Vigas de madera

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00488716 dormitorio abuhardillado con vigas

Mesita de noche de La Maison y lámpara de Sacum.

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Dormir bajo las estrellas

Cuca Arraut ubicó la cama justo bajo la ventana para acostarse contando estrellas y despertarse viendo el cielo. Un espejo a pie de cama amplía el espacio y multiplica la luz. Por su parte, un murete de poco fondo sirve de cabecero sin restar espacio. Revestido de madera, decora y es un práctico estante. La ropa de cama es esencial para lograr un dormitorio acogedor, como la funda nórdica, cojines y manta gris de Filocolore.

00492141 dormitorio blanco abuhardillado con vigas

Dormitorio principal con banqueta, en Sacum.

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2. Un dormitorio abuhardillado pequeño

Para aprovechar al máximo esta buhardilla, la decoradora Cuca Arraut reservó la zona de menor altura para la cama y destinó la parte central, que además suele ser la de más tránsito, para arrimar los armarios. Con ello logró un paso más cómodo y aprovechó la altura máxima de los techos para planificar un armario más capaz. Los armarios se diseñaron con puertas alistonadas recuperadas pintadas a juego con el techo.

Dormitorio abuhardillado con cama vestida de invierno.

Banqueta y lámpara de sobremesa, de Angel Des Montagnes, en Carme Caubet.

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Textiles Viva Magenta en el dormitorio

Utiliza Viva Magenta en la ropa de cama: edredones, nórdicos, colchas... Lisas y estampadas, como las que ha utilizado en este dormitorio de invierno la interiorista Carme Caubet. ¡Con cojines verdes quedarán fenomenal!

dormitorio blanco con vigas vistas.

Dormitorio con cabecero, diseño de Marta Prats, realizad por Vallés Carpintería. Apliques, de Avanluce.

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7. La ropa de cama, agradable y bonita

"Algodón, bambú o lino son tejidos idóneos para épocas de calor. Los tejidos más confortables para los frioleros –y más propios del invierno– son la franela, la coralina y el poliéster", nos explican desde La Mallorquina. "Siempre debe ser apetecible, porque la cama es la que genera esa agradable sensación de dormitorio. Nuestra recomendación es colocar las almohadas, dos cojines de 60 x 60 cm y, según el tamaño de la cama, dos de 50 x 50 cm. Y un plaid o una colcha a pie de cama", apunta Zubizarreta. "Los tonos neutros (blancos, grises y piedra) vuelven con fuerza. Resáltalos añadiendo color en los complementos, como cojines y plaids", según Textura.

dormitorio pared oscura y vigas de madera

Dormitorio con cabecero, banqueta, cortinas y lámparas, de Cado. Mesita de noche, de La Maison, en Catalina House.

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6. Las paredes: siempre pintadas

"En general, para los dormitorios los colores más recomendables son los fríos –azules, verdes y violetas–, ya que favorecen la relajación y un buen descanso. Si quieres combinarlos con un tono más intenso y cálido, nuestra recomendación es reservarlo solo para la pared del cabecero: la destacarás sin recargar en exceso", según Jotun. El beis es un tono neutro, cálido y sereno con el que siempre aciertas, puesto que ayuda a ampliar y crear atmósferas naturales. Por su parte, el gris es elegante, un acierto seguro. Transmite serenidad y paz. Los empolvados son tendencia. 

dormitorio con armarios blancos y vigas vistas.

Dormitorio principal con mesita de noche, de Mestizo Store.

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3. Al menos dos puntos de luz

Sí, a la iluminación indirecta. "Evita iluminar el dormitorio con una lámpara de techo central, porque la luz te acabará deslumbrando y no resultará agradable", sostiene la interiorista Natalia Zubizarreta. Las luces indirectas de apliques o lámparas de sobremesa son perfectas para un ambiente relajante y un efecto más vestido. ¿Quieres luz en el armario? Basta con un foco de unos 5 W cada 80 cm aproximadamente, y separado unos 15-20 cm del armario. Elígelos orientables y con luces cálidas.

Comedor rústico con mesa con mantel a cuadros y techo con vigas de madera.

