DIY

"No soy partidaria de usar productos químicos. Así que voy a compartir un tip natural. Retira los herrajes del mueble, con paciencia (y con cuidado). Guarda bien los tornillos o clavos para no perderlos. Calienta un poco de vinagre. Ojo porque huele bastante así que mejor abre las ventanas. Retira del fuego. Ponte guantes y con una lana de acero fina, que puedes comprar en cualquier ferretería, frota la superficie. Si hace falta utiliza un cepillo de alambre. También puedes sumergirlos y dejarlos un rato hasta que se afloje la suciedad y luego frotar con la lana de acero", aconsejan desde Calma Chechu.

"Si quieres estar seguro busca referencia de sus trabajos, visita su taller, web y redes sociales, comprueba que los productos que usa son de buena calidad. También debes tener en cuenta que la restauración es un trabajo que requiere estudio previo de la pieza, productos, materiales y horas de trabajo que realiza casi en su totalidad de manera artesanal, por eso no está al alcance de todos los bolsillos, y tanto para restauraciones clásicas como renovaciones hay que ir con tiempo", advierte Roxy de Muebio, hasta ahora conocida como La Lleonera.

"Sí, pueden pintarse. Lo importante son los pasos previos a pintar. En primer lugar hay que limpiar muy bien la superficie, mejor si es con un desengrasante. El segundo paso es aplicar imprimación, en este tipo de superficies es imprescindible para un buen resultado. Y por último podemos pintar. Siempre recomiendo apostar por una buena calidad en pintura para un buen resultado", sostiene Neus, de Crea, decora, recicla.

"Yo siempre digo que casi cualquier color le quedará bien a un mueble, la elección no debe ser "mirando" únicamente el mueble, "la mirada" debe ser más global. Deberías valorar en la estancia qué colores tienes en la pared, en el resto de detalles, accesorios y con este pequeño análisis escoger el color más adecuado. De todas maneras los neutros siempre dan buen resultado: blancos, tierras, grises...", aconseja Neus, de Crea, decora, recicla.

"La pintura a la tiza o chalk paint en principio no necesita lijado previo para agarrarse. Personalmente, aunque sea latoso, yo siempre le doy un lijado al mueble antes de pintar. Puede ser ligero, a mano, para abrir un poco el poro de la pintura o el barniz", aconseja María de drlivinghome.

Si eres una amante del DIY tal vez ya has tuneado alguno de tus muebles. La pintura y los adhesivos vinílicos son grandes aliados. ¡Ahora a por los tiradores!

La cesolía pintada con chalk paint se convierte en la guardiana de tus sueños presidiendo la cama. 

Alegre y lleno de color no dudes en elegir este tipo de cabecero si eres fan de las flores. Es más, puedes hacértelo tu misma: basta con un trozo de tela y un marco de madera.

El ganchillo ya no está reservado solo para hacer tapetes o hacer amigurumi, esos muñecos de ganchillo. Prueba de ello es este cabecero que también puedes comprar en Fina Badia Knit Studio.

Alegre por fuera y alegre por dentro. ¡Por supuesto! Si colocas también papel adhesivo en el interior de tu cajonera, el cambio de imagen será total. Y para un acabado espectacular, pinta los cantos de las tapas de los cajones de un color que haya en el estampado, como en la foto.   

Una vez restaurado, este mueble de lavabo parece que siempre hubiera esta allí. Sin embargo, en otra vida, no ocupaba el baño. ¿Qué te parece darle un nuevo uso a una consola de madera? Si quieres saber cómo resturar un mueble antiguo, clica aquí.

Aunque las noches de verano son las más cortas también son las más apetecibles para pasarlas en la terraza o en el jardín. Cuelga estas lamparillas colgantes de macramé y añade un poco de color y romanticismo al ocaso. Además se pueden hacer en casa.

