grandes hojas o con hojas pequeñas... Se lleva el efecto botánica. Aun así, faltaban el tronco y las ramas, que aquí son la mesa de centro, la butaca de ratán y las cestas y el taburete de fibra. Con ellos, este salón es casi una terraza.

Salón decorado con sofá verde y elementos de fibras.

Salón decorado con sofá de IKEA y funda de Sofatherapy, mesa de centro de Merc&Cia y auxiliar de Catalina House. Butaca de ratán y cesta de Sacum, y lámpara de Ay Illuminate.

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3. Verde como el bosque

Este salón, con sus hojas, su madera, su fibra... ¡Lo tiene todo para transportarte al campo en un abrir y cerrar de ojos! Las texturas naturales son la clave, y el color verde es el protagonista absoluto de la estancia: el sofá (y los cojines) crean un foco de atención del que cuesta apartar la vista. Pero no solo es verde el sofá: hay toques en el plaid, los jarrones y las plantas. Además, en la mesa de centro, dos arreglos mini también verdes, sin flor, completan el look selvático.

Taburetes de Sacum, mesa auxiliar redonda de Catalina House y espejo de Merc&Cia.

Taburetes de Sacum, mesa auxiliar redonda de Catalina House y espejo de Merc&Cia.

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Mar y montaña

¡Nos encanta el toque rústico que ponen los taburetes de tronco en esta estancia con molduras clásicas! Y la butaca de tela de saco, los boles y la jarra de cerámica artesanal, la lámpara de pie de metal envejecido... ¡Todos los detalles suman! Y, ante una oleada de azules, nada como un toque de fucsia en las flores para crear contraste. Las flores son anémonas y francesillas, de aspecto muy silvestre.

Salón con sofá azul decorado con sofás azules de distintos tamaños y estampados.

Cojín de rayas de Cado, de flores de Mar de Cava, con rombos de Sacum y estampado en azul más claro también de Sacum.

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Olas en el sofá

Estos cojines parecen olas sobre el sofá azul intenso. El efecto se consigue mezclando cojines de varios tamaños, formas y estampados (pero todos azules). Si quieres, haz como nosotros y prueba a cambiar de sitio tu sofá, igual te sorprendes.

Salón decorado con sofá azul, butacas y mesa de centro ligera.

Salón decorado con sofá de lino de Gervasoni, mesa de centro de Sacum, butaca de Merc&Cia y alfombra de Cotlin.

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2. Azul como el mar

El azul infunde confianza, calma y conexión. Sin embargo, al tratarse de un color tan intenso y profundo, es importante matizarlo con distintas tonalidades o colores más claros como el beige o el blanco. En este precioso salón, además, añadimos elementos de madera más rústicos que aporten calidez: olvídate de pensar en el azul como un color frío, ¡solamente hay que saber combinarlo!

Salón con sofá decorado con cojines amarillos.

Cojín con estrellas de La Maison, geométrico de H&M y floreado también de La Maison.

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El dúo de la luz

Si el amarillo es el sol, el blanco es la luz en estado puro. Y en este salón los dos tonos se compenetran en un baile al que solo están invitados ellos dos: sofás blancos con cojines amarillos (¿quién dijo que trae mala suerte?) y mesas amarillas sobre alfombra clara.

Salón decorado con sofá beige, cojines amarillos, tierra y. mostazas y lámpara de araña.

Salón decorado con sofá de Cado, mesas de centro doradas de Mercantic, alfombra de Designers Guild y espejo de Merc&Cia.

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1. Amarillo como el sol

La elección del color amarillo como protagonista de tu salón es la elección de una casa más luminosa y viva, sin importar la época del año. ¡Eso sí! Es importante combinarlo con sutileza y contrarrestarlo con elementos más neutros para que genere el efecto deseado: sigue leyendo y te aconsejamos cómo hacerlo.

Recibidor con paredes de piedra.

Recibidor con sofá y puff, de Lovely Home. Alfombra, de Dareels.

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La casa da una bienvenida espectacular

"El recibidor es una combinación única de estilos que fusiona lo moderno y lo tradicional. Las paredes de piedra aportan un toque rústico y auténtico, mientras que el sofá gris de líneas sencillas agrega un aspecto minimalista y contemporáneo", afirma la arquitecta. "Los materiales naturales y la simplicidad del diseño se complementan, resaltando la belleza de la piedra y la elegancia del sofá. El resultado es un espacio que invita a la calma y a la relajación, un punto de entrada estiloso y con una personalidad única", añade.

Palmera en salón de verano con sofá en forma de L.