En el comedor, lámpara de cristal de herencia. Jarra y vasos de Kimchi; son de vidrio soplado y cada pieza es única. En la mesa, individuales, de IKEA.

El Mueble / Felipe Scheffel

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El comedor es superluminoso y tiene esencia rústica

"Algo que me gusta mucho es que la arquitectura de la casa es española, no inglesa. La mezcla me parece muy atractiva. De hecho, no hemos realizado ninguna reforma, solo un pequeño lavado de cara, porque nos tomamos la casa como un proyecto que va poco a poco. Y ¿os confieso un secreto? He puesto muchas alfombras para tapar el suelo, que necesita una mejora, y este será mi próximo objetivo", reconoce Natalia. 

Comedor con estilo de campo con mesa rústica, mantel a cuadros y vigas de madera en el techo.

En el comedor, mesas y sillas antiguas. Mantel de lino de cuadros azules de Zara Home. Cortinas a medida con tela de Clark & Clark.

El Mueble / Felipe Scheffel

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El comedor está junto a la cocina y parece de una casa de campo

De Londres también trajeron las lámparas, los papeles pintados, los cabeceros, que están hechos a medida en Gales, la mantelería… La vajilla la encontró Natalia en Portugal y algunos cuadros los ha ido comprando en mercadillos ingleses. La mayoría de muebles por suerte ya estaban en la casa. Los más rústicos -como los escritorios de madera o las mesas de centro de forja- le dan ese sabor a casa de campo.

Salón rústico con vigas, barra en la cocina y chimenea de leña con revestimiento de piedra.

Salón con banquetas y sofá, de Crearte, don tela de Andrew Martin. Alfombra, de Les Créations, en Carmen Caubet. Taburete y lámpara de cristal, de Ángel des Montagnes. Todo en Carmen Caubet.

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Que no falte madera

La madera es la clave del estilo rústico. Es un material vivo, que cruje, y mantiene estable la temperatura de la casa. Transmiten mayor autenticidad los acabados que dejan la madera prácticamente en bruto, con los nudos y las imperfecciones a la vista. Úsala en todos los elementos posibles porque no cansa y produce bienestar: mesas, sillas, taburetes, suelos de parquet... 

Salón con sofás blancos y vigas de madera.

Puff y lámpara de sobremesa, de D'Oliver. Lámpara de pie, de Karlskrona Lampfabrik. Alfombra, de Rugvista.

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De pelo corto o medio para un salón atemporal y otoñal

¿Los interioristas tienen en cuenta las tendencias? Sí, claro que las tienen, pero no siempre las adoptan a pies juntillas. "Quizá en lo que menos me fijo es en la tendencia del momento", asegura Eva Mesa, de Tinda's Project. "Prefiero decantarme por piezas atemporales", añade. Raquel González de Raquel González Interiorismo, por su parte, se decanta para este otoño por alfombras de pelo medio y colores tierra. Para este salón Gabriela Conde eligió una alfombra cálida y gustosa, realizada en viscosa suave y brillante que le da un aspecto similar a la seda.

Salón con vigas de madera en el techo, sofá blanco, ventanal y mesa de centro de madera.

Salón con sofá, de Designers Guild. Mesa de centro, en Pantay, como la alfombra. Mesa auxiliar de madera, de Crisal.

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Las vigas y las piezas antiguas son un elemento decorativo más

Otro de los empeños de Annika fueron los muebles de obra: diseñó el banco circular que hemos visto en el porche, la chimenea de leña del salón y también los bancos en las ventanas, como el del comedor. A modo de asiento y con cojines, son un perfecto mirador. 

Cocina con isla con encimera de madera, vigas en el techo y muebles blancos.

Cocina con taburetes altos, similares en Mandrágora. Nevera, de Miele. Encimera de piedra natural. Lámparas de techo, similares en Naluz. Plantas y maceteros, de Viveros González.

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La cocina tiene una gran isla con taburetes y muchos armarios

"El mobiliario de la cocina con isla –añade Annika– lo traje de Suecia, aunque la encimera, que me encanta, es de piedra natural española”, confiesa Annika, que no dudó en diseñarla con una espectacular zona de trabajo y fregadero central con taburetes.

