Alacenas

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Cocina de casa de campo con office central.

 Mobiliario realizado a medida por Soldevilla.

El Mueble

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Inspiración campestre

Aunque el mobiliario es de nueva creación, todo en esta cocina respira un sabor tradicional, desde el pavimento de barro hasta la campana de obra, la alacena o las sillas del office.

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Entre la barra y la alacena, el office

 Mesa de estilo provenzal antigua, similar a la Hortense de Roche Bobois. Sillas de Becara y lámpara de techo, en Tosca. Alacena, similar de Deulonder Arquitectura Domèstica. 

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16. Si lo tienes, úsalo

¿Esa vajilla maravillosa que te regalaron cuando estrenaste el piso y que tienes acumulando polvo y comiéndose espacio en el armario? No lo dudes: las cosas están para usarlas y disfrutarlas. Alacena, en Sofía Martín Decoración.

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Otro saloncito, para momentos de intimidad

 Los sofás son de Abdón y Lucas. La vitrina es de herencia y la mesa está en Triggo. Cojines y lámpara, en Vilmupa. 

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Mimo por los detalles

Todos los detalles se han cuidado a la hora de decorar este comedor: el zócalo con molduras, a juego con la alacena, viste y protege las paredes; la gran mesa de madera de patas torneadas; las sillas tapizadas y con el respaldo en aspa y las dos de los extremos que le dan un toque informal. Mesa y sillas, en Mis en Demeure.  

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Trilogía cromática

Blanco, crema y miel. Estos son los tres tonos que se imponen en este comedor, siendo la madera de roble de la mesa y el pavimento la nota más cálida con su tonalidad miel. Mesa y alacena, de Brocante Rocamora y sillas, de Ikea.

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Vestir el espacio

De techos altísimos y metros generosos, este comedor se ha equipado con una gran mesa rectangular de madera proporcional al espacio. La alacena empotrada, con la carpintería en verde pálido, destaca sobre una base crema. Mesa realizada por Antic Daviu Quera y sillas, en Azul-Tierra. 

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Un comedor clásico con el punto moderno de la pared gris

La arquitectura clásica de este comedor se ha vestido con piezas contemporáneas, creando un atractivo contraste. Sillas, de Sit Down y aparador diseñado por la decoradora Olga Gil-Vernet. 

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Una joya de luz

Este comedor, rodeado de ventanales desde el techo hasta las paredes, disfruta de una luz casi mágica. Para vestir los metros se ha optado por muebles de grandes dimensiones, como la mesa y la alacena, que son de Oka. 

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Paisaje que decora

El porche y las vistas al jardín se convierten en un protagonista de la decoración de este amplio comedor. Mesa, de El Corte Inglés. Sillas, de Mis en Demeure y alacena, de Flamant, a la venta en Casa y Campo.

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Sabor provenzal

Este comedor es tan completo como ligero, gracias a la elección de un mobiliario de madera decapada que aligera su peso visual. La mesa ovalada y extensible es el modelo Provence, de Taller de las Indias. Las sillas son de Oficios de Ayer. 

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Decorado con piezas escogidas

La lámpara tipo chandelier, las sillas tapizadas con estructura de madera envejecida y la alacena recuperada visten con personalidad este comedor. La guinda del pastel es el suave verde de las paredes, que pertenece a la carta, de Farrow & Ball. 

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Actualizar un clásico

Que la arquitectura de este comedor sea clásica no implica que su decoración deba serlo. Las dos grandes lámparas gemelas con pantalla de tela negra dan un look actual que refuerza la mesa, un diseño de estética industrial. Mesa y sillas, en Azul-Tierra y lámparas, de Santa & Cole. 

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Melodía natural

Las paredes se han convertido en este comedor en parte activa de la decoración, con un mural con motivos naturales realizado por Ana Fernández Villaverde. 

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Elegancia campestre

Las lámparas tipo chandelier, compradas en un anticuario de Francia, dan un toque clásico-chic a este comedor con sabor campestre. 

Salón pequeño con sofá blanco

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Nuevo look en un plis plas

Otra de las ventajas de tener un sofá blanco es que puedes cambiar su look en un abrir y cerrar de ojos gracias a sus complementos imprescindibles: los cojines y los plaids. Con solo renovar estos textiles, el cambio será radical. 

Sofá de Ikea.

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Juntos pero no revueltos

 Y es que el pavimento de mosaico delimita la cocina del comedor, que a su vez queda separado del salón gracias a la mesa, que hace de barrera visual. La alfombra, por su parte, delimita el salón. 

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13. ¿Quién dice imposible?

