A la propietaria le gustaban los cabeceros capitoné y esto dio pie a Natalia para crear una habitación más clásica que el resto de la casa, “una especie de templo del descanso”, dice. Cambiaron los antiguos papeles adamascados de las paredes por un blanco luminoso con molduras, y los tejidos de seda brillantes por linos en color tostado y verde agua.
Cabecero, de Calse. Mesillas de noche, de Crisal. Apliques, de DCW. Cómoda, de Vical Home. Lámpara, de Kenay Home. Ropa de cama, cojines y cesto, de La Maison. Banqueta, de Asitrade. Manta, de Zara Home. Galán, de Crisal.