¡Chalk paint vale para todo! Podemos pintar muebles, telas, paredes, suelos, plástico, cartón y piedra, ¡incluso vidrio! Así podrás convertir cualquier bote de conservas vacío en un bonito jarrón. Le estarás dando una segunda vida solo con pintura. Puedes usar varios colores y decorar el jarrón a franjas con la ayuda de la cinta de pintor.

Echa mano de la imaginación y la maña y crea un perchero de macramé, con colgador de rama de madera. El paso a paso para hacer un perchero de macramé es sorprendentemente fácil y tendrás una zona de almacenaje en tu dormitorio con un estilo muy personal. 

A falta de metros, bueno es el ingenio y así lo demuestra este recibidor pequeño de estilo moderno, donde llama la atención el colgador para bolsos y abrigos. Un estante superior, sobre el que dejar cosas, posee unos enganches de los que cuelgan cuerdas que sostienen una rama con ganchos. Un DIY muy original que se complementa con el banco de madera. 

Si eres un manitas, esta es una solución ultradecorativa, cálida y muy barata para tu dormitorio. Una franja alargada de trapillo trenzado, colgada con ganchos de la pared, la protegerá de roces y aportará calidez a tu cuarto. 

Puedes gastar dinero en un colgador trendy o puedes hacértelo tú mismo con unos trenzados de macramé y una simple rama de árbol. El resultado es así de bonito. Eso sí, no le cuelgues piezas en cualquier percha. Que sean de madera y, sobre todo, todas iguales. Así el conjunto será de 10. 

El papel pintado también es perfecto para darle una nueva vida a cualquier mueble. Un diseño tan colorista como este es capaz de cambiar el aire de una estancia entera. Es un papel de TNT.

Y es que saben que hay muchas cosas que se pueden hacer en solo cinco minutos, como transformar pequeños artículos de almacenaje en unas bonitas cajas.

Más allá de las manualidades, hacer las cosas por tú mismo (lo que en inglés es Do it Yourself) tiene recompensas impensables: aumenta la creatividad, cuidas el planeta con pequeños actos más sotenibles y sobre todo el ahorro se incrementa. ¡La de cosas que se pueden decorar!

Parece antiguo pero no lo es. Para hacerlo han bastado unas hojas de latón y pintura chalk paint en aerosol. Si te animas, no te pierdas el vídeo con el paso a paso. 

Estas botellas de perfumes antiguos, son perfectas para que decoren tu cuarto de baño o presidan la cómoda de tu habitación. Decora sus cuellos con unas cintas de encaje que realcen su esencia pasada. 

Si lo que quieres es que tu dormitorio tenga personalidad y carácter, crea un cabecero de lo más DIY con una valla de madera. Le darás un aire muy campestre. Trata la madera y píntala en distintos colores. ¡Verás qué alegre queda!

Nos impresiona y mucho esta idea de cómo cambiar un mueble, ¡simplemente con pintura! El consejo es diluir la pintura en agua y aplicar dos capas de pintura, esperando un tiempo entre una y otra para que se sequen. Una vez seco, deberemos lijar y pasarle un trapito húmedo. Para dar protección y un tacto agradable, aplica cera, igual que con un mueble de madera. Pero ¡en pocos pasos tienes sofá nuevo!

Los recuerdos de las vacaciones se merecen un puesto de honor en nuestro hogar. Colócalos en unos marcos de madera sin tratar, de esa que muestra sus heridas, sus grietas y nos cuenta también su historia a su manera.

Siempre lo consiguen, nos siguen sorprendiendo. El juego decorativo que nos traen las cajas de madera no tiene final: aquí se han empleado para crear un perfecto zapatero. Practiquísimo en cualquier recibidor e imprescindible en una casa de montaña. Decapadas en blanco, le dan el toque rústico.

El chalk paint te permite hacer todas las combinaciones imaginables para renovar un viejo mueble. Un consejo: busca que el color elegido combine bien con el resto de la estancia (el papel de la pared, los textiles...). Limpia bien la pieza, pinta y encera. Voilà! Neus aclaara que “se puede pintar en liso, con texturas, con estampados usando plantillas o a mano alzada, con pátinas sin ellas. ¡No tiene límites!”

