Las mejores cocinas de las lectoras: la cocina pequeña y súper bien aprovechada de Nuria cerca de Barcelona

"Es una cocina muy soñada y hecha con mucha ilusión estar entre las preseleccionadas del concurso 'La mejor cocina de las lectoras'". La lectora de hoy es Nuria Sánchez y vive con su familia en Vilassar de Dalt, una población a 20 km de Barcelona. La vivienda es una construcción de 1992.

La cocina de Nuria nos gusta porque es pequeña, bien aprovechada y al ser completamente blanca, resulta muy luminosa.

"En estos momentos somos 4 en casa, mi marido, mi hijo de 9 años, mi travieso cachorro de Golden y yo. Mi hija ya se ha independizado, aunque viene a menudo aprovechando que vive en el mismo pueblo. Nos compramos una casa en 2015 y lo único que no nos gustaba era la cocina, que era la de origen, se veía anticuada y, aunque luminosa y amplia, me faltaba espacio a la hora de cocinar", cuenta nuestra lectora.

"Por fin, este verano, decidimos hacer una reforma completa de la cocina y el salón, para tener una cocina abierta y disfrutar del espacio cocina-comedor-salón con mi familia. Por otra parte, necesitaba más encimera, ya que a la hora de cocinar me resultaba justa. Ahora la cocina, que mide unos 15 m², es mi espacio favorito de la casa y donde más tiempo paso, porque me gusta y me divierte cocinar, sobre todo repostería, y compartir con mi marido que hace de pinche, con mis hijos y con nuestros amigos. Allí pasamos gran parte del día cuando estamos en casa", explica.

"El diseño lo he hecho yo misma con ayuda de El Mueble, en papel y online (tengo muchas guardadas) que me han aportado ideas para decidir los muebles, la distribución, la península, las ventanas, el suelo y algunos detalles. Tenía muy claro que debía ser abierta, muy funcional, práctica, cálida y acogedora. El color sería el blanco, ya que es mi color favorito y el que reina en toda la casa. También tenía claro que los muebles debían ser lisos y sin tiradores", detalla Nuria.

"En la pared frontal que da al salón-comedor he decidido poner unas vitrinas que no llegan al techo, y que se unen a la campana extractora, que es de DM hidrófugo pintado de blanco, como la pared, para que quede integrada. Aproveché la pared de la derecha de la campana para dejarla libre de armarios y poner una estantería estrecha, realizada con la misma madera con la que hemos forrado el lateral y un frontal de la península, donde descansa un cuadro y mi libreta de recetas, en la que voy apuntando los platos que voy cocinando y que nos gustan", narra nuestra lectora.

"En cuanto a los electrodomésticos, quería Siemens por su calidad y sus prestaciones. Tenemos una combi Siemens en la despensa (está en otra estancia de la casa) y el lavavajillas anterior también era de esta marca y funcionan muy bien. Aprovechando el cambio he puesto un horno multifunción con vapor para probar recetas nuevas más saludables, un frigorífico americano con dispensador de hielo, un lavavajillas integrable de 45 cm, porque uno de 60 es demasiado grande para los tres, una encimera integrada en el Silestone, con wok de gas y placa de inducción, y una vinoteca Avintage que le hacía ilusión a mi marido", describe Nuria.

"Para dar calidez en la cocina hemos puesto un suelo porcelánico de baldosa de gran formato con formas geométricas, en tonos beige, que tiene continuidad con el parqué (quick step) del salón-comedor en un tono similar. La península se ha forrado, el lateral y el frontal con madera, además de los elementos decorativos como el frutero de madera de teca que trajimos de un viaje a Kenia, el vaso de los cubiertos y las maderas de cortar de Zara, o la gran panera de María Lunarillos que vi en vuestra revista y me encantó", concluye Nuria.

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