Cocina grande con isla, taburetes, mobiliario blanco y vigas de madera en el techo.

Cocina con mobiliario, de Kvänum. Encimera de piedra natural. Taburetes similares, en Mandrágora. Lámparas de techo, similares en Naluz.

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La cocina es el corazón de la casa y donde más cariño ha puesto la interiorista

La cocina es el espacio ideal para reunirse y compartir anécdotas, como la que nos cuenta ella misma: "este es el séptimo proyecto que construyo, incluida una lechería de cabras en Suecia (www.goathagelstad.com) a la que vienen a tomar helado los Reyes de mi país", se ríe. El equipo que la ayudó en esta andadura, eso sí, es de Ronda: el arquitecto César de Leyva y el ingeniero Juan Guerrero, y su constructor favorito, Francisco Guerrero y su equipo.

Dormitorio rústico con vigas de madera.

Dormitorio con banqueta, de Crearte. Lámpara aplique, de Secto.

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Camas decoradas en clave rústica y otoñal

En El Mueble no solo verás casas urbanas, también rústicas. Nuestro amor por la madera se deja ver claro en ellas. Nos encantan los dormitorios rústicos arropados por vigas de madera, como este tipo cabaña diseñado por Carme Caubet. Un plaid de cuadros basta para darle un look otoñal. Si quieres lograr una apariencia más invernal, muy de El Mueble, coloca a los pies un plaid de lana blanca o de borreguito. ¡Y lo habrás conseguido!

Salón con viga y puerta blanca con cristal texturizado

Lámparas de techo, modelo Revolta, en Estiluz. Butacas, de HK Living, en Estudio Hoc Volo. Mesas de centro, realizadas a medida, por Estudio Hoc Volo.

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Puerta blanca con cristal texturizado

En las puertas blancas acristaladas la combinación de retículas y tipos de cristal es infinita. Fíjate en este modelo tan diferente a los anteriores. Los cuarterones se alargan y se ha utilizado un tipo de vidrio texturizado que le da un puntito retro. ¿Las ventajas de utilizar este tipo de cristal? Da privacidad, dinamismo y recrea un divertido juego de luces.

Lo han elegido las interioristas Gracia y Leticia de Amescua, y gracias a su acabado final logran llamar la atención de una puerta antes anodina. 

Salón con vistas al jardín, vigas de madera pintadas de blanco y pilares oscurecidos.

Salón con sofás, de Ikea. Mesa de centro, diseño de la decoradora. Butaca, de mimbre, de Mestizo Store. Alfombra, de Kilombo Rugs.

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Querer tu casa con sus virtudes y defectos

Puede que mi casa no sea exactamente la casa de mis sueños, pero es mi casa ¡y la quiero! A esta edad he aprendido a reconocer sus virtudes y defectos. A las primeras las resalto y a los segundos, trato de sacarles el máximo provecho. ¿Cómo? Siempre pidiendo consejo a profesionales que ven más allá de donde yo llego. Tener un pequeño office en la cocina o un vestidor en mi dormitorio, algo impensable en principio, se ha convertido en realidad gracias a la ayuda de un interiorista.

La interiorista Belén Ferrándiz conservó en este salón la enorme viga de madera que, lejos de afear, da identidad a la casa. 

Salón con sofás y butacas en blanco, y alfombra de fibras.

Salón con sofás de Ikea y de Maisons du Monde. Butacas de Mercader de Venecia.

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Incluye siempre elementos de madera

La madera es el material perfecto con el que conseguirás calidez en tu hogar. En el salón, puedes destinarlo a piezas auxiliares como la mesa de centro o las auxiliares. Pero también puedes incluirlas en el recibidor, a través de la consola, en el comedor, con la mesa, y hasta en la cocina, con objetos como las tablas de cortar.   

Comedor en la parte exterior de una casa con butacas de ratán.

Mesa de Guadarte. Sillas similares en Mandrágora. Mantel y vajillas de El Corte Inglés. A la izquierda. tumbonas de Tribù.