Esta cocina, con muebles de MJ Figueroa, se ha aprovechado al cm, llevando el mobiliario hasta el techo. Para no recargar el espacio, los armarios superiores se han acristalado

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El apartamento de Beatriz Silveira.

¿Y si metemos lavadora y secadora en el salón? Con papeles pintados y muebles a juego, todo es posible. Beatriz Silveira resolvía así un espacio moderno, que integra las necesidades del hogar, en el espacio Samsung Home. Atención al juego de texturas y a la mezcla de estilos.

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Zona de estudio

 El salón comunica también con un escritorio de principalmente madera, con vistas al jardín. Escritorio y vitrina, similares en Sleeping Company; cesto en la misma tienda. La silla es similar de Grange y lámpara, en Beni Decoración. Cortinas de Ikea.

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Una cocina para quedarse a vivir

La cocina de JLo lo tiene todo: barra, office, isla, vajillero... ¡Qué bonita! Es de corte clásico, los muebles son casi campestres, aunque la lámpara y los tapizados de las sillas ponen el toque de glamour.

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Un toque nórdico

Después de pensarlo un buen rato, creo que a JLo le va la decoración. Ojo a las pilas de los fregaderos. A las tarteras retro tan cuquis. Al mueble-vajillero. ¡Al color de la cocina! Muy de revista, sí señor.

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¡Cómo luce la alacena!

Así sí da gusto tener la alacena en el salón llena de libros y objetos decorativos. ¿Y en los cajones? Lo más delicado, para que no se ensucie, y lo feo que no quieres que esté a la vista.  

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Manteniendo la tradición

Y lo más evidente: tradición en los muros de piedra, que se conservaron tal cual, se limpiaron y se retocaron allí donde hacía falta, unos muros que transmiten confianza eterna y aseguran protección ante cualquier exceso climatológico. Los tejados y suelos de la casa estaban muy deteriorados, pero la propietaria puso paciencia y empeño en que la casa volviera a relucir. Todo está pensado y reformado con muchísimo mimo y cuidado, y el resultado ha sido magnífico. 

Mesa, alacena, consola y lámpara, de Becara. Sillas, de Hanbel. Lámparas de techo, de Jardin D'Ulyse, en el Estudio de Mónica Garrido. 

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Vajilla y cristalería, juntas.

No basta con reservarlas un sitio en la cocina, hay que guardarlas para optimizar el espacio. Organiza los platos por tamaños, apila los vasos (pero no más de tres) y apoya las copas por la base, ocupan menos.

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Quién te ha visto.

¡Y quién te ve! La alacena Hemnes de Ikea parece otra después de su transformación. ¿El secreto del éxito? Es más sencillo de lo que parece: una mano de pintura y papel pintado en la trasera y ¡et voilà!

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Una capa nada más

Es más que suficiente para que la madera desaparezca bajo una pátina blanca o gris (como aquí). Si quieres darle un toque distinto, pinta solo el exterior del mueble y deja las baldas y la trasera originales. ¡Queda genial!

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Que mueble más profundo

Al combinar distintos acabados en los frentes y la trasera de la alacena consigues que esta gane sensación de profundidad. La mezcla del gris claro y el estampado floral es luminosa y elegante. 

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Y el broche final

Unos tiradores de aire vintage (de Zara Home) ponen el toque final a la alacena. Lo ideal es que encajen con los agujeros que ya tienes hechos y así te ahorras de taladrar. 

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Con el sobre de cristal.

Redonda y con la estructura metálica, es ligera y da el contrapunto actual a un comedor de estilo clásico. Es un diseño de la decoradora Isabel Arrieta.

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Una cocina 'muy Federica'

El estilo 'tan Federica' es lo que veremos en esta casa: una mezcla de papeles pintados, vajilleros, cortinas o cabeceros con historia... “Hay que buscar cosas bonitas. El secreto es dar con un conjunto de cosas que sean bonitas entre sí, y a veces cogerlas incluso antes de saber dónde van”, nos explica.

Todos los objetos, y otros que encuentra Federica, están a la venta en su web, www.federicaandco.com. Las cortinas son telas de lino de Jim Thomson.

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La clave: buscar piezas únicas y mezclar

Federica es hija de madre y padre italianos que acabaron en Madrid, pero ella ha vivido en todo el mundo. Esta mezcla familiar la inspira para comprar en mercadillos buscando un estilo muy de la campiña francesa. Todo lo escoge ella personalmente: los linos, los cojines, la vajilla y los muebles vintage… 

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Un comedor afrancesado

Una de las claves de Federica es buscar muebles antiguos y mantener sus pátinas originales. No los pinta, sino que los mantiene originales. El mueble esquinero sueco es del S.XIX, y lo ha mezclado con una mesa provenzal y manteles de lino.

