"En decoración, menos es siempre más", "cuanto más lugar de almacenaje, mayor orden" o "un tapizado grueso es más resistente", ¿te suena? En el mundo de la decoración, a menudo nos topamos con consejos y creencias arraigadas que se han transmitido de generación en generación, pero que no siempre son ciertas.  Te invitamos a descubrir cuáles son estos falsos mitos, y qué los convierte en tópicos. ¡Empezamos!

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1.

En decoración todo vale: falso

Salón con parqué de madera y alacena restaurada.

Salón con sofás de Cover Decoración Bilbao. Mesas auxiliares y lámparas, en Bazar. Cortinas, en tapicerías Toral. Alfombra beige, en KP.

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Para crear espacios funcionales hay que respetar ciertas reglas: circulaciones cómodas (pasos de 70 cm como mínimo), proporciones armoniosas (no tiene sentido colocar una mesa enorme en un comedor pequeño, pues reducirá aún más el espacio) y distancias ergonómicas (por ejemplo, la lámpara del comedor debe estar a 50-80 cm de la mesa para iluminar bien). ¡No todo vale!

2.

Contratar un decorador es caro: no siempre

Retrato Pia Capdevila, interiorista.

Pia Capdevila, interiorista.

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Elegir un buen profesional te ahorrará tiempo y quebraderos de cabeza: un interiorista se ocupa tanto de la parte decorativa como de la técnica. Esta segunda, sobre todo, implica conocimientos de distribución, iluminación o climatización, que no todos tenemos. El coste ronda el 15% de la obra (si la reforma vale 6.000 €, el decorador te costará unos 900 €). Pero el total se paga a plazos (12% al inicio, 12% por el anteproyecto, 36% el proyecto y 40% al final): por lo que el desembolso es escalonado, y supone un gasto en el que te aconsejamos invertir.

3.

Las telas claras son más delicadas: depende

Salón blanco con ventanales.

Sofás de Sandra Mora, y mesa de centro de Taller de las Indias.

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No es del todo cierto que los colores claros sean siempre más delicados que los oscuros. Un blanco puro y liso sí que es poco sufrido, pero un color piedra o un tono lino puede soportar mejor el roce que un azul intenso. Si lo que buscas es una tapicería que disimule las manchas y sea sólida al roce, fíjate más en la textura que en el color.

4.

Los colores oscuros restan metros y luz: depende

Salón con pared en gris oscuro.

Sofás de Miki Beumala. Mesa de centro, de Toco. Lámpara de sobremesa, de Hada. Librería y chimenea, realizadas por Rovial según un diseño de la decoradora Adriana Farré.

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Un color intenso se puede aplicar a una estancia sin que reduzca u oscurezca el espacio: la clave está en utilizarlo en la pared de la ventana. Al estar a contraluz, el color oscuro no resta luminosidad al espacio y, en cambio, al llegar la noche ambienta. Si pintas de oscuro una pared que no tiene ventana, decórala con un espejo para que refleje la luz y funcione como una ventana. Cuando la estancia es amplia, se puede aplicar el color a dos paredes enfrentadas para que se unan y te arropen.

5.

Los tapizados, mejor gruesos y oscuros: no tiene por qué

Sofá tapizado en blanco.

Para tapizar, lo básico es elegir una tela tupida y compacta.

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Lejos de lo que se cree, la resistencia al desgaste de una tela no la aporta ni el peso ni el grosor, sino el que tenga los hilos muy juntos y apretados. Por eso, hay telas finas, como la cretona, que son excelentes para tapizar. Es tan compacta o más que un jacquard o un terciopelo y muy resistente al desgaste. Para comprobar la resistencia de un tejido, haz como los decoradores: antes de adquirir una tela, ténsala con fuerza y descártala si la trama se abre o se deforma, ¡así de sencillo!

6.

Sin color, un ambiente es aburrido: falso

Salón blanco con maxi alfombra de yute y butacas tapizadas en terciopelo.

Salón con alacena de Carolina Blue y sofá de Matèria.

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Una estancia decorada en un solo color puede ser tan interesante y dinámica como la más colorida. Incluso solo con tonos blancos se puede crear un ambiente sofisticado. La clave para que no parezca frío es combinar varios blancos (desde un hueso a un blanco con matices grises), contrastarlo con alguna pieza grande oscura (un sofá o la mesa de centro, por ejemplo) y añadir algún detalle (una butaca, una mesilla) en oro viejo o madera de algún color cálido, como el miel.

7.

Una ventana sin cortina no está bien: no siempre

Salón abierto con dos ventanales en semi arco.

Sofa´s y butaca, de B&B. La mesa de centro es de teca recuperada, un disen~o de Aquitania.

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El gran error es colocar una cortina por obligación. ¿Por qué cubrir un ventanal que enmarca una vista bonita? ¿Por qué tapar una ventana que decora por sí sola, como la de la imagen, en arco y con cuarterones? Es verdad que las cortinas transmiten elegancia y crean ambientes íntimos y recogidos. Pero hay más elementos para lograr esos efectos: una chimenea, tapicerías de suave tacto, alfombras mullidas o luces cálidas.

8.

La luz de focos es fría y deslumbrante: NO

Comedor blanco con diversos puntos de luz.

Combinar distintos focos y potencias es la clave para una buena iluminación.

Jordi Canosa

Solo si se ponen demasiados y mal situados, se equipan con las bombillas inadecuadas, y se eligen de las potencias o aberturas equivocadas. Para iluminar un recibidor, por ejemplo, puedes colocar focos perimetrales en el techo, pero para no crear cercos descarta las bombillas dicroicas y opta por halógenas lineales (o con bombillas difusoras) que distribuyen la luz. 

9.

Cuantas más lámparas, mejor luz: no siempre

Comedor de estilo rústico con paredes en blanco cálido

Es importante saber elegir la luz adecuada para cada actividad.

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Esta idea conduce a uno de los peores errores: el deslumbramiento. Es cierto que una casa poco iluminada se ve triste, pero sobre iluminada resulta teatral. En lugar de multiplicar los puntos de luz, la clave es mezclar en cada espacio (desde el salón al baño) luces que procedan de diversos planos, o mezclar distintas calidades de luz: general (con puntos de luz de techo o pared), puntual y ambiental (con lámparas de sobremesa, de suelo o suspendidas). Así lograrás un ambiente agradable y bien iluminado.

10.

Tener muchos armarios es la clave del orden: no necesariamente

Armario abierto en el recibidor.

Recibidor con armario, diseño de Mercedes Pérez, realizado a medida por Renova Solucions.

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Más que muchos armarios, lo ideal es que estén en el lugar justo y que tengan un tamaño adecuado a lo que guardan: el de las toallas en el baño y el ropero, donde te vistas. Y asígnales el fondo adecuado (60 cm para la ropa colgada, 35 para jerséis doblados, 30 cm para libros…). Si cada objeto tiene su espacio, está a mano y donde se usa, sí ganarás orden.

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