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Los muebles de fibras naturales y las plantas aportan calidez

Las vigas de madera del techo, las fibras naturales de los muebles y las plantas grandes aportan calidez y suman esa sensación de frescura mediterránea que tanto buscaban. En el porche y la zona de piscina, el suelo es de mármol, que continúa en el interior de la casa dándole unidad. 

 Salón con chimenea, paredes de piedra y techo artesonado de madera.

Sofá, diseño de la interiorista. Butacas y escritorio franceses. Banqueta, de La Casa de los Tomillares. Alfombra, de Los Peñotes.

El Mueble/Fernando Bedón

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El salón con chimenea

El protagonista indiscutible del salón es el increíble techo artesonado que no hubo que tocar. "Lo dejamos oscuro porque era muy bonito y, además, la zona de estar es luminosa gracias al amplio ventanal que recorre uno de sus lados".

Un escritorio francés restaurado acaba de llenar el espacio y es buena prueba de la cantidad de muebles recuperados que Carolina trajo expresamente de La Casa de los Tomillares, el hotel rural que la interiorista tiene en Candeleda (Ávila) y donde casi todo el mobiliario está a la venta.

Salón con librería de pared a pared realizada en nogal.

Librería a medida realizada por un carpintero, pintada en el taller de la interiorista. Suelo de madera natural.

El Mueble/Fernando Bedón

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La imponente biblioteca

Envidia pero de la sana nos da la fantástica librería a un lado del salón. "De pared a pared, mide 8 metros y la realizamos en nogal, explica Carolina. Los dueños son ávidos lectores y necesitaban espacio para dar cobijo a los libros que no cabían en su casa de Madrid".

Dormitorio infantil con dos camas separadas por una viga.

Camas restauradas en el taller de la interiorista. Ropa de cama y cojines, de Zara Home. Lámpara, de La Jaula del Grillo.

El Mueble/Fernando Bedón

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El dormitorio de los niños tiene miga

Y es que es muy particular: una viga de madera separa casi de forma natural las dos camas, vestidas de blanco y verde. Mientras, la ventana pegada al suelo es de las pocas de la casa que están pintadas en un gris muy relajante.

Cocina pequeña en esquina con península y ventanal con cuarterones.

Diseño de Luderna Design.

El Mueble

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Un suelo hidráulico sirve para separar ambientes

Seguramente, nadie habría pensado en instalar la cocina en una zona de paso, pero al diseñarla abierta y colocar un ventanal con cuarterones en la esquina, se integra de forma natural en el entorno. Únicamente el suelo de baldosas geométricas y el color gris de los muebles dividen sutilmente los ambientes.

Terraza techada con sillón, banco y alfombra de cuadros.

Sillón, de Ikea. Banco, de Maisons du Monde. Alfombra, de La Redoute.

El Mueble

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Cuarto mandamiento: pondrás una alfombra súper acogedora

De fibras naturales o sintéticas, una alfombra en el suelo de tu terraza aumenta la sensación de confort. ¡Qué gusto te dará andar por ella descalza! También te servirá para delimitar espacios y darle a tu terraza un toque más acogedor. La interiorista Belén Ferrándiz se ha decantado aquí por una alfombra de cuadros muy soft.

Salón nórdico con vigas blancas en el techo, chaise longue y cuadros de Walter Arias.

Sofá, chaise longue, butacas, mesas de centro y alfombra, de Sacum.

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Toques sofisticados para un salón nórdico

Este maravilloso salón entre nórdico y rústico pertenece a la casa de la interiorista Marta Tobella, dueña de la tienda Sacum. Lo ha decorado con unos sugerentes cuadros del artista Walter Arias que elevan la estancia de nivel, a caballo entre la sofisticación y la relajación. 

Salón mediterráneo blanco con muebles de obra y vigas en el techo.

Sofá de Kappa. Cojines blancos y con raya negra de Zara Home. Plaid de algodón crudo de Calma House. Jarrones blancos de Zara Home.

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Dos zonas de estar que conviven en un mismo salón

La sensación de que la casa fluye se consigue en parte gracias al uso del cemento pulido en todos los suelos, una buena manera de dar unidad estética. Este material, en su color natural, combina muy bien con la pintura azul de las puertas, las ventanas y de algunas piezas como las sillas y hasta la ropa de cama. La brisa del mar mueve las cortinas de lino blancas. Notamos ese relax estival del que nos habían hablado.

