Vigas de madera

Aunque tu casa de campo sea de obra nueva, lo ideal es respetar el estilo de las construcciones antiguas locales. Si hay vigas de madera, restaúralas. Y si no las hay, simúlalas. En centros de bricolaje, encontrarás vigas de poliuretano súper ligeras que imitan la madera a la perfección. En este salón las interioristas de LF91 Marta Jaúdenes y Olivia Reina restauraron las vigas antiguas y les dieron ese color miel que llena el salón de calidez.

En ocasiones el armazón de los techos está formado por unos maderos más pequeños, alfarjías, sobre los que descansan o se entrecruzan las vigas de madera vista. Esta técnica de cuadrícula es la que se ha elegido en este salón: los listones se han pintado de blanco y las vigas, independientemente de su tamaño, comparten su aspecto natural dándole uniformidad al techo. En los listones puedes integrar ventiladores y focos de luz, como ha hecho aquí la interiorista Chari Manzano.

Respetar los elementos constructivos originales, cuando están bien conservados, es vital para que las casas mantengan su esencia. En la decoración de este salón comedor, rehabilitado por Luis Fernández de LDFL Studio, así se ha hecho. El techo alistonado en un tono claro —a juego con las lámparas— se ha reforzado con vigas pintadas en marrón oscuro que imprimen personalidad al estar. 

"Lo mejor es seguir una sola línea en las tonalidades, para que toda la casa quede en una gama de color muy armoniosa”, nos cuenta la decoradora sobre su máxima en interiorismo. En esta casa de montaña en Era Pleta, en pleno Valle de Arán, podemos comprobarlo: aquí mandan el beige y el gris y el resultado es súper confortable.

“El dormitorio está íntegramente tapizado con franela, eso aporta una gran calidez visual y física”, nos guía ahora Carmen hacia la zona de noche. En la ahbitación principal, hay un pequeño acceso a la terraza.

Además de aclarar a conciencia la madera, el equipo de Carmen la sometió a un tratamiento a base de barnices especiales para evitar que amarilleara con el tiempo. Así ha conseguido que donde hubo un marrón apagado y con brillos irregulares ahora se respira claridad y tonos naturales.

"El suelo es de roble mate, parecido a los muebles, y da unidad a la decoración, desde los tres dormitorios hasta el estudio y el salón. La casa pedía un look natural y es justo lo que le hemos dado", indica Lara. 

Una de las claves fue usar la madera mate: "al ser un refugio al lado de los Pirineos, era importante utilizar el roble, pero en su versión más clara, para no restar luminosidad", detalla la interiorista. "Por otro lado, los colores piedra son un guiño al antiguo pajar del XVIII. Suavizan y armonizan toda la decoración", añade.

En realidad, esta casa en forma de cabaña era un centenario pajar del 1700 en plena Cerdaña, que el estudio Space Stage ha transformado en la casa acogedora y envolvente que vemos ahora. "Tenía mucha piedra y podía resultar fría, por eso nos concentramos en darle calidez", nos cuenta Lara, la artífice de la reforma. 

La madera de roble claro, el lino, el algodón y la fibra natural -sobre todo, el ratán- de la decoración acentúan su decoración rústica aunque, como decimos, no siempre estuvo así. "Tiramos abajo paredes y abrimos el espacio al maravilloso techo original, respetando la estructura original y las vigas de madera antiguas", nos explica la interiorista barcelonesa.

Otra es la mezcla. "Nos apetecía combinar elementos de montaña rústicos con toques más minimalistas y contemporáneos, como la chimenea negra diseñada por nosotros", nos explica Lara. Para que la chimenea quedara moderna y decorativa, dejaron a la vista su tubo metálico, sin ocultar la viga maestra, y colocaron los leñeros debajo, con los troncos a modo de decoración.

La cocina es abierta al salón y queda separada visualmente gracias a una pieza con truco: la trasera de madera del sofá que esconde los radiadores y al mismo tiempo delimita ambientes.

