¿Cuáles son los elementos clave a tener en cuenta para decidir bien? ¿Cuál resultará más cómodo incluso con el paso de los años? El sofá no solo es la pieza estrella del salón por su volumen, sino porque es uno de los muebles a los que más uso damos.

¿Que queremos una sesión de cine en casa? Pues es nuestra butaca reservada. ¿Vienen amigos? Siempre acaba siendo testigo silencioso y cómplice de los momentos compartidos. Para leer, para descansar, para toda la familia... Nos hemos propuesto que aciertes de pleno en la elección de tu sofá. ¡Damos solución a todas tus dudas! Una guía infalible para renovarlo y triunfar.

Cómo elegir el sofá para que dure

Cuando vayas a comprar un sofá, llévate contigo tres datos básicos: las medidas del salón, su distribución y, aunque pueda parecer obvio decirlo, cuántas personas lo utilizarán a diario. Si vas a una tienda física, prueba diferentes modelos. "Es importante probar distintas maneras de sentarte, aparte de elegir asientos fijos o extraíbles, motorizados, etc", cuenta Carlos Micolau, especialista de Sofás bcn.

En cambio, si decides comprar un sofá online, fíjate bien en las medidas, verifica al vendedor y comprueba si el sofá tiene opiniones de otros compradores, te ayudarán (¡y mucho!) a decidir. Y, si quieres más información, no dudes en ponerte en contacto con la tienda. Seguro que te ayudan en todo lo que necesites.

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Claves para saber si un sofá es cómodo

  • Las caderas: al sentarse, las caderas nunca deben quedar más hundidas que las rodillas para que no te cueste incorporarte.
  • Con los pies en el suelo: al apoyar la espalda contra el respaldo del sofá debes poder apoyar también los pies en el suelo.
  • Zona lumbar: con la espalda apoyada en el respaldo, los riñones deben quedarte protegidos evitando que el cuerpo se deslice hacia abajo.
  • Atención a las rodillas: al sentarte, el borde del asiento no debe presionarte la parte posterior de la rodilla.
  • No olvides el reposabrazos: y debes poder apoyar el brazo en el reposabrazos, que tendrá que estar a la altura del codo, no más bajo.

La importancia de una buena estructura

El sofá tiene una misión complicada: adaptarse a toda la familia y a todos los usos que le deis –ver la tele, leer, charlar...–. "Los sofás de calidad están pensados para durar muchos años", dice Micolau. ¿Pero cómo saber si el que elegimos es "de calidad"? Estos son los tres requisitos que deben cumplir:

  • Una estructura de madera maciza o metálica –de acero o aluminio–.
  • Contar con un sistema de cinchas o de muelles en zig-zag que aguante los cojines. Sea uno u otro sistema, lo ideal es contar con un mínimo de cinco tiras paralelas al chasis por cinco perpendiculares por cada asiento.
  • Que las patas formen parte de la estructura del sofá. Porque las que están atornilladas son más inseguras y, al mover el sofá para limpiar, suelen acabar aflojándose.

Para comprobar su resistencia, aplica el truco del arquitecto de interiores Javier Carrasco: "Para comprobar si un sofá aguantará el trote diario es levantar una de sus patas delanteras a 15 cm del suelo. Si la otra se levanta a la misma altura (no queda más baja) es que el armazón es resistente".

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Cómo es el relleno y el tejido de un buen sofá

Para que un sofá sea cómodo no debe ser ni blando ni duro. Según Micolau, "para ello, los rellenos deben ser de calidad. Hoy, por ejemplo, se utilizan espumas de alta resistencia que se deforman poco". Aun así, como norma general el respaldo debe ser más blando que el asiento. La espuma viscoelástica, los muelles o la espuma de poliuretano HR, que tiene una gran resistencia y durabilidad y se deforma poco, son las opciones habituales. Los respaldos deben ser de pluma, de fibra hueca siliconada de alta recuperación o de espuma HR. Se aconseja ir cambiar los rellenos de espuma cada 5-6 años para recuperar la densidad y no perder confort.