Dormitorio con vigas de madera, puerta y ventana pintados de azul.

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Pintar las vigas del techo

En dormitorios rústicos, las vigas vistas de madera son habituales. Pero si les das una capa de color en algún tono que aporte alegría, el techo cobrará aún más protagonismo. Combinado, además, con la carpintería de puertas y ventana, el efecto será más envolvente y personal.  

Cabecero, realizado a medida por Nice Home Barcelona. Mesita de noche, de Cottage Little House. Banqueta, en La Maison.
Dormitorio con vigas y porticones en azul.

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Puertas, ventanas y vigas a todo color

Otro tip de los dormitorios Aesthetic son las puertas, ventanas y vigas pintadas en un color que sea dulce y bonito, como en este caso, el azul.

Cabecero realizado a medida por Nice Home Barcelona. Mesita de noche, de Cottage Little House y banqueta, en La Maison.
Ideas de decoración para elegir el estilo de la cocina.

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Electrodomésticos de ayer para una cocina vintage de hoy

Las cocinas de estilo vintage aparecen decoradas con complementos que hicieron furor en otras épocas: molinillos de café, damajuanas, botellas de gaseosa, sifones... Incluso, los electrodomésticos antiguos viven una segunda juventud: la fresquera, el horno de hierro fundido, la nevera Smeg... Esta cocina con isla, en blanco y madera, revive con nuevos tiradores en forma de concha y un grifo dorado ¡muy vintage!

Mobiliario de cocina realizado por el propietario. Encimera de madera de haya. Horno y frigorífico, de Smeg. Alfombra, de Ikea. 
Salón con elementos arquitectónicos como vigas y molduras.

Salón con sofás y puff, de Elisa Megía Interiores. Mesa de centro, realizada a medida, por Ramisa Projects. Alfombra, de Zara Home. Butacas Safari, de Carl Hansen. 

El Mueble

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Los elementos arquitectónicos que llaman la atención

Vigas en los techos, paredes texturizadas, techos súper altos con molduras decorativas, columnas, chimeneas, vanos en arco en lugar de puertas... Son un perfecto reclamo en el salón por el encanto y la personalidad que desprenden. Tu visita se fijará en ellas de plano, lo mismo que si es amante del bricolaje y tienes piezas artesanales. Este salón decorado por Isabel Otero es un claro popurrí de ellas.

Dormitorio rústico con paredes y techos de madera y alfombra de lana.

Cabecero de obra. Butaca y lámparas, de Sophie Bataglia. Alfombra, de Little House. 

El Mueble

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Madera y lana para un dormitorio rústico

En las casas de montaña, la madera lo envuelve todo. Incluso en los dormitorios donde queda patente el estilo rústico. En este, Olga Gil-Vernet ha optado por decorarlo con un cabecero de obra lacado en negro, como la pared empapelada y las lámparas suspendidas. Para abrigarlo bien, qué mejor que textiles en lana y piel.

Dormitorio rústico con techos con vigas, cabecero de hierro y adornos en fibra natural.

Cabecero de forja, en Serralería Mase. Mesita de ncohe, en Aquitania. Banqueta, cortinas y alfombra, en CHM Studio. 

El Mueble

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Estilo rústico: cabeceros de hierro

La propia estructura del dormitorio con vigas de madera en el techo y el pavimento de toba define su estilo rústico. Por eso, la decoración ha de ser coherente. La interiorista Chari Manzano se ha decantado por un cabecero de forja en negro, a juego con los apliques y la barra de las cortinas. Las piezas de fibra, la ropa de cama en tonos tostados y la carpintería lacada en verde ensalzan su espíritu campestre.

Salón con techos abuhardillados con vigas y puertas pintadas de gris.

Sofá, de Guadarte. Butacas Jules y mesa de centro, de Crisal. 