A veces, las reformas nos dan sorpresas inesperadas. Si te has encontrado con vigas de madera en el techo o tu salón escondía una bóveda catalana, dales una vuelta de tuerca. Píntalas de blanco para quitarle la apariencia lúgubre del barniz oscuro y ganar en luminosidad. Es lo que ha hecho en este salón el Estudio Boira. Ahora las vigas reaparecen más frescas y lozanas. El truco también es válido para pilares que no puedas eliminar, vanos en arco en lugar de puertas o molduras decorativas. 

Un tejido de cuadros grandes y verdes tapizan parte de la estructura y el asiento de esta butaca y su reposapiés. Puedes colocar un cojín de cuadros a juego o liso, como aquí ha hecho la interiorista Irma Aleu, en terciopelo verde. Lo importante es que compartan la misma gama de color. ¡Qué bien armoniza el green con la madera!

Pata de gallo, príncipe de Gales, vichy... Los cuadros admiten distintos nombres según su tamaño y forma. De entre todos ellos, sin duda, es el tartán escocés el que más se asocia con el invierno. En este dormitorio abuhardillado se ha utilizado este estampado multicolor para proteger la pared del cabecero. ¿No te recuerda a la falda del uniforme del colegio?

En esta mini habitación juvenil, los cabeceros son los responsables que ambas camas presuman de una gran presencia y, además, hacen que tanto la estancia como los muebles se perciban más grandes. Y todo sin perder ni un ápice de elegancia: tapizados y con tachuelas. 

La bombilla monda y lironda era la iluminación de muchas cocinas antiguas. Ahora que estas sencillas luminarias se han puesto de moda, eso sí con un previo lavado de cara, hacen acto de presencia en algunos proyectos. En esta réplica de cocina de obra de toda la vida, Marta Jaúdenes y Olivia Reina, han elegido un trío de bombillas decorativas led. Sus filamentos en espiral dan una tenue luz creando un ambiente súper acogedor.

El sueño de una noche de otoño es dormir bajo un techo abuhardillado de madera, ante una chimenea chispeante y arropada por unas cálidas mantas estampadas con cuadros: el look cabaña ideal. Pero este dormitorio supera con creces esta escena, la madera oscura de las vigas vistas, la butaca tapizada de cuadros y las mantas amontonadas por capas en vivificantes tonos rojizos le añaden una personalidad y una fuerza única, inesperada.

Y solo sentirse arropados por estas vigas (de cemento pintadas a la cal en el salón y de pino en el dormitorio) o por los ladrillos de la bóveda de la cocina ya es una maravilla. ¡Está claro que el estilo rústico es la tendencia que marca la casa!

"Queríamos dar vida a esta maravillosa finca antigua de cerca de 800 m², para poder llegar nosotros y acoger a viajeros de todas partes del mundo", cuenta la pareja. Y desde entonces, llevan 20 años yendo y viniendo. Elementos que mantuvieron: el camino empedrado y los muros dobles, que daban carácter.

Los muebles de la cocina también se hicieron a medida en Inglaterra. Desde allí trajeron la cocina de la firma Rangemaster. “Necesitábamos que fuera muy grande, para poder cocinar para un gran número de personas y, la verdad, nos costó muchísimo encontrar un modelo similar por aquí, por lo que decidimos importarla”, explican Nick y Romy.

¿Más cambios? Las vigas. "En las casas de campo españolas suelen ser de álamo, con troncos muy largos y rectos, y a menudo se dejan naturales. Pintamos algunas y dejamos otras en su estado natural. También el suelo es nuevo. Muchas casas de esta zona de España tienen baldosas. Nosotros queríamos algo un poco diferente y que creara una pisada más suave y una atmósfera más cálida, por lo que pusimos un suelo de sicomoro y encerado tradicional".

“Soñábamos con una casa de verano 100%, con esa luz y ese sol que tanto nos gusta del sur de España y una atmósfera relajada", concluyen. Y lo han conseguido.

La mayor sorpresa que se llevaron a lo largo del año que duró la reforma fue descubrir una espectacular bóveda catalana en el techo del salón, sepultada bajo capas de escayolas de reformas anteriores. Ahora el piso tiene más altura y ha ganado mucha personalidad.

