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1.

Un porche para todo el año

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“Tanto en la arquitectura como en el interiorismo hemos buscado subrayar y cuidar el espectacular paisaje donde estamos”, nos explica Beatriz Hernández, la interiorista de Colliers, la consultora encargada del desarrollo y venta de esta y de las otras 27 fincas independientes que forman The Wine and Country Club.

Sofá modelo Phoenix, butacas modelo Roxas y mesa modelo Ivory de Crisal Decoración. Plantas y macetas de Viveros Gómez.

2.

Un paraíso entre viñedos

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La casa está tan a tono con su verde y relajante paisaje que tiene dos salones, uno de ellos al aire libre: “La zona de Ronda disfruta de un clima excepcional, pero es posible que alguna noche refresque, por eso instalamos esta chimemea integrada”, comenta Beatriz.

Sofás y butacas de Crisal. Mesita de fibras de Mandrágora. Cojín de estampado geométrico de Pantay. Sobre las butacas, cojines de Alhambra, en Pepe Peñalver.

3.

Un interior casi exterior

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Pasamos dentro, al salón principal, con otra chimenea y techos altísimos. “Me gusta mucho mezclar piezas contemporáneas y funcionales con diseños clásicos, porque el contraste permite cambiar el carácter de un ambiente, aportando sofisticación con piezas que van a mantener su elegancia con el paso del tiempo”, cuenta la interiorista.

Espejo redondo sobre la chimenea de Balakata. Mesas auxiliares mod. Marisa de Crisal. Taburetes de Pantay.

4.

La buena mezcla

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Lo cierto es que, en el salón, las cortinas de lino combinan a la perfección con el estampado artesano de los taburetes o la rotunda, pero liviana, consola de hierro y madera”. ¡Mezlar piezas buenas es acertar!

Sofás y butacas de rayas de Blasco. Alfombra artesanal de esparto de Antonia Molina, en Murcia. Cortinas confeccionadas con telas de Güell Lamadrid.

5.

Una cocina que no pasa de moda

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En la cocina nos espera el mismo toque moderno, ligero y elegante. Diseñada y ejecutada por Cocinas Santos en un minimalista blanco de líneas rectas, con encimera porcelánica del mismo color y una gran isla con cajones que se prolonga como barra de desayunos, ha quedado tan cómoda como fotogénica.

Mobiliario de Santos. Fregadero y grifo de Franke. Taburetes mod. Orsini de Crisal. Tablas de Pantay. Aromáticas de Viveros Gómez.

6.

El buen vino

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 De nuevo los viñedos que rodean la casa tienen todo el protagonismo. “El paisaje es tan importante que todas las estancias tienen ventanas balconeras al exterior”, prosigue la interiorista. El paisaje y el vino, como delata la vinoteca de la cocina. Porque un ‘plus’ de The Wine and Country Club es que el comprador que lo desee,  podrá hacer su propio vino, con el soporte y asesoramiento de la Bodega La Melonera.

Muebles modelo Fine de Santos. Placa y extractor de encimera de Miele. Delantal y trapos cocina de Zara Home.

7.

Ventanas como cuadros

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También es posible tener un huerto propio, como el que vemos a la salida de uno de los dormitorios dobles que, como el resto de las estancias de la vivienda, se abren casi completamente al jardín.

Butaca de lino de Blasco. Cojín de rayas de Mandrágora. Cojín mostaza de Zara Home.

8.

Un dormitorio muy El Mueble

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En este dormitorio, Beatriz diseñó a medida un “cabecero formado por molduras y una práctica encimera de madera natural a tono con el revestimiento, que es de roble”, explica.

Cabecero diseñado a medida por el área de interiorismo de la consultora Colliers. Cortinas con telas de Güell-Lamadrid.

9.

Otra solución de descanso

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En otro dormitorio encontramos de nuevo un cabecero de madera tratada diseñado por Beatriz, pero mucho más sencillo. “En este caso, como teníamos salida a una pequeña terraza rodeada de rosales, optamos por decorar con pocas piezas, pero bien elegidas”, añade la decoradora. ¿Nuestra favorita? La banqueta blanca y negra con patas de teca de Mandrágora, una pieza que da personalidad y calidez.

Alfombra en Pantay. Banco en Mandrágora. Cojín de flores de Alhambra, en Pepe Peñalver.

10.

El blanco rima con Ronda

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Rodeada por los viñedos de la Bodega La Melonera y con vistas a la serranía de Ronda, esta casa (La Caldera) es parte de un proyecto único en el sur de Europa llamado The Wine and Country Club (desarrollado y puesto a la venta por la consultora Colliers), compuesto por 28 haciendas independientes. Tanto que, si nos fijamos, las escaleras de entrada a la casa se han hecho respetando una antigua encina y construyendo a su alrededor.

La casa está en una dehesa natural y rodeada de vides de Bodega La Melonera. Es una de las 28 haciendas de entre 5 y 7 hectáreas de The Wine & Country Club.

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