El Mueble

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Carpinterías: restáuralas o sustitúyelas

Las puertas, los marcos de las ventanas y las contraventanas de los salones de estilo clásico suelen presentarse en colores oscuros. Evita ese exceso de sobriedad dándole una mano de pintura: tonos neutros y pasteles serán perfectos para ganar luminosidad y juventud. Como pasa con los suelos, la carpintería si está en buenas condiciones, consérvala. Y si no, mejor que la cambies por otra más actual. En este salón de la imagen, la interiorista Lourdes Pérez decidió lacar las puertas correderas en un gris suave, a juego con las vigas.

Salón rústico con chimenea, mucha madera y vigas blancas en el techo.

Hacia la cocina, sofá orejero tapizado con franela de Güell-Lamadrid. Cuadro de Andrea Sorjus. Alfombra de BSB. Papel pintado de cuadros de Flamant. Al fondo, la cocina y la entrada.

El Mueble / Stella Rotger

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El salón está abierto a la cocina y se intuye el office

"El techo del salón rústico estaba hecho con una madera de pino que no nos gustaba, así que lo pintamos de blanco", nos cuenta Gabi. También dieron mucha personalidad a las paredes con un papel pintado de cuadros que recuerda a una invernal tela de franela (es de Flamant) y forraron otro de los muros en la zona de estar y el office con maderas viejas para conseguir ese espíritu "rústico, de montaña, acogedor". ¡Para quitarte el frío nada más entrar en casa!

Salón con chimenea, vigas y cerramiento negro.

Mesa de centro similar en Crisal. Sofá similar en El Corte Inglés. Chaise longue similar en Sancal. Lámpara de pie de Karis. Vitrina de Olsson & Jensen. Lámparas de cristal de D’Olive.

El Mueble

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Blanco y luminoso

En contraste con el cerramiento y la estructura de la mesa de comedor, ambas en negro, este salón se ha ideado todo en blanco para multiplicar su luminosidad. La chimenea y los textiles le dan calidez y las vigas de madera aclaradas, se pintaron también de blanco, para quitarles un excesivo peso visual.

Salón con sofás blancos enfrentados, muebles bajo en trasera y vigas en el techo.

Sofás modelo Albert, de Atemporal. Mesa de centro y escritorio, de Tot Interiors. Taburete, de Let's Pause. Butacas de ratán, en MIV Interiores. 

El Mueble

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Bajo un techo de vigas restauradas

¿Qué hace especial a este salón? Varios detalles. A primera vista sus vigas de madera antiguas. Las interioristas Marta Jáudenes y Olivia Reina, del estudio LF91 Interior Design, las han restaurado y pintado del mismo color que la mesa del comedor con el que comparte espacio. El aparador a medida de detrás del sofá es totalmente artesanal. Y si te fijas un poquito más, las cortinas de lino, a juego con el tapizado de los sofás, dan nivel a la decoración. 

Salón blanco con techos altos y vigas de madera.

Sofá y butacas Grönlid, de Ikea. Mesa de centro, de Maisons du Monde. Kilim, de BSB. Consola antigua, de Mercantic. 

El Mueble

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Un salón de altura

Los techos altos permiten la presencia de vigas de madera. Las de este salón a dos aguas, adquieren una forma triangular muy decorativa. La interorista Irma Aleu las dejó en su color natural para darles el protagonismo que se merecen. Su fuerza visual se contrarrestó con sofás claros y la calidez de la madera. La mesa de centro de estilo industrial hace un guiño a la cocina de microcemento, al fondo.

Salón amplio con doble zona de estar, chimenea y vigas pintadas en gris.

Sofás, de Guadarte. Butacas Jules, mesa de centro, velador y mesa auxiliar, todo de Crisal. Alfombras, de Papiol. 

El Mueble

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Una mesa de centro con presencia

En este salón amplio y luminoso, la interiorista Lourdes Pérez, de PS Interior, ha conservado toda su esencia: vigas a dos aguas recuperadas, suelos de terracota abrillantados, chimenea lacada en blanco... 

Con dos zonas de estar, una de invierno y otra de verano, se proyecta hasta el infinito ganando profundidad. Pero si hay una pieza especial es, sin duda, la doble mesa de madera oscura que da a la estancia su estilo rústico contemporáneo.