¿Una Navidad sin calendario de adviento? ¡Imposible! Sobre todo si hay niños en casa. Te proponemos hacer el tuyo: usa una cartulina para la base y 24 bolsitas de papel, una para cada día hasta el 24 de diciembre. Decóralas con puntillas y papeles y pon sorpresas dentro. Cuélgalo en su habitación y decorará sin restar espacio. 

Antes de ponerte manos a la obra, cubre la superficie donde vayas a pintar para evitar manchas. Después, pinta la celosía con pintura a la tiza, es suficiente con una sola capa de pintura para cubrir la celosía. Además, este tipo de pintura no necesita imprimación previa, solo que la pieza esté limpia. Antes de terminar, repasa bien todos los huecos. 

Una vez hecho el cabecero, toca colgarlo. Es muy fácil y puedes hacerlo tú mismo: basta con tres sencillos colgadores.

Esta tela imita el punto de cruz, pero puedes conseguir un efecto similar con papel pintado. Tienes infinidad de diseños entre los que elegir. Ten en cuenta que solo forras el ancho de la cama, no toda la pared, así sale más económico. ¿Qué efecto buscas? Una tela estampada a todo color dará vitalidad a tu dormitorio y un diseño con rayas verticales elevará visualmente el techo. Piensa si necesitas color, luz o espacio y elige el modelo de tela o papel más adecuado a tus gustos y necesitas.

Para este cabecero se ha empleado la tela Roseraie de Pepe Peñalver, un listón de madera de Leroy Merlin y guata, a la venta en Servei Estació.

Remata el cabecero con un listón de mader. Clava un listón de madera del mismo tono que la pared en todo el contorno para disimular las grapas. También lo puedes pintar, como aquí, igual que la pared. Es una solución que decora y, a su vez, oculta las grapas.

Su uso original es ser un separador de exterior, pero puedes crear con él un decorativo cabecero ¡en tan solo una mañana! Todo gracias a una mano de pintura de chalk paint que ofrece un acabado a la tiza sin necesidad de decapar ni preparar con antelación la pieza. Aquí hemos elegido un color azul para darle un toque fresco y luminoso al cabecero y un verde salvia para la mesilla. Puedes pintar y aplicar una cera o bien lijar, como aquí, para que el efecto final sea más desgastado.

Esta celosía (180 x 90 cm) es de Leroy Merlin, igual que la pintura chalk paint. La mesilla es de IKEA y la ropa de cama y cojines, de Filocolore.

Para tener un cabecero como este la clave es dar con la pieza que dé el toque de estilo que buscas. Elígela en proporción al tamaño de tu cama y la altura del techo. Si tu dormitorio es pequeño, puedes usar unas contraventanas. 

Busca en almonedas y rastrillos el diseño que más encaje en tu dormitorio. Desde diseños más rústicos y campestres hasta otros más clásicos y atemporales. Estas puertas son de Otranto.

Es importante que antes de pegarlas a la pared, hagas diferentes combinaciones en el suelo para ver cuál o cuáles te gustan más. ¿Cómo sujetarlas? Lo ideal es que no tengas que taladrar la pared. Puedes usar un adhesivo especial para sujetar que no precisa clavos. Basta con aplicarlo en todo el contorno de las puertas ¡y listos!

Si sabes hacer punto o ganchillo puedes tener un cabecero como este. De trapillo, cuerda, lana... elige el material y el color que mejor se adapte a la decoración de tu dormitorio y a la ropa de cama. Aquí hemos usado un trapillo en tono piedra que combina a la perfección con fibras y textiles en blanco y beige. Pero si no te atreves con el crochet, siempre puedes comprarlo ya hecho. Este cabecero es de Fina Badia Knit Studio.