Salón con sofá, de Masabo. Puffs, de Maisons du Monde. Alfombra, de Alfombras Hamid.

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Una palmera para crear tu propio oasis urbano

¿Quieres que tu salón te haga sentir como si estuvieras en la playa? Las plantas exóticas como la Kentia son ideales para lograrlo. De porte elegante y hojas majestuosas vestirán cualquier rincón a la vez que ganas en verticalidad. ¿Lo mejor? Son muy agradecidas y fáciles de cuidar, pero si aun así temes que se mueran, apuesta por unas artificiales. ¡Las hay realmente espectaculares!

Salón con mesa de centro de madera.

Sofá de Maisons du Monde, mesa de Mister Wils, alfombra de Rug Vista, pared acristalada diseño de NI2 y suelo de Vintage Line.

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Materiales que también refuerza la conexión con la naturaleza

En mayor o menos cantidad en función del estilo decorativo que quieras lograr, pero decorar con materiales nobles como la madera o la piedra suman armonía. Son naturales y tienes la posibilidad de jugar con ellos en acabados más actuales y pulidos, o más rugosos y rústicos.

Salón con muebles de obra, techo de madera y diferentes textiles.

Cojines de rayas rojas de Taller de las Indias, sofá de Kappa, jarrones de Zara Home, cuadros de Lu Ink Studio, alfombra de pelo de Nanimarquina, alfombra de pasillo adquirida en Marruecos.

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Armonía también es la sensación acústica del espacio

Que se sienta abrigado y confortable en cuanto a los sonidos. Que se oiga bien una canción, una conversación, sin ruidos del exterior. Ese confort acústico suma y se logra con un buen aislamiento, con paredes que no están completamente desnudas y lisas en las que rebota el sonido y con la incorporación de textiles.

Comedor con mueble a medida de gran capacidad.

Sofá de Atemporal en Sacum, cesto de Tine K Home, cortinas y estores con lino de Yute’s, lámpara de techo en Sacum y mueble realizado a medida por Sacum.

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Una decoración actualizada

Las casas hay que mantenerlas en buen estado porque con el paso del tiempo se deterioran. Hay que cuidarlas. Y también actualizarlas a las tendencias, que se sienta que la casa evoluciona con sus habitantes, que se adapta a ellos y no que permanece estática o anclada en el pasado. Esa evolución resulta armónica.

Salón luminoso con un gran ventanal.

Sofá y puffs de Maisons du Monde, mesa de Dareels, alfombra de BSB y cortinas de Karan BCN.

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Grandes dosis de luminosidad

Si bien es cierto que eso o lo tiene o no lo tiene la casa, la luminosidad de un espacio crea armonía. Sentirlo luminoso es perfecto para que nos atraiga y envuelva. Así que potencia esa luz. Y si sientes que le falta… ¡Tienes que poner en práctica trucos para llenar de luminosidad una habitación oscura!

Salón con librería a medida de color verde.

Sofá de Bolia, librería diseño de Sandra Vergara Studio, mesa de &Tradition, cojines de Filocolore, alfombra de Papiol y plantas de Goya Floristas.

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Los aparatos electrónicos resultan agresivos

Por lo general, un televisor es un gran rectángulo negro en el salón. Así que es una buena idea ocultarlo en un mueble que no deje verlo cuando no se usa. Tras unas puertas correderas o escamoteables, por ejemplo. También hay modelos de televisores que quedan totalmente pegados a la pared y en los que se pueden proyectar obras de arte, para que de esta forma no resulten tan agresivos.

Salón con espejo dorado.

Mesa de centro y lámpara de sobremesa dorada, de Guáimaro.

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Utiliza complementos dorados

¿Quieres darle una apariencia más cara a tu salón? Las interioristas Mausha Marsá y Tanana Montero Santos nos dan sus trucos: elige blanco en los revestimientos; y como guinda, opta por complementos dorados en espejos, lámparas y portavelas. ¿No me digas que no queda elegante y el salón ha subido de nivel?

Salón con cojines de cuadros rojos en sofá.

Sofás y mesa de centro, en Cado Interiors. Cuadro de Inés Arnedo.

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Combina el blanco cálido con colores atrevidos

En las estancias decoradas en blanco cálido, no debes evitar colores más atrevidos. Si quieres mantener la sensación de ligereza en el espacio, elige un solo color más intenso. En este salón, la interiorista Jeanette Trensig ha optado por el verde oliva, un color frío que aporta un ambiente fresco al comedor, mientras que los tonos naranjas y rojos logran una atmósfera más cálida y acogedora en el salón.