Tanto Meritxell Ribé como su socio Josep Puigdomènech, ambos directores del proyecto, tenían una consigna clara: “Ganar metros y luz, sin afectar a ninguna pared maestra”. Es decir, tirar tabiques, hacer desaparecer pasillos, abrir puertas acristaladas (alguna de ellas correderas) e inundar el piso de claridad.
Cómoda de madera de pino, en el Estudio de Maritxell Ribé.