Nezha Kanouni, interiorista marroquí: "Parece la típica casa rústica de Marbella, pero por dentro sorprende por su cocina moderna de color negro"

"Cuando nos enfrentamos a la reforma, tiramos paredes y unimos el salón, el comedor y la cocina con grandes ventanales que dan a las terrazas", dice la interiorista. Porque abrir la casa hacia afuera y dejar que la vegetación quedara "en primera línea” e hiciese su magia fue el principal mandamiento de la reforma, que les llevó poco más de seis meses. Así lograron una vivienda diáfana que puede abrirse de par en par.

¿El gran reto de la transformación? Ganar sensación de espacio, pero limitando los metros a una sola planta, la idea obsesiva del promotor. "Las casas sin escaleras son más prácticas y tienen un punto muy acogedor que buscábamos. Es, en mi opinión, lo que hace única esta vivienda entre los demás chalets de la zona", señala Nezha.

“En cambio, la cocina es negra. La hicieron a medida en Kok Estudio, y quisimos sumarle un punto de sofisticación colocando tiradores y taburetes dorados”, remata Nezha. Aunque para estilosas ya están las lámparas de techo de Moooi, en el comedor, quizás el detalle más lujoso del proyecto. No en vano, "Villa Lugano –porque así la bautizó Nezha– es una mezcla de muebles de las mejores marcas de diseño internacional e italianas con otras piezas que hemos hecho a medida".

Entre tanto diseño “no podían faltar objetos delicados y artesanos, como la cerámica envejecida o los cojines hechos a mano en mi taller con telas muy mimadas, igual que los cabeceros, que confeccionamos a medida”, confiesa la interiorista.

En el dormitorio principal, Nezha ha recurrido a uno de sus carpinteros para conseguir una habitación grande y acogedora, donde todo calza al milímetro. El cabecero de la cama sirve para separar ambientes y, tras de sí, alberga una práctica zona de escritorio, con su mesa, sus cajones y sus estanterías.

Por su parte, las ventanas se han convertido en mirador, con un banco a medida que se ha vuelto comodísimo con cojines. Y para completar la supersuite, el baño y el vestidor quedan abiertos aunque mantienen su intimidad.

“En mis proyectos siempre procuro que haya madera de roble, tintado o no, mármol y cristal. Son una regla de oro que te garantiza elegancia. Es verdad que esta casa puede tener un punto masculino, por ejemplo en las piezas y detalles negros, pero está llena de guiños femeninos que lo compensan, como las texturas suaves y delicadas, los toques de ratán y mimbre en las mesitas, las butacas y las sillas, que endulzan la decoración”, explica Nezha.

"Es que la villa sorprende. Cuando llegas, por fuera parece la típica construcción algo rústica de Marbella, pero al entrar descubres un espacio moderno y superconfortable, con todas las comodidades de domótica y tecnología que te puedas imaginar", nos explica Nezha.

Su intención inicial era trabajar en el cine. Y aunque la marroquí educada en París Nezha Kanouni se acabó dedicando al interiorismo hace 20 años, algo de esa pasión por la gran pantalla se percibe en esta villa en Marbella, que ya existía y cambió radicalmente gracias a la reforma que hizo junto al promotor Andreas Mezan.