Salón con chimenea y sofás grises.

Sofás, de Quadratto. Mesa de centro, de Luzio. Butacas, de En Línea Barcelona. Lámpara de sobremesa y pufs, en Coton et Bois. Lámpara de pie, de Bover. 

El Mueble

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Con piezas llenas de encanto

Recrear con rigor el interior de una masía centenaria sin serlo fue el truco maestro que llevaron a cabo en este salón las interioristas Blanca Berenguer y Marta Xuclà.

Y qué mejor para ello que rodearse de piezas con encanto, como la espectacular chimenea con base de piedra negra que sirve de asiento y de almacenaje para leña. ¿Otra llamada de atención? El techo de vigas de madera a dos aguas que recalca aún más ese aire de vivienda antigua.

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Vigas de madera pintadas en beis claro

Multidireccionales y contundentes. Así son estas vigas de madera que decoran y enmarcan este dormitorio rústico y abuhardillado. La interiorista Mónica Garrido decidió pintarlas en un color beis claro para restarle peso visual. Igualmente, la habitación se amuebló de forma ligera con el fin de no quitarle presencia ni a las vigas ni a las vistas.

Banqueta y alfombra, de La Redoute. Cabecero realizado a medida por Viçenc Torrent. Lámparas apliques, de Lámpara y Luz.

 

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Vigas de madera con look marinero

¿Vives en un sitio de costa o simplemente quieres replicar ese ambiente en tu casa? Fíjate en este dormitorio diseñado por Dara Díaz. Las vigas de madera modernas se pintaron en un color azul, a juego con la carpintería y la ropa de cama. La combinación con el blanco de las paredes da como resultado una estancia luminosa y súper refrescante. ¿A qué te gusta?

Cabecero realizado a medida por Nice Home Barcelona. Mesita de noche, de Cottage Little House. Banqueta, en La Maison.

 

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Entre vigas de madera y pilares

En las reformas de las casas antiguas aparecen además de vigas, otros elementos de construcción imposibles de eliminar: los pilares. Ellos sustentan el peso de la vivienda. En esta cocina de la imagen, la interiorista  Belén Ferrándiz optó por pintar las vigas de madera en blanco para actualizarlas, mientras que los pilares se oscurecieron.

Como la estructura de la cocina era de por sí espectacular, se decidió amueblarla de forma sencilla, en tonos neutros y sin armarios altos para darle amplitud y luminosidad.

Mobiliario de cocina y mesa del office, diseño de la decoradora. Sillas, de Mister Wils. Taburetes, de Tine K Home. Pavimento pintado en damero. 
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Vigas con troncos pintados de blanco

Resulta curioso ver este concepto de vigas en el salón: utilizando el material en bruto, el propio tronco del árbol. Casi siempre lo hemos visto más en porches. En esta casa, las interioristas Marta y Marieta Yanguas y Marta Gómez de la Serna, decidieron llevar los troncos al centro de la casa y convertirlos en vigas, pero, eso sí, pintados de blanco, como el techo. ¡Un salón actualizado con aire campestre que nos encanta!

Sofá realizado a medida. Butaca, de El Rastro. Mesa de centro, de Hanbel. Alfombra, de Ikea.

 

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Un look muy total white

Otra forma característica que adoptan las vigas de madera es esta forma de vía de tren que vemos en este salón. Estas eran oscuras en su estado original dando un aspecto lúgubre a la estancia. El Estudio Boira, responsable de su reforma, decidió pintarlas de blanco para aportar más luminosidad. ¡Y así han quedado de bonitas! El resto de la decoración va de la mano, paredes y sofás blancos, con la presencia cálida de la madera en el mobiliario.

Sofás y puf Grönlid y alfombra, de Ikea. Lámpara gris de sobremesa, de Muebles Pardo.

 

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Vigas de madera pintadas de gris ¡qué elegante!