Office con mesa vestida con mantel de lino y lámpara de mimbre.

Mantel, de Filocolore. Jarrones, vajilla y bajoplatos de fibra, de Sacum. Sillas, de India&Pacific.

El Mueble / Pepa Oromí

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Un office y comedor ultracómodo

"Ellos son muy de pasar tiempo en familia y los niños son pequeños, así que decidimos que la clave era el office como zona central de la cocina", nos explican desde Gud Cocinas, autores de la reforma de la cocina. 

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Aires de campo

La lámpara y el mueble son de Coté Decó. Las sillas son de Maisons du Monde. Copas y vasos son de Zara Home. El mantel es de Filocolore.

 

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Deja a la vista las cosas bonitas

 Lo que te hace feliz ¡no tiene por qué estar oculto! Marta puso en el comedor una alacena de aire provenzal. “Quise que sirviera como vajillero, con las piezas que más me gustan a la vista”.

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Office

La mesa es de almoneda. Las sillas, adquiridas en un anticuario de la zona, con asiento de enea original.

Comedor pequeño con mesa redonda y alacena

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Un pequeño comedor con mucho encanto

Una mesa provenzal, sillas de diseño contemporáneo y una bonita vitrina de madera. Basta muy poco para tener un pequeño comedor de lo más estiloso. No te pierdas el resto de soluciones de este piso

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El comedor da al patio

La casa mide 110 metros, repartidos en dos plantas. Respetaron la estructura y las paredes con sus materiales originales. En el comedor, mesa de pino es de un anticuario holandés. Mantel de Zara Home.

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Dar en el blanco

. Esta alacena ha acertado al apostar por el blanco sobre blanco. Las soperas y jarrones lucen y comparten espacio con la luz. Si no tienes espacio para una alacena, unas baldas de 60 x 30 cm son suficientes para exponer lo más bonito. ¿Sabías que el blanco es la suma de todos los colores?

Comedor con sillas de fibras y rojas y alacena

Comedor con sillas de fibras y rojas y alacena.

El Mueble

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La casa del escritor que amaba la primavera

En el que fue el hogar de Tom Sharpe no falta el color todo el año. Está en los detalles frescos de madera y lino, en esas delicadas telas antiguas florales, en los muebles de mimbre, y en los toques de papel pintado. ¡No te pierdas la casa al detalle!

Office con vitrina empotrada.

Bandeja rectangular de madera, de Sacum. Cesta de metal para cubiertos, de Catalina House. Plantas y macetas, de Jardiland.

El Mueble / Pepa Oromí

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En la mesa

En el office llama la atención la vitrina empotrada, también renovada con pintura a la tiza. Mientras, el comedor clásico combina el color de la madera con el de las vigas, ofreciendo un look equilibrado y muy cálido. 

¡Pasemos!

Cojines vintage sobre las sillas de madera, de El Meu Coixi.

El Mueble / Pepa Oromí

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¡Pasemos!

Puesto que la casa ya estaba reformada, se mantuvieron las vigas de madera y los suelos de barro. Pero sí que se dio un nuevo look a las puertas con pintura chalk paint.

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En la cocina

El mantel es de Fronda. El jarrón es de Acevedo. La vajilla, la ensaladera y los cuencos son de Fronda. La cocina es de Innova.

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Comedor.

 Salón, comedor y cocina comparten un espacio único. El comedor se caracteriza por la alacena que lo preside.

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Los cambios en la cocina.

Antes, las encimeras eran azul eléctrico. Se cambiaron por placas de mármol macael.

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Rodeada de vegetación.

Mires por donde la mires, la casa traspúa naturalidad, bien envuelta del agua de la piscina, o bien del verde que bordea la cocina y el estar.

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Pabellón del comedor.

 La mesa es de herencia familiar. Al fondo, alacena, en La Pequeña Inglaterra. Sobre ella, lámpara de sobremesa, en Cachemir.

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Un office para compartir

"Pusimos esta mesa para cocinar y también para nietos y para meriendas, cuando vienen hambrientos de la playa", cuenta Amalia. El banco delante de la ventana es obra de Hermanos Vega Díaz. Sobre la mesa de roble, vemos vajilla de Becara.

Sofá arrimado a la pared del salón.

Un salón bien aprovechado con sofá en la pared.

El Mueble

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Cada centímetros cuenta

A pesar de sus pocos metros, en este salón que integra la cocina se ha optimizado cada centímetro. El sofá, la pieza más voluminosa, se ha arrimado a la pared y al elegirse en blanco, "pesa" menos. Sofá de Ikea.