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Antigua y contemporánea

La fachada de piedra, que data del siglo XII, se lleva de maravilla con elementos actuales como el porche.

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Comedor de exterior

Situado bajo el porche y diseñado por la arquitecta Beth Tayà. La mantelería de hilo es de Cul de Sac y el camino de mesa, de Antic Daviu-Quera. Sillas, de Jordi Batlle.

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Tradición y modernidad

La zona de estar del porche se he ha vestido con mobiliario contemporáneo.

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Mesa

Las flores y las macetas son de Floristería Sant Jordi. La vajilla, de herencia familiar, se combina con sobrias copas y vasos de cristal.

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Disfrutando del porche

Los sofás de exterior son de la firma Dedon y se equipan con cojines, de Cul de Sac. Los pufs de fibra natural son de Jordi Batlle.

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Piscina

Es un diseño de María Jover, quien también ha proyectado el jardín. Las tumbonas son deIniciativa Exterior 3i.

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Con mucho espacio

Los generosos espacios permiten poner grandes muebles y alfombras. El recibidor resume la esencia de una casa en la que se apuesta por los colores suaves y por los materiales propios de la zona, como la toba natural recuperada, aquí combinada con un kilim de BSB.

 

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Banco

En la entrada, de estilo colonial. Puedes encontrar uno similar en India & Pacific. Los cojines y el plaid de rayas son de Cul de Sac.

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Salón

Con un sofá rinconero, de Isa de Luca, responsable de la última redecoración, tapizado con una tela de terciopelo de Pepe Peñalver.

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Recuerdos del pasado

Las ventanas ojivales facilitan que el paisaje ampurdanés se cuele en la casa. Sofás tapizados, de Isa de Luca, y mesa de centro de madera maciza, de herencia. Las cortinas son de Guardiola para Isa de Luca.

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Comedor

Con mesa y sillas, de herencia famililar. La mesa se cubre con un mantel de hilo antiguo, de Antic Daviu-Quera, combinado con uno rayado, de Cul de Sac. La alfombra es de BSB.

 

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Cristalería

Mueble-vitrina esquinero, de madera pintada en gris, color que también se ha utilizado en paredes y algunos pavimentos.

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Cocina

Se hizo a medida, con armarios de madera de abedul. Los electrodomésticos son de la firma Smeg España. El kilim procede de BSB.

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Dormitorio principal

El suelo del dormitorio es de color gris para integrarlo en la decoración. Los cabeceros modernistas, adaptados a las medidas de la cama de matrimonio. La colcha de hilo es también antigua. Alfombra, de BSB.

 

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El estar del dormitorio

Con una estufa de hierro que aporta una calidez extra a esta pieza situada en la última planta. Butaca, de Isa de Luca, tapizada con tela de Andrew Martin. Mesa auxiliar, de herencia.

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Detalle

De los cojines, de distintos estampados y tonalidades, de Cul de Sac. Al fondo, un ramo elaborado por Floristería Sant Jordi.

En la primavera de 1992, justo antes que comenzaran los Juegos Olímpicos de Barcelona, se acabaron las obras de rehabilitación de esta masía. El propietario recuerda muy bien la fecha no solo por la coincidencia con la Olimpiada, sino también porque, desde entonces, él y sus hijos disfrutan de una residencia que les proporciona muchas horas de felicidad.

La casa está en el Baix Empordà, relativamente cerca de la costa, dentro de un paisaje domesticado por la agricultura en el que se alternan pueblos medievales muy bien conservados con campos de cereales, pinares perfumados de resina y algunos arrozales. Cuando se adquirió, la masía estaba en muy mal estado, con animales pululando por su planta baja, y sin servicios básicos como agua y electricidad. Pero su potencial era enorme, tanto por el tamaño de la vivienda como por la posibilidad de dotarla de un fabuloso jardín, una posibilidad que se materializó gracias a la adquisición de un campo vecino.

La reforma se encargó al arquitecto Lluís Auquer, quien conoce bien y respeta la arquitectura propia de esta zona. Auquer, codo con codo con el propietario, llevó a cabo una obra que implicó unir dos casas, una de ellas con zonas que datan del siglo XII, como el techo de lo que hoy es la cocina que, en origen, era un entramado de maderas ennegrecidas y que tras una concienzuda limpieza y fumigación es hoy un atractivo testimonio de la rica historia de esta masía.

El respeto por sus rasgos originales, sin embargo, no está reñido con disfrutar de comodidades tan actuales como la calefacción o el aire acondicionado. También cuenta con algún elemento de corte contemporáneo como el porche frontal, añadido posteriormente, diseño de la arquitecta Beth Tayà. Las nuevas ventanas ojivales en la fachada frontal son un guiño a los trazos góticos de las ventanas originales que recorren un lateral de la amplia habitación principal, por las que se cuela el bello paisaje del Empordà.