El gris claro es el protagonista de las vigas que decoran este doble salón. Pero antes no eran así, la interiorista Lourdes Pérez, de PS Interior, decidió sustituir la intensidad del nogal original por un tono más claro, que aportara serenidad y elegancia. ¡Dicho y hecho! Las decapararon para darles este discreto tono ágata que lucen ahora. Con las paredes y el techo en un tono perla, las vigas a dos aguas ganaron luminosidad. Solo así se pudieron mantener los muebles oscuros con gran peso visual.

Sofás, de Guadarte. Butacas Jules, mesa de centro, velador y mesa auxiliar, todo de Crisal. Alfombras, de Papiol.

 

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Vigas de madera pintadas en blanco y gris

¿No me digas que este comedor en la cocina no desprende un puntito nórdico? María Lizarraga, interiorista de Ikea, ha elegido un tono nacarado para las paredes, blanco y gris en las vigas y madera y fibra en la decoración. ¿El resultado? La estancia parece más luminosa y más grande. 

Mesa Skogsta, sillas Agen y lámpara de techo Risbyn, de Ikea. Mobiliario de cocina Enhet, de Ikea.

 

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Vigas pintadas de blanco para ampliar espacios

Una de las primeras obras que se suelen acometer en las casas donde han aparecido vigas oscuras, es pintarlas. ¡Y qué mejor de blanco! Eso fue lo que pasó en este salón, donde listones y viguetas reaparecen llenas de luz en una estancia que parece que ha ganado metros visuales. Y es que las líneas paralelas que forman las vigas crean una sensación de profundidad. Con la carpintería pintada de verde oliva, el salón ha ganado frescura.

Sofás y puf, de Ikea. Mesa auxiliar, de Segunda Época. Lámparas, de La Albaida.

 

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Con listones y vigas naturales en forma de trapecio

En las construcciones de montaña, es habitual ver cómo las vigas se prolongan por las paredes adoptando una forma de trapecio que envuelve la estancia. Un ejemplo de ello es este salón rústico, proyectado por Carme Caubet, que aúna listones y vigas naturales sin barnizar. Para aclarar el color de la madera puedes decaparlas con chorro de arena y eliminar el barniz. Así, ganarás más luz.

Sofá con chaise longue, de Manuel Larraga con tela de Andrew Martin. Butacas, de Crearte, con tela de Andrew Martin. Mesa de centro, de Chehoma. Lámpara de pie, en Carmen Caubet. 
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Vigas de madera en plano y paralelas

Las vigas de madera oscura dan apariencia de sobriedad y clasicismo. Al ponerlas en un techo recto aportan continuidad. ¿Un truco? Pinta las paredes en un color neutro para darle amplitud y luminosidad a la estancia. Y en los muebles, también elige colores claros. Es lo que han hecho aquí: vigas enceradas y nutridas con aceite de linaza, muros blancos y un sofá azul que refresca el ambiente.

Sofás, de Ikea. Mesa de centro y lámparas, de Maisons du Monde. Alfombra, de Zara Home.

 

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Con cañas en el entrevigado

El techo de este salón se cubrió con cañas "atadas una a una por un artesano local", recuerda Paula Rombys, la interiorista responsable del proyecto. Sobre ese tejido natural se instalaron vigas de madera inclinadas del mismo color. La cubierta sostenible resulta fresca en verano y abrigada en invierno. El techo forrado de cañizo fue una técnica muy utilizada en la Antigüedad gracias a su resistencia a la intemperie y la humedad. 

Sofás blancos y alfombra, de Freer Living. Sofá Chester de cuero, de Flamant. Mesa de centro, de Rialto Living. Lámpara de techo, de Tine K Home. 
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Con listones y vigas brutas, sin barnizar

Pino, roble, castaño, chopo o eucalipto son los tipos de madera más utilizados para la recuperación de vigas. En esta cocina rústica con el techo alistonado, la interiorista Carme Caubet rehabilitó las vigas de pino primigenias, un tanto oscuras y mal barnizadas, devolviéndolas su color original. ¡Y este fue el flamante resultado! Por lo general, los listones se colocan en sentido contrario a las vigas, como aquí.

Mobiliario, diseño de Carmen Caubet, realizado por José María Torres. Encimera, de Silestone. Taburete, de Crearte Collections. Grifería, en Rovira. Lámparas, de Angel des Montagnes.