En zonas de sierra y montaña, las noches de verano suelen ser frescas. En este dormitorio clásico, la interiorista Paula Rombys juega con los tonos terrosos de la estructura de la cama para combinar las mantas, según la temporada. En verano, la manta beis suaviza y refresca el ambiente, a juego con las vigas, el suelo y las contraventanas. En invierno, cede su puesto a la manta más oscura que es la que queda a la vista.

Si quieres pintar tu salón en un color arena, opta por un blanco roto o crema con ligeros matices terrosos. Es lo que hicieron en este salón las interioristas Marta Jáudenes y Olivia Reina quienes lo acentuaron con el uso de madera, fibra y algunos detalles. Fíjate en las cortinas de lino, los cerramientos de las ventanas o los marcos de los cuadros. Complementos en verdes y azules equilibran y refrescan el ambiente.

Si acompañas el color arena con el suelo y las vigas de madera el espacio parece uno gracias a que sus tonalidades son muy parecidas. En este comedor con vistas las interioristas Begoña y Berta Garrido han sumado, además, las persianas, las sillas de fibra y textiles en tonos tierra. 

En este dormitorio abuhardillado, la interiorista Marta Tobella ha colocado un cabecero de lamas de madera pintadas de blanco, que favorecen su luminosidad, y un banco de fibra a los pies para hacerlo más cálido. Una manera inteligente de resaltar el aspecto rústico del espacio dominado por las vigas del techo.

Esta cocina en U tiene las dimensiones perfectas para trabajar, cocinar y comer sin molestarse unos a otros. La ha proyectado Marta Jáudenes en madera de roble, a juego con las vigas del techo y el marco de la ventana, y una sencilla encimera blanca, a tono con las paredes. ¿No te parecen fabulosos los taburetes de madera y enea con respaldo y reposapiés?

Cuelga el televisor en la pared con un soporte adecuado y despeja el mueble, os sustitúyelo por uno de fondo reducido. Otra opción es colocar un soporte de televisión. Un modelo de entre 26 y 55 pulgadas lo encuentras en Amazon por un PRECIO de 22,09 € (antes 28,59 €).

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En este dormitorio no importa el frío que haga fuera porque en su interior se está la mar de calentita gracias a su poderoso revestimiento de madera con listones y vigas que lo cubre todo, hasta el techo. Su tono acaramelado le convierte en el refugio de montaña perfecto. 

Dos grandes puertas acristaladas en paredes contiguas comunican este salón con el jardín invadiéndolo de luz. El sofá rinconero se ha dispuesto de espaldas a los cerramientos de hierro; así se evita que el sol incida directamente en los ojos. La interiorista Olivia Reina ha dejado las vigas del techo naturales en armonía con la alfombra de fibra y las piezas de madera. 

Esta cocina moderna está completamente abierta y se ha diseñado de manera que su presencia pasara lo más desapercibida posible. Y con ese objetivo, se ha diseñado una amplia zona de armarios que no delata su condición, con excepción de la columna de los electrodomésticos.  

Este baño proyectado por Bárbara Aurell tiene look de cabaña —de ahí las vigas originales o el mueble del lavabo en madera—. Pero también cuenta con algunos toques actuales, como la mampara invisible o los azulejos de metro en blanco empolvado. Elegir el blanco resulta todo un acierto si quieres hacer crecer un baño pequeño y elevar el techo.

En la reforma se apostó sin reservas por los materiales tradicionales y típicos de la zona: madera, piedras y hierro, que está presente como hilo conductor en varias estancias. Lo vemos en las lámparas, en las barras de cortinas, o en los tiradores de la cocina.

"La cubierta y el techo de pino nos vinieron dados, por lo que teníamos que hacer que el resto ‘funcionara’ con esa madera. Por eso pusimos un suelo de roble y en todo el mobiliario intentamos igualar ese color", explica Marta. En toda la casa, las paredes y armarios son de un tono piedra, las maderas son de pino o roble y hasta las alfombras tienen su continuidad por toda la vivienda.

En el dormitorio también se empleó el mismo acabado de la madera de pino de techos, vigas y carpinterías para el cabecero a medida que va de pared a pared, y que se ha decorado con unas guirnaldas y varias velas que nos recuerdan que estamos en Navidad.