Otro factor que determina la resistencia del sofá es que sea transpirable. Y para eso, es básico el tapizado. Cuanto más transpirable sea mayor confort dará. También el relleno será clave para que transpire. ¿Cuál es el mejor? Para los asientos, la pluma de oca o pato por su comodidad –aunque su precio es alto–. La combinación del sofá con los cojines también es importante: elígelos cómodos, mejor de plumas y que se adapten bien a tu espalda.

Las mejores tapicerías para el sofá

Tapicería de algodón para el sofá

  • Muy elástica, es una tapicería resistente y no se deforma con facilidad.
  • Es fresca, lo que la hace ideal para dar un look natural a tu sofá y con ello, a tu salón.
  • En mil colores y estampados, es una tapicería muy adaptable a todo tipo de decoración.

Tapicería de chenilla para el sofá

  • Muy suave al tener una mezcla de tejidos que le dan un acabado aterciopelado.
  • Con mezcla de fibras sintéticas y naturales es más resistente y se arruga menos.
  • Es cambiante por su efecto tornasolado, que hace que modifique su color según la luz que recibe.
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Tapicería de piel para el sofá

  • Resiste bien el paso del tiempo. E incluso desgastada tiene un plus decorativo.
  • Adaptable a todo tipo de ambientes, desde los más modernos a los más clásicos.
  • Fácil de limpiar con un paño humedecido en agua y con crema especial cada 4 o 6 meses.

Tapicería técnica para el sofá

  • Se caracteriza por su resistencia a las manchas.
  • Con tratamiento "Aqua Clean", que permite eliminar cualquier mancha solo con agua.
  • Con variedad tanto de texturas como de colores, esta tapicería se adapta a cualquier estilo.
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Un sofá blanco 
es una buena elección

Su claridad hace que ocupe menos visualmente y además combina con cualquier color o gama cromática. Además, un sofá blanco ayuda a sumar metros y luz. El blanco es luminoso y si recibe la luz del sol, la refleja más todavía. A la vez, es un tono que reduce el peso visual del sofá, y aunque sea un modelo grande, parecerá que ocupa menos espacio. Los sofás blancos ¡lo tienen todo!

Otra de sus virtudes es que permite redecorar por muy poco, ya que es una base neutra capaz de adaptarse a cualquier estilo o estación solo con los detalles. Cambia los colores y los tejidos de los cojines, y tanto el sofá como el salón parecerán otros. Hay que destacar también que favorece la sensación de orden. El color blanco es relajante a la vista y crea espacios de calma, un efecto que potencia la sensación de armonía y orden en el salón.

Y, por último, señalar que un sofá blanco es más limpio de lo que parece. Lo mejor es elegirlo desenfundable y con una tapicería muy resistente, como algodón o chenilla. Así, ante cualquier mancha, bastará con lavar la funda y quedará como nuevo. Y un truco: un tapizado con textura –chenillas o terciopelos– disimulará más las manchas.

Fundas, estilo y protección

Si tienes niños, una funda de sofá te permitirá proteger su tapicería y será más fácil limpiarlo a menudo. Además, cambian la imagen del salón en un santiamén. Con una funda de color, puedes renovar el look del salón. Puedes tener una distinta para cada época del año.

Las hay que se adaptan perfectamente a cualquier estructura, incluso a chaise longues y a sofás con sistemas mecanizados.

Sofás con un plus que aprovechan el salón

Hay sofás con espacio bajo el asiento de la chaise longue, ideales para guardar mantas o cojines. Y otros con estantes en los laterales de los brazos (como el de la imagen inferior), perfectos para guardar objetos pequeños como libros y mandos. Incluso puedes encontrarlos con asientos deslizantes, sincronizados con los respaldos y que se convierten en tumbonas en menos de un minuto. También los hay con altavoces integrados que se pueden conectar al móvil o a la tele.

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También los sofás cama han mejorado sus mecanismos y ahora son mucho más cómodos y fáciles de usar. Y otros sofás incorporan accesorios como bandejas o mesillas perfectos para cuando no cabe una mesa de centro.

 

 

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