¿Envidia al estilo de los franceses? 10 ideas irresistibles para una casa de campo de estilo rústico afrancesado

Flores pequeñas, rosas en ramilletes, ramas, toile de Jouy o diseños de inspiración botánica. Los papeles pintados son un sello del estilo francés y dan calidez inmediata a dormitorios, salones o entradas. Y quizá a mucho más; cocinas y aseos no se resisten al encanto rústico que suman. 

Mesas de madera decapada, cómodas curvilíneas, sillas con respaldo de rejilla, bancos o cabeceros torneados… Los muebles antiguos o de aire envejecido son imprescindibles para lograr ese carácter auténtico de una casa de campo con verdadero estilo rústico afrancesado, que rebosa tanto encanto.

Colores suaves como el gris perla, el verde salvia, el lino, el crema o el azul grisáceo visten las paredes, textiles y muebles. Son tonos relajantes, elegantes y con ese matiz desgastado tan francés.

Para lograr el efecto en cocinas y baños, incorpora un fregadero de cerámica grande en una única pieza, por ejemplo. Deja a la vista cacerolas de cobre y ramilletes de especias. En el baño, una bañera retro con patas y grifería del estilo, incluso, una cortina de baño aunque sea recogida en un extremo, te ayudará a ambientar en un estilo de casa de campo rústica afrancesada.

Los tejidos naturales como el lino o el algodón lavados son perfectos para una casa de campo de estilo rústico francés. Úsalos en cortinas, cojines o colchas. El lino arrugado y el algodón rústico aportan frescura, ligereza y movimiento. Suma detalles como puntillas o bordados hechos a mano, que refuerzan el aire nostálgico.

Tal cual. Porque en una casa de campo el exterior también es muy importante. Se hace vida fuera, en el porche y en el jardín. Así que lleva las ideas de este decálogo al salón o comedor exteriores. Aquí apuesta también por la madera con pátina y el hierro o la forja. Aporta comodidad con textiles con volantes y lazos y muchos elementos decorativos de fibra natural y cristal labrado o artesanal.

La estructura de la casa, la caja que se decora, también debe respirar campo y para ello lo mejor es que en el techo se vean las vigas de madera, que la cerámica de los azulejos sea (o parezca) artesanal, que decores con suelos de barro cocido, piedra o madera envejecida, también baldosa hidráulica, que las paredes tenga textura como estuco o pinturas con efectos imperfectos (recuerda: cuentan historia) o piedra vista.

La luz cálida y tenue logrará ambientar esa casa de campo de estilo rústico francés que tanto deseas, pero a nivel decorativo, ¿cómo deben ser las lámparas en la decoración rústica? Apuesta por hierro o forja, latón envejecido, mucho cristal. También delicadas pantallas de lino con pasamanería o fibras naturales.

Nada más rústico y francés que una mesa larga de madera, con bancos o sillas desparejadas y una vajilla antigua, preferiblemente blanca, azul o con motivos florales encima. Lleva esta idea tanto a la cocina, el corazón del hogar, como al comedor exterior o al comedor principal. Deja que la vajilla sea elemento decorativo, combinada con algunos candelabros antiguos. 

Deja a la vista detalles decorativos que encajan en el estilo que buscamos. Te damos tres imprescindibles:

• Vajilla y cristalería de estilo vintage a la vista. Como objeto decorativo. Exhíbela en una alacena. Si además guardas todas estas piezas en una vitrina con efecto desgastado, será el toque ideal para un rincón único. 
• Flores frescas y ramas silvestres en jarrones de vidrio. Lavanda, peonías, ramas de olivo o eucalipto. Colócalas en jarras de loza o recipientes de vidrio coloreado y labrado.
• Espejos antiguos con moldura dorada o decapada. Los espejos, además de dar amplitud y reflejar luz, aportan elegancia si tienen molduras ornamentadas. Mejor si se ven algo desgastados o con pátina.

Los muebles de líneas ornamentadas y curvas son una de las señas de identidad más claras del estilo de casa de campo afrancesado o rústico francés. Reflejan la fusión entre la elegancia clásica francesa y el encanto relajado de lo rural. No dudes en sumar piezas con estas características como una cómoda con patas torneadas, una mesa de comedor redonda o ovalada con acabado envejecido, sillas con respaldo curvo y rejilla, tapizadas en lino natural, un cabecero con formas redondeadas, en madera decapada o tapizado; o aparadores o vitrinas antiguas, con puertas talladas o molduras.