Todas las carpinterías de la casa eran de madera oscura, así que aligeraron pintándolas en blanco. Y para sumar luz, los textiles se eligieron en tonos claros con toques azules porque a los propietarios les encanta. De hecho, este color salpica cada estancia de la casa, creando, así, una especie de hilo conductor. Por otro lado, y para mantener esa esencia clásica, "los radiadores también los pusimos de hierro y de estética antigua, ¡pero son nuevos!".