Si tienes una casa de montaña donde los inviernos son crudos, te vendrá bien duplicar la entrada. Es lo que hizo aquí la interiorista Isabel López-Quesada, dividir el vestíbulo en dos instalando un cerramiento de hierro y cristal: una especie de cortavientos a prueba del frío y el agua. La zona exterior es el zaguán, ideal para cambiarse el calzado los días de lluvia antes de entrar en el interior. Se ha decorado con un banco vintage, un zapatero y un perchero con repisa y ambas estancias se han pintado en color gris. ¡Una idea redonda!
Farol antiguo, del Estudio de Isabel López-Quesada. Banco de madera, de Azul-Tierra. Paredes pintadas en gris, de Bruguer.