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1. Combinación contrastada armónica: jugar con los complementarios

Como indica su nombre, esta regla se basa en mezclar colores opuestos dentro del círculo cromático (imagen de la izquierda), creando un espacio dinámico y visualmente contrastado pero sin grandes estridencias. ¿Cómo empezar? Parte de un color que te guste mucho y busca sus dos complementarios (imagen de la derecha), que son los que se sitúan a cada lado de su contrario, así la oposición no será tan marcada. En este caso, se ha elegido el amarillo y sus dos complementarios: el azul y el violeta.

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Un trío de contraste que funciona

En este salón se ha puesto en práctica la combinación contrastada ¡y ha sido un éxito! Para que el ambiente no resultara demasiado vibrante, se ha optado por un naranja pálido para la pieza principal, el sofá, y los colores complementarios, verde y violeta, se han reservado para los textiles.

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2. Combinación armónica: tres colores consecutivos

La combinación armónica es el resultado de mezclar tres tonos consecutivos dentro del círculo cromático, sin importar si son los tres fríos (en la parte inferior del círculo), los tres son cálidos (en la parte superior) o son un mix de ambos. Uno de ellos debe ser el color dominante, mientras que los otros dos serán los complementarios. Dada la proximidad en el círculo cromático de los colores elegidos, el resultado es más sosegado que el de la combinación contrastada, incluso en su matiz más armónico. 

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Una degradación de verde con notas de amarillo

En este dormitorio el color dominante ha sido el verde, en sus tonalidades más greenery y las más amarillentas, por su proximidad con el tercer color escogido del círculo cromático, el amarillo. Precisamente ha sido el amarillo el escogido para dar una nota más brillante y vibrante a este dormitorio. 

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3. Combinación monocolor: tres en raya

De todas las combinaciones esta es la menos "arriesgada" en cuanto a contraste, aunque corres el peligro de caer en la monotonía. ¿Cómo funciona? Coges un color como base y juegas con sus diferentes tonalidades, de mayor y menor intensidad. Si quieres que el espacio tenga más carga cromática, convierte al color más intenso en protagonista. O al contrario, si prefieres que la atmósfera sea más serena, reserva el tono más intenso para los pequeños detalles.

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Jugar con un solo color, una combinación que es tendencia

El total look está de moda. Apostar por un solo color y jugar con sus diferentes tonalidades crea ambientes armónicos y muy serenos, ya que no hay estridencias ni saltos cromáticos, todo está perfectamente engamado. En este salón se ha optado por los tonos maquillaje, desde los rosas más empolvados y suaves hasta los que tienden a marrón. Mira cómo un mismo salón se transforma solo con el color.   

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4. La regla del 60/30/10

La regla del 60/30/90 es la que no falla si buscas una combinación equilibrada de colores en casa. Y la clave pasa por respetar las proporciones. Primero elige el color dominante –suele emplearse en las paredes– que será el que debe teñir el 60% de los elementos. Y compleméntalo con el secundario (30%), que es el que da interés y normalmente se usa en los muebles, y el color de acento (10%), que suele reservarse para los complementos. 

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5. Tres paredes iguales y una de contraste= más profundidad

Esta es una regla con una función muy clara: dar más profundidad a la estancia. Si pintas la pared del fondo de una habitación de un color intenso, como aquí este gris Selene de Titanlux, lograrás alejar visualmente la pared, ganando así profundidad y sensación de amplitud. El único "pero" es que el espacio deberá ser muy luminoso.

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6. Color block: tres mejor que uno

Vía Pinterest

Esta tendencia, que se basa en decorar una estancia con bloques de colores que, ojo, no tienen por qué combinar entre sí, también tiene sus reglas no escritas. Y es que la versión más purista del color block es la que apuesta por dos o más colores opuestos entre sí. Una vez más, para salir de dudas, ten el círculo cromático a mano. Aquí se ha optado por el amarillo, y dos neutros –el gris y el blanco–, para crear una cocina colorista pero sin grandes estridencias. 

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7. La regla de los decoradores: tríos cromáticos

Los decoradores recomiendan no usar más de tres colores, máximo cuatro si uno de ellos es neutro, para decorar un ambiente, porque se corre el riesgo de saturar en exceso el espacio y crear un batiburrillo cromático. Aquí, por ejemplo, se han combinado dos colores para las paredes: un gris antracita en el acceso al dormitorio y un topo en la pared del cabecero, y se han complementado con el verde de la ropa de la cama. El blanco, como neutro y presente en la ropa de cama, el techo y las paredes de acceso del dormitorio, sirve de nexo común entre los tres. 

El tres es un número que aparece en muchas reglas (no) escritas de decoración y el color no podía ser inmune. Y para prueba, las siete reglas o combinaciones de color que, si las sigues, pueden ayudarte a mezclar colores sin temor a que tu casa parezca un popurrí cromático.

Y es que combinar colores es una de las decisiones más difíciles a la hora de plantearse la decoración de casa. ¿De qué color pinto las paredes? ¿Me arriesgo con color o mejor me quedo con el blanco? ¿Y si me canso? ¿O me aburro?

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Las pruebas de color son una ayuda inestimable para salir de dudas. De hecho, las firmas de pintura recomiendan hacerlas, no solo para apreciar el color, sino para ver cómo este cambia con la luz –natural, a diferentes horas del día, y artificial–. No temas repetirlas las veces que haga falta. Un consejo: si dudas entre dos colores o tonos, que suele ser lo más habitual, elige un tercero, te ayudará a desempatar. Este puede ser un tono más subido o más pálido de alguno de los dos anteriores.

Y una vez tomada esta decisión, que parece la más difícil, llega el drama: ¿y qué pasa con el resto de elementos de una estancia? Porque puede ser que el color que has escogido para las paredes no acabe de encajar con el sofá o con las cortinas...

Para echarte una mano en esta decisión crucial, porque si la elección cromática no es adecuada puedes sentirse incómodo en tu propia casa, existen algunas "reglas" del color que no está de más tener a mano porque pueden ayudarte a ver la luz al final del túnel. Todas ellas comparten un punto de partida importante: conviene pensar en global la paleta cromática de una estancia, y no limitarse a elegir el color de las paredes.

Y como una imagen vale más que mil palabras, ojea estos tríos de color para pintar el salón. Seguro que pueden servirte de inspiración.